28-08-2019

El Cortijo de Felipe Assadi: entre líneas truncadas y panoramas privados

Felipe Assadi Arquitectos,

Fernando Alda,

Guayaquil, Ecuador,

Ville,

Conjugando originalidad y funcionalidad en una sola forma el arquitecto chileno Felipe Assadi ha realizado un proyecto residencial de lujo en Guayaquil, Ecuador. Se llama Casa El Cortijo y como el nombre sugiere se inspira en los patios interiores que caracterizan los edificios del centro de la ciudad. En este caso sin embargo el dueño es solo uno, como solo uno es el número de plantas del edificio.



El Cortijo de Felipe Assadi: entre líneas truncadas y panoramas privados

Felipe Assadi, arquitecto y profesor de origen chileno, se ha enfrentado a varios proyectos de alto nivel. Trabajos en los que el esmero por los detalles y la búsqueda del lujo no dejan margen para errores. Entre los ya realizados figura en el campo de las afueras de Guayaquil en Ecuador El Cortijo, situado en el centro de una fértil parcela de 5000 m2.
A pesar de la abundancia de vegetación el nombre de la casa no deriva del campo que queda fuera, sino de lo que se encuentra en su interior. Tomando como base los grandes edificios que constelan el centro de Guayaquil, Assadi decidió replicar, a escala más pequeña, el típico patio compartido al que dan los balcones de los diferentes pisos. Estas comunidades, cerradas por los cuatro costados, no desvelan al exterior la presencia de un espacio verde compartido. Los residentes del centro de la ciudad a menudo están acorralados por el cemento, por lo que el patio interior de cada edificio se convierte en un paisaje personal que logra mantener una débil, aunque indispensable, conexión con la naturaleza.
Felipe Assadi ha querido adoptar el mismo principio proyectual para El Cortijo, realizando una obra enigmática, encerrada en sí misma. El envoltorio exterior se caracteriza por ladrillos rojos cara vista, que se acoplan dando forma a un paralelepípedo bajo y de trazado cuadrado, pero que resulta animado y dinámico gracias a las formas truncadas que lo componen. La casi total ausencia de aberturas oculta a la vista un gran jardín interior que Assadi quiso incorporar en referencia a los edificios del centro.
El jardín interior por lo tanto es el fulcro vital del proyecto. Alrededor de su forma rectangular se distribuye el edificio como si fuera una muralla. Por el lado exterior las aberturas son escasas, pero las paredes que actúan de divisorio entre la casa y el patio central son completamente transparentes. Enormes cristaleras dan al jardín por todos los lados, creando una conexión visual entre los diferentes espacios de la casa, recreando ese paisaje interior y personal que es parte fundamental del concept.
La zona verde del jardín está enmarcada por un adoquinado de piedra junto al que se instalan tres franjas paralelas: la primera, hacia el exterior, acoge un parterre de matas floridas, la segunda contiene una piscina al ras del suelo larga y estrecha, mientras que la última con suelo de terracota sirve como camino para cruzar de un lado a otro y como borde de la piscina. La alfombra de césped que cubre el jardín se mantiene a la inglesa, y neutraliza su pureza geométrica un árbol y una luz de suelo, situados ambos junto a uno de los extremos del jardín.
Por los cuatro lados del jardín se accede a los espacios interiores, cada lado con su vista particular. Los interiores son de estilo minimalista, aunque demuestran ser capaces de jugar con diferentes materiales, estilos y líneas. De hecho las habitaciones tienen cada una un carácter distinto, siendo las únicas constantes del proyecto el blanco de las paredes, a excepción del comedor, y la presencia de grandes cristaleras cortadas a medida para adaptarse a las formas truncadas del caparazón.
Precisamente esta forma irregular, truncada, es el elemento arquitectónico peculiar del edificio. Los segmentos que componen la cubierta de El Cortijo no están dispuestos de forma casual sino que marcan la subdivisión de los espacios interiores, haciéndolos así evidentes. Esto crea otro vínculo con el concept inicial de Assadi: una comunidad no es más que una entidad que se puede descomponer en unidades habitables más pequeñas. Y así El Cortijo, como los edificios del centro, es una construcción única que cuando se observa desde fuera se puede descomponer fácilmente en sus unidades arquitectónicas individuales, cada una de las habitaciones, simplemente siguiendo las líneas del tejado.
En conclusión los ingredientes para proyectar la casa perfecta, según el arquitecto chileno, son los siguientes: intimidad y mucha vegetación dentro y fuera para estimular a los residentes de la casa a vivir lo más posible al aire libre.

Francesco Cibati

Year: 2019
Architect: Felipe Assadi Arquitectos
Collaborators: Alice Schuck, Macarena Ávila
Building Company: Francisco Ibañez
Location: Guayaquil, Ecuador
Typology: Housing
Photographer: Fernando Alda

http://www.felipeassadi.com
http://www.fernandoalda.com


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