Elisa Minari: Vivienda para todos

¿Puede la arquitectura intervenir con previsión en la forma de la ciudad y en su desarrollo futuro, contraponiéndose a obras violentas de naturaleza eliminacionista empleadas en el pasado para atajar fenómenos come las favelas? Tratando de responder a esta pregunta, en 2011 Elisa Minari realizó su proyecto de tesis en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Parma, el cual ha sido presentado este año en la primera edición del concurso internacional de arquitectura “Next Landmark”, organizado por el portal Floornature.
Elisa Minari ha llevado a cabo un análisis de los asentamientos de tipo parasitario de la forma urbana oficial, denominados, según los casos, las zonas del planeta y las condiciones en que se han desarrollado, barrios de chabolas, favelas o slums, con conclusiones sorprendentes: como tema central, la integración entre los habitantes de las favelas y los habitantes de la ciudad formal, evidenciando cuán fracasadas han sido las políticas de exclusión social, desgarro del tejido urbano o posiciones de fuerza. Se trata, por otro lado, de un fenómeno ineludible para las administraciones ciudadanas afectadas y para el resto del mundo, visto que en la actualidad casi mil millones de personas, es decir el 32% de la población mundial urbana, vive en slums.
Cifras impresionantes que acercan el problema a toda la humanidad e impulsan a proyectar un modelo arquitectónico sustitutivo o integrativo que se base en la cercanía de las necesidades, en cuanto a vivienda, de los habitantes de las favelas a las de cualquiera de nosotros, al menos en términos de necesidades mínimas, de autodeterminación de lo propio y de la participación en su construcción.
Tras la experiencia del programa Favela-Bairro, llevado a cabo en Río de Janeiro en 1993 y que fue el primer proyecto público orientado a la integración y a la transformación de las favelas en barrios urbanos, la política de acción cambió radicalmente, partiendo del concepto de que los asentamientos parasitarios debían ser considerados no como un error que había que eliminar, sino como una fase de un proceso evolutivo de la megalópolis. La atención hacia los habitantes, hacia los que habían heredado y a la vez contribuido a su propia casa en la favela como ciudadanos y no solo como ocupantes ilegales de un suelo y de un edificio, ha sido un concepto clave para el desarrollo de algunos casos de proyectos realizados con participación, en los que se origina el modelo de desarrollo para un sistema de viviendas autoconstruidas propuesto por Elisa Minari. Los módulos residenciales retoman conceptos ya aplicados en la construcción espontánea de los slums, como la unidad regular, fácilmente reproducible a gran escala, la prefabricación y la adaptabilidad.

Contemplando procesos tanto de reestructuración como de reconstrucción partiendo de cero, el proyecto evitará el desarraigo de los habitantes, los cuales serán involucrados en la recuperación de su territorio, pudiendo decidir el grado de intervención personal en el módulo que adquirirán, desde el 50% al 70% o incluso al 100%.

Mara Corradi