04-06-2021

No Architects: Recalificación de la guardería Malvína en Karlín

No Architects,

Studio Flusser,

Praga,

Jardines de infancia,

En el barrio de Karlín, en Praga, No Architects realiza una reforma en una guardería, transformando los espacios con un proyecto de inmersión a medida de niño. La nueva disposición de la guardería Malvina de No Architects se organiza en base a las funciones y momentos cotidianos de los más pequeños y prestando una esmerada atención por los detalles.



No Architects: Recalificación de la guardería Malvína en Karlín

Floornature presenta otra reciente obra de recalificación de interiores encargada al estudio No Architects de Praga. También en la capital de este país no hace mucho habíamos analizado el proyecto de la vivienda en Dejvice, un enfoque particular sobre la transformación de una casa con una distribución complicada. Daniela Baráčková y Jakub Filip Novak, los fundadores de No Architects habían conseguido aportar unidad y comunicación a toda una serie de funciones aisladas, creando una circulación alternativa.
La guardería Malvina se encuentra en Karlín, en Praga 8, a noreste del centro, y es un espacio de 120 m2 en una sola planta, dentro de un edificio multiservicios. El contexto es un barrio moderno, que antiguamente era una zona industrial al margen de la ciudad, y en cambio hoy disfruta de tránsito todo el día y ofrece muchos entretenimientos. La sede del jardín de infancia, que acoge a niños de entre 9 meses y 2 años, ocupa una gran oficina a la que se llega desde la planta baja a través de una escalera de caracol. Más allá del atrio de la guardería, en el pico de la escalera, una primera sala anónima era donde llegaban los padres a dejar a los niños al cuidado de las educadoras. El acceso a la gran sala diáfana principal constituía el punto de separación, simplemente separado por una puerta. Más allá de este punto se desarrollaba un único espacio, demasiado grande para niños que empiezan a caminar, y sin refugios dedicados a ellos, con pocos muebles y muchos juguetes de colores, pero carente de una identificación precisa de las funciones, excepto la cocina y los baños.
Lo que para los adultos constituye el recorrido natural para acercarse a una meta, para niños tan pequeños supone una secuencia de momentos difíciles que culminan con la separación de la familia. Teniendo en cuenta este aspecto los proyectistas de No Architects se concentran en la percepción visual y espacial de la guardería, en la sensación de acogida e identificación a las que puede contribuir la buena arquitectura, proyectando cada función desde el punto de vista de los niños.
Para empezar a cada uno de los espacios de la guardería se le ha asignado una función concreta, atribuyéndole muebles, colores y una gráfica específicos que hasta los más pequeños pueden reconocer. Se eliminó un tabique y así se amplió la zona donde se despiden de los padres, realizando pequeños armarios y taquillas a medida, para asignarle a cada niño un espacio personal adecuado. A la vez los proyectistas pensaron también en los acompañantes, realizando un mueble especial escalonado donde pueden colocar a los niños para vestirlos y desvestirlos. Como bien saben los padres, no es algo comodísimo tener que doblarse para realizar esta operación por cada hijo dos veces al día, teniendo las manos ocupadas con mochilas, bolsas, abrigos y demás: con la sencilla solución ideada por No Architecs, esta fase resulta más cómoda, ya que los niños pueden elegir el escalón más adecuado en base a su altura, y así también este momento se transforma en un juego.
Se ha prestado especial atención al momento de la separación que suele revelarse complejo y difícil. Se han incluido una gran cristalera con una forma curiosa que da a la sala central, y así los pequeños pueden seguir con sus miradas a los padres que se quedan fuera mientras entran a la guardería en brazos de las educadoras; y viceversa, los padres tienen la ocasión de lanzarles un último beso a los niños. Otro pequeño ojo de buey en forma de huevo también permite que estos últimos vean la sala de la siesta antes de entrar a recoger a los niños a la salida.
Las pocos tabiques que había se eliminaron sustituyéndolos con divisorios que más que subdividirlo delinean el espacio,, de forma que se mantiene la percepción de un espacio unitario pero en el que cada función tiene dedicada una zona concreta. La siesta ya no queda aislada en una habitación cerrada, sino que se sitúa tras una pared redondeada con dos ventanas acristaladas y que siempre resulta visible desde cualquier punto de la guardería. En el rincón suroeste se realizó un espacio de juego blando, con rampas y pocos peldaños donde los niños pueden entrenar sus habilidades en motricidad, pero también nichos antropomorfos y pequeños espacios escondite para multiplicar y diferenciar las actividades. El mobiliario y la decoración se proyectó en función del espacio disponible para que se integre y parezca parte estructural del espacio y no añadido: así los niños pueden disfrutar de una experiencia de mayor inmersión en el ambiente de juego y conocimiento.
La cocina ha pasado de ser una habitación cerrada a la que solo accedían los adultos, a trasladarse al centro del espacio y gracias a una isla al alcance de los niños se ha transformado en eje del espacio. Con una forma articulada y unos contenedores en los que meter a los niños para que no puedan llegar a los utensilios peligrosos, esta isla tiene como objetivo estimular y responder a la curiosidad natural que sienten los niños por la comida. Una zona más baja les permite acercarse en autonomía a las meriendas que se les prepara. Una ventana permite que las educadoras vigilen a los pequeños que usan el baño solos detrás de la zona de la cocina.
En el lateral se han organizado las mesas de comedor, construidas a varias alturas y que se pueden combinar libremente para adaptarse al crecimiento de cada uno, pero a la vez dando la posibilidad de que los niños se separan en pequeños grupos o estén todos juntos.
Gracias a la elección de la madera, contrachapado de abedul o MDF, y a un estudiado proyecto cromático, la guardería acoge a los niños con una identidad bien definida. Las lámparas, los revestimientos y los muebles se han proyectado a medida y en los más mínimos detalles. Las funciones están menos diferenciadas y más coordinadas, consintiendo que las educadoras puedan tener mayor control y supervisar a los niños mejor. Las dos columnas estructurales se revistieron de madera, transformándolas en divertidos tótemso en refugios solo para niños, completando un escenario repleto de estímulos.

Mara Corradi

Architects: No Architects
Author Jakub Filip Novák, Daniela Baráčková
Collaborators: Barbora Jelínek, Kristýna Plischková
Location: Křižíkova 159/56, Prague 8 – Karlín (Repubblica Ceca)
Project year: 2020
Completion year: 2021
Built-up Area: 120 sqm
Gross Floor Area: 130 sqm
Usable Floor Area: 120 sqm
Plot size: 500 sqm
Client: MALVÍNA – art kindergarten
Materials
PVC floor, furniture – colored MDF, birch plywood, Corian
Photographer: Studio Flusser, info@studioflusser.com, www.studioflusser.com


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