17-08-2022

Djernes & Bell: reforma de una residencia histórica, Copenhague

Djernes & Bell,

Lars Rolfsted Mortensen, Nikolaj Thaning Rentzmann,

Copenhague, Dinamarca,

Housing,

La primera obra de Djernes & Bell se materializa en la reforma de una vivienda del siglo XIX en el centro histórico de Copenhague, con salas comunicantes y detalles nobles que había que valorizar. La arquitectura como reparación, ya que ellos mismos sostienen que, “lo que ya existe es lo más sostenible que se pueda tener”.



Djernes & Bell: reforma de una residencia histórica, Copenhague

Djernes & Bell se define como un estudio de arquitectura con un interés especial por “lo que ya existe”: lo construido, lo material, lo humano, lo natural. De recientísima formación, ya que Justine Bell y Jonas Djernes lo fundaron en 2020, la sede se encuentra en Copenhague, al igual que su proyecto de estreno en común, la transformación y recuperación de una residencia nobiliaria en el centro histórico de la capital.
Pero Justine Bell y Jonas Djernes tuvieron cada uno una carrera independiente antes de emprender el camino juntos. Justine Bell trabajó con John Pawson y Carmody Groarke en Londres y con Gottlieb Paludan en Copenhague, y además es profesora externa en la Aarhus School of Architecture, Design & Build Studio y es profesora invitada en el Institute of Architecture and Culture de la Royal Danish Academy of Architecture. Jonas Djernes colaboró con 6a architects y Caruso St. John en Londres, y con Leth & Gori en Copenhague y enseñó en el Institute for Architecture and Technology de la Royal Danish Academy of Fine Arts School of Architecture.
Este primer proyecto al unísono se puede describir como una especie de manifiesto de sus ideales, ya que todos sus gestos van en la dirección de prolongar la vida de lo existente, ya sea una obra de arquitectura, un revestimiento interno, un objeto o detalle de decoración. Con el aforisma de Claude Monet "...su entorno lo trae a la vida: la luz y el aire, que varían continuamente" los arquitectos se focalizan en el hecho de que la materia no existe en cuanto realidad estática, sino en su continua transformación, siendo natural favorecerla y valorizarla. Por eso el espacio en el que cada uno de nosotros vive y que los arquitectos manipulan, no ha de tener la presunción de ser o parecer siempre nuevo y sin imperfecciones, porque sería una falacia. Las señales del tiempo, su pátina, es algo bueno porque sirve para narrar la historia del lugar. Lo que cuenta es no destruir el paso de otras vidas anteriores, sino seguir evocándolas.
La idea que ellos expresan de forma recurrente es que la condición más sostenible es la existente, ya que no son necesarias obras de derrumbe y reconstrucción, sino en caso necesario solo de reparación. Y de ahí sale el esmero que Djernes y Bell aplican a sus acciones, a escala de detalle.
La residencia se encuentra en el centro histórico de Copenhague, en un edificio de esquina construido en 1859 en el que ocupa toda una planta. Por dentro presentaba una distribución con habitaciones comunicantes que daban a la calle, y así se ha mantenido, sin añadir tabiques u otros cerramientos, con la única excepción del bloque central dedicado a los servicios. Siguiendo las indicaciones visibles en los planos del archivo histórico de la ciudad, las habitaciones más reservadas se colocaron en los extremos laterales, mientras que la zona más pública se ha mantenido en el centro, coincidiendo con la esquina de la fachada y la entrada a la vivienda.

En el momento de iniciar la obra en el aspecto del piso abundaban los detalles nobles, como la boiserie a distintas alturas, usada como revestimiento parcial o total de las paredes, con elegantes marcos decorativos. En lugar de reemplazar los materiales desgastados con otros nuevos, el enfoque planteado fue recuperar, incluso mediante pequeños “remiendos” realizados en la madera. Así se hizo con el suelo de pino, en el que se realizaron más de 30 injertos para recuperar los bordes de los listones dañados. Donde era necesario, la madera se sustituyó con pino o roble autóctonos certificados. La colaboración con carpinteros de la zona fue una elección consciente y precisa también para realizar el nuevo mobiliario.
La entrada, la cocina y el pasillo con despensa en la parte de atrás, y los baños, han sido sometidos a una transformación más decidida. La cocina se proyectó nueva por completo pero se montó como unidades autoportantes, para preservar los paneles originales de madera y los marcos de escayola. La generosa trasera de la cocina actúa de despensa, creando una rápida conexión entre la entrada y la zona más reservada de la vivienda. La cocina y el fregadero en la trasera de la cocina quedan ocultos por puertas escamoteables que permiten ordenar estos espacios de forma rápida. Los fregaderos y la encimera de la isla fueron realizados por encargo en arenaria roja sueca, la misma piedra que caracteriza todas las superficies de los baños y los rodapiés en el vestíbulo de entrada.
La consideración por lo general negativa que tienen por la producción de mobiliario nacional en serie les llevó a preferir desde hace tiempo el diseño en autonomía y sobre todo la realización encargada al cuidado de artesanos. En esta casa es lo que hicieron con todas las mesas, grandes y pequeñas, de nogal europeo de 90 años por lo menos, para garantizar la sostenibilidad medioambiental de la producción.
Toda la vivienda está constelada de detalles que ennoblecen el espacio: desde las elegantes ventanas circulares que comunican espacios distantes entre sí, como la entrada y la zona de la ducha; o la puerta escondida en la pared del dormitorio, por la que se entra al baño. O las tomas eléctricas redondas y negras, casi como si fueran joyas engarzadas en las paredes y destacadas, o los nuevos radiadores realizados inspirándose en el estilo original, o los techos de casetones.
Los colores, completamente renovados respecto a los originales, evocan los ambientes delicados de los cuadros de Giorgio Morandi, que pintaba botellas y frascos componiendo paisajes metafísicos.

Mara Corradi

Architects: Djernes & Bell
Client: Private
Engineer: Regnestuen and Ekolab
Contractor: Bolig 360 with Hus Entrepris/ Sergejs Turs
Stonework Contractor: E-Nielsen
Carpenter walnut tables: https://www.instagram.com/bacdstudio/?hl=en
Photography:
(01, 03-21, 23-28) Lars Rolfsted Mortensen https://cargocollective.com/larsmortensen https://www.instagram.com/mortensen_photography/?hl=en
(02) Nikolaj Thaning Rentzmann
(22) Jonas Djernes www.djernesbell.com https://www.instagram.com/djernesandbell/?hl=en


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