03-08-2022

Espacios comunitarios para refugiados rohinyás, en Ukhia - Teknaf, Bangladés

Rizvi Hassan, Khwaja Fatmi, Saad Ben Mostafa,

Asif Salman, Rizvi Hassan,

Bangladesh,

Rizvi Hassan, Khwaja Fatmi y Saad Ben Mostafa son los arquitectos de los espacios comunitarios para los refugiados rohinyás, en la frontera entre Bangladés y Myanmar. Con su enfoque y el aporte de la comunidad, han logrado consolidar un método participativo que ha transformado la arquitectura en una herramienta de recuperación de la dignidad.



Espacios comunitarios para refugiados rohinyás, en Ukhia - Teknaf, Bangladés

Entre los 20 proyectos finalistas del Aga Khan Award for Architecture (AKAA) 2022 hay un grupo de seis edificios en apoyo a la población rohinyá, refugiada en Ukhia - Teknaf, Bangladés, tras su huida de la violencia en Myanmar. Desde agosto de 2017, más de 700.000 rohinyás han huido hacia Bangladés y se han refugiado en un campamento de refugiados cuyo tamaño no tiene precedentes. Community Spaces in Rohingya Refugee Response constituye una serie de proyectos, por iniciativa de la ONG BRAC, ActionAid y de la comunidad misma, y coordinados por tres arquitectos bengalíes, Rizvi Hassan, Khwaja Fatmi, Saad Ben Mostafa, para responder a una crisis que ha durado más de un año.
Desarrollados principalmente en la etapa posterior a la de emergencia, en la etapa de transición y en la etapa de desarrollo del campamento, estas construcciones han afrontado las variadas exigencias, físicas, de relación y de expresión, creando espacios de encuentro en los que las personas pudiesen salir de sus viviendas improvisadas para compartir y comunicarse.
Después de haber experimentado en el campo el proceso de participación en los slums de Daca, Rizvi Hassan cuenta que su idea sobre el papel que juega el arquitecto en la construcción de una obra ha cambiado. En estos entornos tan difíciles, el rol directivo que el arquitecto tiene en el lugar de las obras debe necesariamente evolucionar y dejar un amplio espacio a la capacidad de escuchar las necesidades y las ideas manifestadas por las comunidades receptoras.
Mucho más importante que el qué será la obra arquitectónica, lo es el desarrollo y enriquecimiento con valores del cómo, es decir, el proceso para realizarla. En situaciones como éstas, entonces, mucho antes que la forma del edificio nace la razón del edificio, que para nada es obvio y que no tiene antecedentes, en la búsqueda de la calidad de vida. Lo que resulta sorprendente es que las personas que han tenido que vivir en estos campamentos se han ido acercado poco a poco a la idea de construir espacios para la comunidad y se han visto involucradas en el proyecto de construcción a través de discusiones colectivas y de intercambio de prácticas y métodos. Los arquitectos han comprendido que era necesario seguir este flujo de voluntades, haciendo un esfuerzo para no imponer técnicas puramente occidentales, sino, más bien, para recopilar las variadas visiones sobre, por ejemplo, los diferentes conceptos de espacio compartido, y de esta forma dejar que las personas construyeran el lugar. La distribución general de los edificios ha sido ideada, pero luego éstos han sido modificados de modo sorprendente y completados por la gente, sin que esto fuese visto como un agravio sino, por el contrario, como una señal de pertenencia de la obra a los usuarios mismos.

Partiendo del hecho que la estabilidad es un concepto que los refugiados difícilmente sienten y viven en su cotidianidad, el camino emprendido y compartido ha sido el de construir estructuras de carácter temporal, utilizando chapa ondulada, telas facilitadas por las mujeres y cañas de bambú debido a su capacidad de rápido crecimiento y, por lo tanto, por hallarse disponible en grandes cantidades. De esta forma se ha intentado proporcionar una estabilidad, al menos parcial, que hablase de una etapa de la vida de los refugiados rohinyás sin que resultase un presagio de que el campamento de refugiados pudiera convertirse en una situación permanente. Lo económico de los materiales y la posibilidad de replicar los proyectos han sido las directrices principales, pero también la disponibilidad y la pertenencia de las culturas y tradiciones constructivas de la gente.
Los seis edificios se han construido en secuencia, uno tras el otro, en base a las necesidades de la comunidad y del entorno específicos, de manera que cada uno preparase el terreno ideal para involucrar a la gente en el proyecto siguiente. Un caso significativo ha sido el del Safe Space for Women & Girls en el campamento n.° 25, una plataforma que ha proporcionado apoyo a las mujeres y niñas rohinyás en lo que se refiere a los servicios básicos y les ha ofrecido un espacio para desarrollar las relaciones sociales de género y para participar en cursos de formación. El patio interno conecta los ambientes que lo rodean en un solo espacio y, aunque las habitaciones son relativamente más pequeñas que las de otros centros, las aperturas hacia el patio proporcionan una percepción de espacio más amplio. Su insólita forma oval, en un campamento de alojamientos como “cajas”, ha llamado la atención, inclusive algunos han pensado que se trataba de un estadio. Los artesanos han comenzado poco a poco a sugerir técnicas, tales como, la cubierta de hojas de palma o las uniones de bambú, mientras que las mujeres y las niñas han escogido las plantas para decorar los espacios internos y las pinturas de las paredes.
Algunas soluciones estructurales básicas se han aplicado también en la mayoría de las estructuras, como la de construir sobre un solo piso para limitar los daños en caso de lluvias monzónicas, y realizar cubiertas de bambú y paja, aplicando técnicas artesanales ya probadas que no siguen dibujos ni planos.
El Shantikhana Women Friendly Space y el Display & Production Centre for Rohingya Women son otros espacios dedicados a las mujeres para reforzar su papel social y protegerlas contra la violencia, pero albergan también talleres de formación y espacios de exposición de las obras realizadas por éstas a mano. Por último se suman los espacios dedicados a la comunicación y al reforzamiento del sentido de pertenencia, entre los cuales, el centro comunitario dedicado al pueblo Hindupara, una minoría hindú de rohinyás, y el Bhalukia Community Center, dedicado a afrontar las dificultades de diálogo entre los refugiados y las comunidades que los reciben en Bhaluka, Bangladés.

Mara Corradi

Project Name: Community Spaces in Rohingya Refugee Response
Architects: Rizvi Hassan, Khwaja Fatmi, Saad Ben Mostafa
Client: Forcefully displaced Rohingya Community, BRAC & ActionAid
Completion year: 2018-2020
Location: Ukhiya-Teknaf, Bangladesh

Photos by:
(01, 02, 04, 06-12): Rizvi Hassan
(03-05): Asif Salman


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