Un joven proyectista japonés interioriza estos conceptos e interpreta el deseo del cliente de tener un lugar en el que contemplar la naturaleza desde el interior, realizando una construcción que entra a formar parte de la misma. El ingeniero de estructuras Satoru Shimoyama pide a Koji Kakiuchi que realice un pequeño espacio personal de meditación en una parcela de terreno en una colina boscosa de Nara.
Ciudad con una relación especial y simbiótica con la naturaleza, en gran parte caracterizada por los bosques, en la que no es raro ver pasear ciervos por las calles, Nara estimula a los proyectistas a encontrar la solución que comporte el menor impacto posible en el entorno. A esto se añade la inspiración en el arquetipo del torii japonés, el tradicional portal de acceso a la zona considerada sagrada en el culto sintoísta, realizado con dos simples pilares de madera que sostienen una viga de característico color naranja.
Si bien en muchos templos se pueden encontrar varios torii, uno tras otro, es especialmente famoso el Fushimi Inari Taisha de Kioto, precedido por miles de torii. A esta imagen, que gracias al cine ha pasado también a formar parte del imaginario colectivo occidental, hace referencia la estructura del refugio de Nara, cuyo proceso compositivo parte de la secuencia de soportes en forma de marco con dos pilares y vigas de conexión. Prolongándose hacia el otro, los pilares constituyen la osamenta para los cerramientos laterales, realizados en tres lados con planchas de madera quemada, antiséptica y repelente a los insectos. El frente, constituido por una vidriera a toda altura, permite la vista total del bosque.
Con el fin de reducir ulteriormente la presencia de construcción en la naturaleza, el proyecto reduce el número de pilares a cuatro, con una viga de conexión entre los dos frontales, utilizable como mirador a una altura inferior.
El espacio interior no es más que una estancia desnuda, revestida de madera multicapa y articulada por el ritmo de los pilares que evocan el tema de los torii, con una pequeña galería para poder volver a ver la vista estando al aire libre. Una pequeña escalera bajo el suelo da acceso al refugio en la más clásica tradición de las casas en árboles.
Mara Corradi
Proyecto: Koji kakiuchi
Cliente: Satoru Shimoyama
Lugar: Nara (Japón)
Proyecto de estructuras: Satoru Simoyama
Superficie útil bruta: 8,31 m2
Área del terreno: 445 m2
Inicio proyecto: 2008
Final de las obras: 2009
Estructura de cedro japonés
Paredes interiores revestidas de madera multicapa
Fotografías: © Koji kakiuchi
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