20 años de arquitectura: las vanguardias de proyecto en tiempo real

¿Qué significa hoy en día contar lo que sucede en el mundo de la arquitectura exactamente mientras está sucediendo? Ya no tiene nada que ver con la capacidad y la importancia de llegar a la información, que en realidad está disponible para cualquier usuario de las redes de forma inmediata, sino que más bien se centra en la capacidad de discernir. Se trata en primer lugar de una responsabilidad.
Ahora, gracias a Google street view, ya se puede asistir a la fase en que se levantan los andamios en una obra, y con toda probabilidad, en el momento en el que se celebre la inauguración del próximo museo proyectado por el maestro del momento, ya estará disponible la imagen tridimensional del edificio completado.
Ocuparse de los contenidos que ilustran el proyecto contemporáneo en tiempo real, tal y como ha hecho la sección Proyectos del portal de Floornature en estos 20 añosimplica la responsabilidad de orientar a los propios usuarios hacia un tipo de elección frente al maremágnum de los medios digitales: las informaciones que comunican los proyectistas y las empresas de construcción, las agencias de comunicación, los portales de los concursos, premios y reconocimientos, etc., a las que en los últimos 10 años se han añadido las páginas de las redes sociales. A pesar de que el impulso colectivo tienda a la indigestión figurativa, y a la arquitectura se le adjudiquen nombres ilustres, fechas, lugares, materiales o formas “explosivas”, es raro que se haga el análisis de un tema, que se profundice, que se corrobore, que se asuma una posición, sobre todo cuando se trata de proyectistas desconocidos.
Desde su fundación en 2001, siendo uno de los primerísimos portales dedicados a la arquitectura, el nuestro ha ido afinando a lo largo del camino su intuición sobre las vanguardias, tanto en términos de pensamiento proyectual como de cultura arquitectónica o de influencia social. Cuando nació Floornature gracias a la intuición de un jefe de empresa, Romano Minozzi, aún era fuerte la convicción de que el progreso colectivo coincidiera con el progreso económico. El desarrollo volumétrico, el consumo del suelo, el aumento productivo, el consumismo pero también el abandono de terrenos inhóspitos en favor de otros que prometieran más, en términos económicos, eran los temas que se afrontaban en las conversaciones públicas y privadas en los estudios de arquitectura. Materiales como el hormigón armado, el cristal, el acero y los materiales compuestos podían caracterizar un edificio de vanguardia. El Movimiento Moderno estaba superado desde hacía tiempo, pero la imagen del futuro conjeturado en los años 30 seguía ocupando nuestra imaginación.
Floornature en poco tiempo cambió de ruta para proponerse como un portal dedicado a la sostenibilidad medioambiental. Por deseo de la dirección que ya entonces se había comprometido empresarialmente con este tema, y con su apoyo financiero, se les pidió a los redactores que seleccionaran y propusieran edificios realizados teniendo en cuenta este aspecto. Y con el pasar de los años el tema se extendió de la sostenibilidad medioambiental a la social, indagando en la combinación de ambos atributos. Por un lado, una buena arquitectura en términos de eficiencia y por el otro, un proyecto capaz de delinear el comportamiento de las personas, mejorando el estar juntos. Al igual que las repercusiones en el contexto de una obra controlada también en el aspecto medioambiental.
Este tipo de atención se fue convirtiendo con los años en síntoma de un esmero más global del proyecto, del gesto arquitectónico que no solo presagia una innovación formal sino que demuestra un profundo interés por las personas implicadas en el proceso y su uso cotidiano del lugar.
Por lo tanto, esto nos ha llevado a menudo y de buen grado a alejarnos de los templos de la innovación tecnológica simbolizados por Occidente. Llenos de curiosidad hemos emprendido nuevos caminos, guiados por el reciclado y la reinterpretación de los materiales propios del lenguaje arquitectónico de los territorios descentrados, conscientes de que los medios de comunicación de la arquitectura siguen acusando eurocentrismo. Y hemos propuesto a nuestros lectores las soluciones más audaces en temas como, por ejemplo, la ventilación natural o la reducción de la radiación solar, en países lejanos para nosotros como Vietnam, China, Bangladesh o México. En cierto sentido la excelencia para el medioambiente se convertía también en una excelencia cultural y social.
Sentimos que el camino emprendido es el acertado, especialmente en vista del futuro que nos espera. Es cada vez mayor el interés que en estas tierras suscita nuestro tipo de enfoque inédito para un medio digital, categoría que suele etiquetarse como “perezosa”. La búsqueda de la excelencia, también y sobre todo cuando se va a dar con ella en los confines del mundo, nos apasiona porque es una forma honesta de tener informado a nuestro público sobre la evolución de la arquitectura.

Mara Corradi

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