Sebastián Arquitectos: restauración de la ermita de San Juan de Ruesta

Dentro de las actividades de las que se ocupa el estudio Sebastián Arquitectos de Zaragoza revisten gran importancia las obras relacionadas con la salvaguardia de bienes arquitectónicos y del patrimonio. Entre los proyectos más recientes de recuperación y asignación de nueva función sorprende especialmente el de la ermita de San Juan, ubicada en la aldea despoblada de Ruesta, cerca del embalse de Yesa, en el noroeste de la provincia aragonesa de Zaragoza.
Fundada como fortaleza islámica en el siglo IX a orillas del río Aragón, al pie de los Pirineos, Ruesta se encuentra en el Camino de Santiago, siendo declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1993. Por su posición privilegiada, en tiempos pasados fue un próspero centro de intercambio hasta que para construir el embalse de Yesa, a principios de los años 60 del siglo pasado, se expropiaron los terrenos agrícolas, lo que conllevó una despoblación progresiva de la aldea.
Hace unos años Sergio Sebastián recibió el encargo de idear un plan de acción que pusiera freno a la degradación del núcleo urbano, para que la aldea pudiera volver a representar una presencia activa en el Camino de Santiago, proponiendo nuevas formas de turismo. En paralelo a aquella obra, la Confederación Hidrográfica del Ebro decidió poner en sus manos también la restauración de otro bien arquitectónico que se encontraba en condiciones de profundo decaimiento, la cercana ermita de San Juan. Antaño daba directamente al río Aragón y representaba una de las etapas del Camino de Santiago. La documentación fotográfica histórica nos ayuda a entender que hasta hace unos 20 años el edificio, a pesar de resultar casi inaccesible a causa de la vegetación, seguía manteniendo prácticamente su condición original. Pero en 2001 se derrumbaron gran parte de sus muros perimetrales, haciendo ceder el tejado prácticamente por completo. Años antes, cuando se había construido el embalse, los preciosos frescos que lucían en su interior, definidos como parte de una de las colecciones de pintura románica del siglo XII más importantes de España, se trasladaron al Museo Diocesano de Jaca donde se conservan y exponen en la actualidad.
Al abordar la restauración de la obra, Sergio Sebastián se preguntó qué es lo que queda actualmente de los valores esenciales que respaldaron la concepción de esta construcción.

Concebida con una sola nave cuyo ábside estaba orientado hacia el este, la ermita tenía en origen un volumen compacto protegido por robles y encinas, que el arquitecto decidió reconstruir sin pretender ocultar los deterioros infligidos por el paso del tiempo. El objetivo es que el edificio vuelva a ser un lugar concurrido, como parte que es de un camino vital. Las ruinas no deben quedarse en eso, sino que deben transformarse para asumir un nuevo significado, una nueva función, concretamente, convirtiéndose en refugio para los peregrinos del Camino. La construcción de una estructura que completa lo que falta, evocando las formas de la ermita histórica, y metafóricamente evocando un itinerario de recuerdos, se realiza en imitación de lo antiguo, pero utilizando también el contraste. En la obra de Sergio Sebastián la nueva construcción representa aproximadamente el 60% de la nave principal y se posa sobre la estructura existente, realizando a la vez una obra de continuidad y discontinuidad. La cubierta se compone de lajas de piedra superpuestas que reconstruyen el tejado de dos aguas, adoptando un lenguaje distinto del original: a diferencia de los muros originales, construidos con piedras todas ellas diferentes en forma y pigmentación, los muros nuevos están formados por módulos estándar.
Para asegurar la continuidad cromática se reconstruye la mampostería exterior derrumbada empleando sillares de piedra clara esculpida, con caras exteriores de doble inclinación, que van a formar un motivo decorativo abstracto dispuesto en horizontal. Los módulos de construcción vista incluyen pequeños huecos, los denominados “mechinales” , orificios que se han dejado en los sillares en fase de proyecto para permitir que entre la luz natural en la ermita, y que forman una celosía en imitación del esquema aún visible en las paredes del ábside. Así por dentro se genera un ambiente impregnado por el claroscuro que se presume que la obra pudiera tener cuando fue construida hace siglos. Para terminar, Sergio Sebastián utiliza el hormigón para marcar la línea divisoria entre ruina y renovación, como ya había experimentado en la restauración de la aldea de Ruesta.
La inspiración que reconstruye la unidad arquitectónica, realiza además una variación reconocible y distintiva que transforma el espacio de la ermita en algo nuevo, preparándolo así a una función nueva y distinta.
Como parte de la intervención, se arregló también el terreno que rodea la ermita, colocando algunas de las piedras que hace años se habían derrumbado de las paredes. La disposición no es casual, sino que una vez más, está pensada para crear una trama que se despliega a partir del camino empedrado que conduce a la entrada de la ermita por el lado sur. Podría parecer una decoración a gran escala o un gesto paisajístico que amplifica el valor del bien arquitectónico, y que llama la atención de los transeúntes actuales del Camino de Santiago.

Mara Corradi

Architects: Sebastián Arquitectos slp https://www.sergiosebastian.es/
Director: Sergio Sebastián Franco
Technical architect: Pablo Sebastián
Team: AlejandroAlda, GiorgioBernardi, ValeriaGasparini, Laura Martínez
Engineers: Javier Caamaño, Matute Manrique, Assist. QUE technique
. Archeology: Paleoymas
Historian: Alex Garris
Location: Ruesta, Zaragoza, Spain
Restoration: Sponsorship Jimeno
Promoter: Confederación Hidrográfica del Ebro, and UTE Yesa
Builder: RubioMorte and UTE Yesa
Photos by: Iñaki Bergera / Sebastián Arquitectos

CAPTIONS
01-13: Photos by Iñaki Bergera
14-17: Photos by Sebastián Arquitectos
25-29: Historical photos

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