Al contrario de la tendencia más difundida que consiste en traducir la finalidad pública en un mensaje simplificado, y los puntos de referencia urbanos en una arquitectura icónica emergente que no tiene en cuenta el contexto en el que se erige, la arquitectura de Hua Li se inspira en las formas, materiales y técnicas de construcción del pasado, y los usa como si fueran los senderos de un mapa con el que construir el presente.
Por eso la nueva escuela primaria de Xiaoquan parece surgir no sólo de las ruinas del anterior edificio escolástico derruido, sino también de los restos del pueblo que fue gravemente afectado por el terremoto de Wenchuan de 2008. La planimetría del edificio de hecho se compone de varios volúmenes conectados entre sí que dan a plazas, a breves sendas comunes, a lugares urbanos como el estadio y el centro deportivo al aire libre: los rincones creados y la finalidad lúdica que los acompaña, el alternarse de zonas y sendas asimétricas, contribuyen a ofrecer lugares de encuentro y para compartir con los demás.
La impresión no es en absoluto la de un monolito construido sobre los nuevos cimientos, que iría a enclavarse en el paisaje vulnerado destacando la ruptura entre el pasado y el futuro del pueblo. Hua Li procura reconstruir la tradición de un barrio dentro de la escuela, componiendo la planta arquitectónica como un proyecto a escala urbana, que se caracteriza por alternar espacios abiertos, volúmenes cerrados y lugares limítrofes en los que regenerar la conexión entre los distintos usos y favorecer la relación social.
Para transmitir este mensaje sobre el sentido de la reconstrucción en cuanto vínculo entre el pasado y el futuro del pueblo, el arquitecto realizó numerosos reconocimientos in situ, hablando con los habitantes y dejando que fueran ellos con sus relatos los que hicieran sobresalir las nuevas exigencias. Estas sugerencias se han concretado empleando técnicas de construcción locales y materiales de la zona, como el bambú, la madera o los ladrillos, en parte recuperados y utilizados para adoquinar los senderos entre los distintos bloques escolásticos, en parte fabricados en pequeños hornos de la zona.
Las ligeras variaciones cromáticas de los ladrillos provenientes de distintos fabricantes han servido para decorar el cemento con el que se han realizado todas las estructuras nuevas, evitando así que se impusiera un anónimo “estilo de reconstrucción”, con el que las obras públicas de la provincia de Sichuan la han uniformado con cualquier otra región del mundo que haya sido a su vez víctima de un terremoto parecido.
Mara Corradi
Proyecto: Hua Li / TAO (Trace Architecture Office)
Colaboradores: Zhu Zhiyuan, Jiang Nan, Li Guofa, Kong Desheng
Lugar: Xiaoquan, provincia de Sichuan (China)
Superficie útil bruta: 8900 m2
Inicio de obras: 2008
Final de obras: 2010
Empresa constructora: Sichuan Huaxiluyi Construction Co.
Cerramientos de madera
Fachadas de ladrillos, caña de bambú y cemento a vista
Estructura de hormigón reforzado
Suelos exteriores de ladrillos reciclados
Fotografías: © Yao Li