Entrevista a Esteban Suárez, de BNKR Bunker Arquitectura

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¿Cuál es el significado del lema “Stop: Keep Moving”? ¿Qué se esconde detrás de esta contradicción de términos y por qué te interesan las anomalías, las divergencias, las incompatibilidades?

“Stop: Keep Moving” es el nombre de nuestro primer libro y de nuestra exposición. Es el trabajo de los primeros 5 años de nuestro estudio presentado bajo el tema de un acercamiento oximorónico a la arquitectura. “Stop: Keep Moving” es un oxímoron, el acercamiento de dos términos totalmente opuestos. Físicamente es imposible estar parado y moverse al mismo tiempo, mientras que conceptualmente hemos entendido que no solo es posible, sino absolutamente verdadero.
Los oximorones están en el centro de lo que conocemos como pensamiento paradójico: ideas o frases que superficialmente parecen ilógicas o contrapuestas, pero que, en un nivel más profundo, nos muestran verdades sobre la condición humana. Carl Jung escribió “La verdadera vida del hombre está atormentada por un complejo de inexorables contrarios: día y noche, nacimiento y muerte, felicidad y desventura, bien y mal. Si no fuera así, la vida acabaría”. Los oximorones son un tema recurrente en arquitectura. Las exigencias de los clientes, los programas, las leyes, los reglamentos, los factores socioeconómicos y políticos, los temas sobre la sostenibilidad son, muy a menudo, contrapuestos. Pero justamente en estas contraposiciones hemos descubierto el potencial escondido que nos permite reinventar permanentemente nuestro proceso creativo.


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En tu arquitectura, ¿qué importancia tiene la mimesis con la naturaleza?
En la Capilla del Atardecer, en Acapulco, cada elemento está pensado para aludir, englobar y valorizar el paisaje. ¿Por qué eliges el camino de la síntesis entre construido y natural en lugar de la arquitectura autorreferencial?

La importancia de la mimesis con el entorno y de la fusión con este depende de cada proyecto. La Capilla del Atardecer se encuentra en el entorno de “Brisas Marqués”. Afortunadamente, esta área no se ha desarrollado aún del todo y no todos los terrenos de los alrededores han sido edificados, por lo que nuestra obra resulta casi un oasis todavía virgen. Queríamos transformar el entorno lo menos posible, por lo que colocamos la capilla en medio de los árboles para no tener que quitarlos. Redujimos la planta de la planta baja un tercio de la planta del nivel superior, excavando el terreno lo menos posible para no estropear la naturaleza que rodea el edificio. Dejamos el hormigón en estado natural porque su color es el mismo que el de los bloques de granito del entorno, creando, así, una especie de camuflaje natural.
El cliente quería que la capilla estuviera encarada a la puesta de sol y que, desde la parte del altar, se pudiera gozar al máximo de la espectacular vista de la bahía de Acapulco. Pero cuando llegamos al lugar, nos encontramos ante un gran problema: un gigantesco peñasco, de 5 metros, tapaba la vista principal. Se descartó hacer explotar el peñasco y decidimos aprovecharlo y convertirlo en parte integrante del proyecto. Lo que hicimos fue sobreelevar la planta de la capilla lo necesario para poder mantener el peñasco. La inclinación del peñasco fue decisiva en el proyecto de la capilla, ya que queríamos favorecer el diálogo entre ambos elementos. El efecto mimético obtenido hace que la capilla parezca otro peñasco en la colina rocosa de Acapulco.
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Vuestra tercera capilla, la Ecumenical Chapel, está en construcción. El tema religioso no es un tema recurrente en la arquitectura actual: pocos arquitectos lo tratan. ¿Qué ha significado para ti afrontar este tema y qué importancia tiene la espiritualidad en México hoy?

En la historia de la humanidad, la evolución de la fe y de la religión ha estado siempre ligada a la de arquitectura. Las obras más relevantes en la evolución de los espacios, las tipologías, las formas y las técnicas constructivas han sido queridas por las diversas religiones en el mundo. Desde las pirámides en Egipto hasta las catedrales góticas, ninguna habría i sido posible sin el impulso institucional de la fe.
Hoy, esta situación ha cambiado radicalmente. La tipología arquitectónica de los lugares sacros se ha convertido en una “especie en peligro de extinción”. Es muy raro, actualmente, encontrar arquitectos a los que se encargue una obra religiosa. Este es el motivo por el que hemos de aprovechar la ocasión infrecuente que se presenta para restablecer esta relación que ha desaparecido. En las tres capillas que hemos realizado, hemos tratado de hacer justamente esto: olvidar el significado tradicional de la capilla para reinventarlo.


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El proyecto de la plaza de las fuentes en Ciudad Guzmán trata de dar un significado ulterior a la anteiglesia y a la plaza que está frente a la catedral. La plaza se convierte en un lugar de conexión social, además de encuentro religioso. ¿Cuál es, en tu opinión, el rol social del arquitecto y qué peso tiene la arquitectura contemporánea en México?

México es uno de los países con un mayor legado cultural. Sin embargo, queda escondido detrás del atropello sufrido por la conquista española y la fuerte violación del pasado indígena que todavía inciden en una sociedad doliente y víctima.
Esto ha sido el origen de una fuerte inseguridad, que es evidente en nuestra arquitectura: son muchos los esfuerzos que se llevan a cabo para tratar de comprender cuál es el verdadero estilo mexicano contemporáneo. Este camino incestuoso, en el cual cada creación nueva es la versión diluida de su precedente, nos ha llevado solo a la esterilidad creativa. En lugar de intentar expresar nuestro legado cultural, preferimos la pesada tarea de reinventar constantemente nuestros métodos para realizar una arquitectura que es mexicana por el simple hecho de que está hecha por mexicanos.
El arquitecto tiene un papel social por sí mismo porque la arquitectura se “usa”. Unas veces es más social que otras, en función del proyecto. Por este motivo y, sobre todo cuando deben proyectarse espacios urbanos, el arquitecto ha de empaparse de la cultura local del proyecto para comprender en profundidad las problemáticas que hay que resolver y tratar de ser los ojos del usuario. Si no lo hace, corre el riesgo de proyectar espacios públicos que no puedan ser aprovechados y que estén completamente desperdiciados. Para los arquitectos, el proyecto de un espacio público constituye una gran responsabilidad.

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¿Qué tipo de arquitectura necesita México en este momento? ¿Qué consejos darías a los jóvenes que quieren iniciarse en la profesión con conciencia y atención a la actualidad?

La nueva generación de arquitectos mexicanos debe liberarse de las inseguridades culturales que llevan a proyectar obras que quieren demostrar al mundo que son mexicanas. Mexicanas ya lo son. Cuanto menos se intente demostrarlo, más interesante será la propuesta. La arquitectura debe ser una solución específica para un problema único y específico. Ha de nacer de la combinación entre las condiciones propias del lugar (económicas, sociales, políticas, culturales y medioambientales) y las experiencias e ideas del arquitecto.
Aconsejo a los jóvenes que sean autodidactas y que no dejen nunca de investigar, que siempre estén al día sobre la historia de la arquitectura y sobre la producción actual. Ampliando nuestro bagaje cultural, podremos acercarnos cada vez más al ser auténticos. No originales, porque eso no existe, la única cosa verdaderamente original ha sido la creación del universo. Y no hay que olvidar nunca lo que decía Jean-Luc Godard “Lo importante no es de dónde tomas las cosas, es a dónde las llevas”.