J. Mayer H.: Metropol Parasol en Sevilla

La transformación del espacio público es siempre una ocasión para cambiar la visión de la ciudad y de sus habitantes, que están habituados a transitar por un lugar prácticamente sin verlo o entender su importancia. Repensar un espacio público es una oportunidad para cambiar este punto de vista, simplemente eligiendo un nuevo punto de observación, como ha hecho J. Mayer en su intervención en la Plaza de la Encarnación de Sevilla, en España.
El arquitecto alemán proyecta 4 niveles de uso público que se derivan de la reflexión sobre la vida, la historia y las perspectivas de desarrollo futuro de la plaza: el nivel subterráneo, para acceder al sitio arqueológico con restos romanos hallado a principios de los noventa; el nivel del suelo de la plaza, que hace de la estructura el sistema de conexión con el urbanismo del centro urbano; el nivel elevado, el de la nueva plaza, con actividades comerciales, al que se accede mediante escalinatas y, finalmente, el nivel superior, que se apoya sobre la cubierta y que tiene la función de mirador sobre Sevilla.Transformar significa ante todo multiplicar los niveles de comprensión del vivir, involucrando contemporaneidad e historia y explicitando esta mezcla de sugestiones en una estructura de impacto asegurado.
La nueva estructura, con una altura de 28 metros y forma orgánica, claramente inspirada en la naturaleza y vista desde abajo como una selva exuberante, es una cubierta para la plaza que pretende valorizar sus actividades y reafirmar su importancia en la economía metropolitana. Aunque de dimensiones más reducidas, es claramente afín a los objetivos de la “Lanterna” de Sandnes en Noruega donde los proyectistas habían querido realizar un auténtico faro en una placita de la ciudad, realizando una cubierta de madera iluminada desde el interior, como esta de Mayer, en la que la gente pudiera disponer de un lugar de encuentro para la celebración de eventos temporales. En aquel caso, la estructura reticular, muy ligera, asimilable a un andamio de una obra, había aligerado su presencia. Un imagen de “perfección” temporal que se encuentra también en el gran “parasol” de Mayer, en la que las sólidas bases de cemento sostienen “troncos” de madera laminada y no reducen el carácter de autorreferencialidad de una arquitectura que no interactúa con el entorno, sino que se basta a sí misma, ofreciéndose como contenedor de eventos a su vez temporales, desmontable sin causar ninguna perturbación a lo preexistente, de lo que no tiene ninguna referencia.

El Metropol parasol es una lugar emblemático, como lo demuestra la posibilidad de subir al mirador urbano. Desde lo alto uno puede darse cuenta cómo es la estructura del proyecto, en la que el desarrollo de los pilares que se prolongan en la cubierta viene dictado por el diseño de las calles que confluyen en la plaza y donde los arcos generados de este modo se asemejan a imponentes portales de acceso.

Mara Corradi

Proyecto: Jürgen Mayer H.,  Andre Santer,  Marta Ramírez Iglesias (J. Mayer H. Architects)
Colaboradores: Ana Alonso de la Varga, Jan-Christoph Stockebrand, Marcus Blum, Paul Angelier, Hans Schneider, Thorsten Blatter, Wilko Hoffmann, Claudia Marcinowski, Sebastian Finckh, Alessandra Raponi, Olivier Jacques, Nai Huei Wang, Dirk Blomeyer
Equipo de concurso: Jürgen Mayer H, Dominik Schwarzer, Wilko Hoffmann, Ingmar Schmidt, Jan-Christoph Stockebrand, Julia Neitzel, Klaus Küppers, Georg Schmidthals, Andre Santer, Daria Trovato
Cliente: Ayuntamiento de Sevilla y SACYR
Lugar: Plaza de la Encarnación, Sevilla (España)
Proyecto de estructuras: Arup
Ingeniería de las estructuras de madera: Finnforest, Aichach
Superficie útil bruta: 12.670 m2
Área del terreno: 18.000 m2
Concurso: 2004
Inicio Proyecto: 2004
Final de las obras: 2011
Estructura de cemento, madera y acero
Fotografías: © David Franck

www.jmayerh.de