02-09-2020

RO&AD + RAU: Observatorio Tij en la reserva de Scheelhoek, en Holanda

RO&AD Architecten,

Merijn Koelink,

Stellendam, Nederland,

Land Art,

Luego de la reapertura de las esclusas de Haringvliet, algunas organizaciones holandesas han encargado proyectos para la rehabilitación y la valorización del ecosistema que ha vuelto a nacer. Entre éstos, la construcción de Tij, un observatorio de aves diseñado por los estudios RO&AD + RAU.



RO&AD + RAU: Observatorio Tij en la reserva de Scheelhoek, en Holanda

La reapertura de las esclusas de Haringvliet, en el sur de Holanda, en noviembre de 2018, ha contemplado una serie de programas en el contexto del Dream Fund Project Haringvliet, nacidos con la intención de valorizar este hecho histórico y afianzar, de formas diferentes, el ancestral nexo entre el mundo humano y el natural. Entre los proyectos llevados a cabo por encargo de las organizaciones ambientalistas Vogelbescherming y Natuurmonumenten encontramos el Tij, un observatorio de aves instalado en la reserva natural de Scheelhoek, diseñado y desarrollado por los estudios RO&AD Architecten, de Bergen op Zoom y RAU Architecten de Ámsterdam.
El alcance de un evento como el de la reapertura de las esclusas de la bahía de Haringvliet, puesto en marcha por el Ministerio de Infraestructuras y del Agua de los Países Bajos por petición de la Comisión Internacional de protección del Rin, ha sido inestimable desde el punto de vista de la historia natural del lugar y de la restauración de la biodiversidad. La construcción de este dique formaba parte del famoso Plan Delta, un programa de obras de ingeniería estudiadas para limitar la influencia de las mareas en el extenso delta de los ríos Rin, Mosa y Escalda y realizadas a lo largo de 40 años a partir de 1953, cuando la inundación del Mar del Norte en los Países Bajos había causado la muerte de 1835 personas y una catástrofe natural. Luego de la construcción del dique de Haringvliet en 1970, el estuario se convirtió en un lago de agua dulce, los peces ya no pudieron migrar y la biodiversidad disminuyó.
Con la reapertura de las esclusas se espera, por tanto, el regreso de los peces, el restablecimiento parcial de las aguas salinas, la rehabilitación del hábitat de algunas especies y, con la intención de valorizar todo esto, también la creación de un recorrido turístico para el acceso y disfrute de este variado ecosistema que volverá a ser una encrucijada para la migración de miles de especies marinas y aves. El restablecimiento de ese lugar de transición natural entre el mar y los ríos, que está representado por el delta, hoy día impulsa a los holandeses a diseñar arquitecturas destinadas a la función de mirador para la valorización del paisaje, pero además desarrolladas para integrarse de modo simbiótico con el elemento natural y capaces de ser completamente reciclables, en un contexto de economía circular.
Iniciado en 2015, el estudio para el Tij (en holandés “marea”, pero también “huevo”, y ambos nombres encajan), ha llevado a la realización de un objeto desarmable que se compone de partes prefabricadas que, después de haber sido colocadas en obra, son completamente desmontables y reciclables. Por lo tanto, el nuevo observatorio ha sido pensado más bien como una instalación provisional en el contexto de un plan paisajístico a grande escala que, siguiendo el ejemplo de la naturaleza, puede modificarse o desarmarse y reutilizarse para otros fines. La estructura es de madera, construida siguiendo un modelo paramétrico para obtener una buena relación entre forma, resistencia, tamaño de las partes y de las aberturas. La elaboración del modelo con máquinas de control numérico ha permitido realizar arcadas relativamente grandes utilizando pequeñas piezas de madera.
Los proyectistas han imaginado una forma zoomorfa, la de un huevo de Thalasseus sandvicensis (un pájaro comúnmente llamado charrán patinegro), de mayor tamaño, apoyado sobre un nido hecho en la arena como normalmente hace este pájaro cuando pone, recreando de esta forma un hábitat reconocible. En lugar de las plumas de este animal, para formar el nido entre las pequeñas dunas de arena se han colocado unos palos de madera de castaño y cañas. La reserva de Scheelhoek, de hecho, está formada por grandes cañaverales en el interior de las áreas costeras y por algunas islas de arena, que son las áreas donde se reproducen y alimentan numerosas especies de aves, tales como el charrán común, la espátula y el charrán patinegro.
Para no molestar a las aves se ha diseñado un recorrido para acercarse al Tij en parte enterrado en la arena y en parte cubierto, construido con palos de amarre y tableros de azobé (una madera resistente que se usa en obras marinas) reutilizados. Las paredes mismas del túnel de arena se han pensado para ofrecer un hábitat a los charranes y a los playeros, y los agujeros externos se ha realizado para la nidificación artificial del avión zapador. Por último, entrando en el observatorio pueden verse los charranes y todas las demás especies que viven dentro y alrededor del agua del delta.
Visto que después de abrir las esclusas el nivel del mar se eleva durante el año, la parte inferior del ”huevo”, que podría quedar sumergida, se ha construido con madera de pino insigne, particularmente resistente al agua, y sin taponados, mientras que la superior, que se ha calculado pueda permanecer seca, se ha realizado con pino y se ha recubierto con paja de caña del lugar, recogida precisamente en el mismo ambiente. Dentro del mirador, el recorrido de contemplación de la naturaleza tiene forma de espiral, en dos niveles, que corresponden a las dos partes demarcadas por el cambio de piel. El recorrido interno elevado, que también cumple con la función de estabilizar la estructura, está construido con madera laminada cruzada(CLT).
El volumen, a su vez construido con elementos laminados prefabricados y ensamblados en el lugar, y parcialmente recubierto con paja, desde afuera luce cerrado, compacto y completamente mimetizado con el entorno, hasta el punto de no ser considerado como un elemento artificial por las especies de aves que nidifican en torno a éste. En el interior, en cambio, el Tij ofrece muchos puntos de observación, aberturas preestablecidas o hendiduras creadas en el tejido estructural de madera que, gracias a la luz que se filtra, proporciona la sensación de encontrarse lo más cerca posibles del hábitat circunstante.

Mara Corradi

Architect: RO&AD Architecten, Bergen op Zoom - RAU Architecten, Amsterdam
Design team RO&AD: Ad Kil, Ro Koster, Martin van Overveld, Athina Andreadou, Loyse Rebord, Rodrigo Altamirano
Design team RAU: Thomas Rau, Michel Tombal, Jochem Alferink
Location: natuurgebied De Scheelhoek, Stellendam, Nederland
Start-End construction: 10-2018 - 03-2019
Commissioner: Vogelbescherming & Natuurmonumenten
Main structural engineer: BreedID, Den Haag
Structural engineer wood: Aalto University Finland
Wood engineering: Geometria, Finland
Landscape: H+N+S Landschaps Architectuur, Amersfoort
Contractor: Van Hese Infra, Middelburg
Thatched roof: Elg Rietdekkers, Schoonebeek
Photography: (04 – 12) © Katja Effting
Drone photograph: (01 – 03) © Merijn Koelink


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