Si se pide a alguien que lea un
libro, es muy probable que quiera saber cómo es de largo. Pero si a la misma persona le pedimos que mire una
imagen, ciertamente no nos preguntará cómo es de grande. El libro suele identificarse como
fuente de contenidos y significados, que, para ser desarrollados, requieren concentración e interés, mientras que la imagen aparece como
un objeto en el que perderse con distracción y superficialidad. Según
Schianchi, ello evidencia una grave brecha de nuestra contemporaneidad, que debe ser superada para no caer en una especie de neoanalfabetismo. En efecto, la imagen ha asumido, así, radical y visceralmente, la tarea de traducir el mito del objeto del que
se ha convertido en contenido.
Este texto sanciona
la muerte del objeto como ser dotado de una vida apriorística y su renacimiento como resultado de múltiples y posibles representaciones. Se superan así las barreras entre arquitectura, diseño, fotografía, arte, performance, diseño gráfico, literatura y tatuajes porque la imagen los incluye a todos, como
único lenguaje contemporáneo: todas estas disciplinas contribuyen al significado de la imagen bidimensional o tridimensional.
Paolo Schianchi,
“ L'immagine è un oggetto. Fondamenti di visual marketing con storytelling” (La imagen es un objeto. Fundamentos de marketing visual con storytelling), libreriauniversitaria, 2013