16-11-2021

RE-THINKING TROPICAL CITY: HIGH RISE - WOHA

WOHA Architects,

Tim Griffith, Albert Lim KS, Patrick Bingham-Hall,

Singapur,

Residencias,

Green Architecture,

 “Cogieron todos los árboles y los metieron en un museo de árboles, y luego le cobraban a la gente un dólar y medio para verlos
¿No parece siempre que te das cuenta de lo que tenías sólo cuando lo has perdido?
Asfaltaron el paraíso y en su lugar pusieron un aparcamiento”.
- Joni Mitchell



<strong>RE-THINKING TROPICAL CITY: HIGH RISE - WOHA</strong><br />
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Eran los años 70 y Joni Mitchell observaba desde la ventana de su hotel en Honolulu el contraste entre las espectaculares aguas del océano Pacífico y las construcciones especulativas. Eso la impulsó a escribir la letra de ‘Big Yellow Taxi’, una de las primeras canciones de protesta sobre el medioambiente. En una de las estrofas ataca a quienes arruinan la belleza del planeta, y además de privar a la gente de un bien común precioso, tienen la poca vergüenza de cobrar la entrada para admirar los últimos ejemplares conservados en el Foster Botanical Garden de Honolulu, donde se encuentran algunas especies de plantas raras o en vías de extinción. La cantautora, activista apasionada, siempre en lucha por la defensa de la ecología, usa el lenguaje musical para lanzar uno de sus famosos llamamientos, invitándonos a concienciarnos. Algo que lamentablemente el desarrollo inmobiliario en su imparable avance sigue sin querer asumir.

Las metrópolis, en su carrera por la urbanización, deberían por lo menos respetar aquellas reglas que puedan limitar la huella ecológica y garantizar una compacidad más apetecible. Bajo una presión cada vez más acuciante, al crecimiento urbano le cuesta mantener un contexto medioambiental de espacios interconectados a medida humana, que sean capaces de fomentar el sentido de comunidad manteniendo el benéfico contacto con el mundo natural. Hemos llegado a un punto en que, como repiten muchos, hay que abandonar los paradigmas dictados por el Modernismo y el Postmodernismo. Hay que seguir una estrategia basada en principios verdes, centrados en la ecología y la tecnología, pero también que garantice el debido respeto a las exigencias de una dimensión más humana. Si tomamos en consideración algunas ciudades asiáticas que en poquísimo tiempo se han convertido en auténticas megalópolis, podemos notar que este aumento rápido e inesperado se ha plasmado de forma salvaje a causa de principios de planificación incorrectos, cuando no completamente inexistentes.
 
Entre estos centros que se han convertido en realidades febriles e invivibles con tráfico caótico, emisiones altamente contaminantes y lugares de trabajo a los que resulta prácticamente imposible llegar, Singapur se destaca como un oasis feliz. Los problemas relacionados con la limitación territorial por el hecho de ser una isla en estos últimos 20 años la han ayudado a evitar una densidad desmedida. Creciendo de forma ecológica y demostrando responsabilidad frente a una naturaleza en riesgo de desaparición, ha sabido con gran acierto preservar un equilibrio excelente entre lo construido y el medioambiente. La ciudad-estado preocupada por el aumento de población, sobre todo extranjera, previsto en el próximo futuro, ha fomentado y apoyado proyectos que buscan la solución en la verticalidad sin renunciar al atractivo de una vida más tradicional entre plantas y jardines.
 
Hay un estudio en concreto, WOHA, que ha contribuido enormemente a promover esta perspectiva de vida, logrando que se adopten parámetros de construcción que limiten las deficiencias que amenazaban comprometer gravemente el tejido social y medioambiental de la isla. Se les debe a los dos fundadores, Richard Hassell y Wong Mun Summ, que esta nueva tendencia en arquitectura haya cogido pie, demostrando las capacidades y la tenacidad necesarias para implementarla no solo en esta pequeña isla tropical en la que viven, sino también en países más reluctantes como Indonesia, China o India. Se han dedicado a formular metódicamente nuevas ideas y estrategias de proyectación con el fin de concienciar sobre el medioambiente y sostener la ambición de un estilo de vida que no tenga que desarrollarse a la fuerza dentro de las paredes de casa o fuera, sin posibilidad de un compromiso que incluya indistintamente ambas opciones. Han infringido cánones rígidamente formales, demostrando la sensatez de unas convicciones y necesidades que el tiempo y las malas costumbres habían hecho olvidar. Y con una extensa serie de proyectos distintos que comparten el mismo ADN, desde estaciones de metro a universidades, pasando por centros comerciales, hoteles y sobre todo altas torres residenciales, nos seducen y fascinan con la exuberante vegetación que las caracteriza.
 
El encuentro entre estos dos arquitectos se produce de forma casual: Richard, australiano de Perth, recién licenciado se encuentra de paso por Singapur de camino hacia España, donde piensa matricularse en una segunda licenciatura para dedicarse al arte, su antigua pasión. Una tía suya que vive desde hace tiempo en Singapur le aconseja reconsiderar su decisión y antes de renunciar por completo a su primera carrera, le sugiere pasar un breve periodo de prueba en el estudio de un arquitecto, australiano como él, pero ya con proyección internacional. En Kerry Hill Architects, que entonces trabajaba en algunos proyectos prestigiosos, coincidió con otro becario recién licenciado. Entre ellos surgirá una amistad espontánea alimentada por numerosas afinidades y por la idea común de una práctica alejada de formas autorreferentes que no se confrontan con otras opiniones. No compartían las declaraciones arbitrarias tan ajenas al ámbito en el que se hacía ostentación de ellas, y que representaban la culminación del imparable consumismo de la cultura materialista que empezó en los años 50 y se fue difundiendo a partir de los 80 en adelante por el mundo occidental. Esa tendencia que conducirá tristemente a un impacto doloroso con el calentamiento global.
 
Ambos sentían gran interés por el pragmatismo de las técnicas de construcción y por la sostenibilidad, así que tras unos años en Kerry Hill Architects deciden emprender su propia aventura, y en 1994 fundan WOHA. Como prueba de la sintonía que existía entre ellos los volúmenes en las estanterías del nuevo estudio están casi todos por duplicado, ya que los habían comprado idénticos a pesar de estar separados por casi 5.000 km de distancia. Desde el principio su colaboración se destaca de la mayoría de las creaciones de inspiración digital de aquella época, su interés se decanta por una forma que justifique funciones y exigencias, concentrándose en la multitud, la ubicación y la orientación. Después de los primeros años en que se suceden encargos menores, meramente residenciales, que además realizarán espléndidamente, sentirán cada vez más urgente la necesidad de aportar su contribución a una comunidad más amplia. Como ellos mismos dirán, además de lo ‘bueno’ en el sentido de buena calidad, afloraba la exigencia de un ‘bueno’ en su significado más ético.

 

Moulmein Rise, Residential Tower, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/©Tim Griffith.

Aproximadamente en el año 2000 tendrán la oportunidad de realizar su primera torre residencial, así que aprovechan con entusiasmo la ocasión para proponer algo radical. En aquel tiempo en Singapur los altos rascacielos no parecían responder de forma adecuada a las exigencias del clima caluroso y húmedo, sino que proliferaban los edificios sellados, poco adecuados al contexto, por lo que la pareja consigue sorprender reinventando la vida tropical en un rascacielos. Tienen la oportunidad de hacer que los edificios 'respiren' de nuevo, erigiéndose en pioneros de auténticas soluciones sostenibles, indispensables para una arquitectura urbana tropical. ‘Moulmein Rise Residential Tower’, una elegante torre alta y estrecha, recibirá el Aga Khan Award for Architecture y revolucionará en el auténtico sentido de la palabra la forma de construir edificios de gran altura en los países con clima ecuatorial. El premio se otorga sobre todo en consideración del enfoque innovador y complejo del proyecto, y se les reconocer haber “examinado el rascacielos como objeto urbano y como envoltorio”. La fachada es articulada, dinámica y expresiva, y se interpreta de forma interesante no solo desde el punto de vista formal, capaz de presentar un objeto urbano que visualmente es atractivo, sino que se reinventa en cuanto dispositivo climático. La construcción asumió una forma esbelta y distinguida, modelada por el deseo de obtener una estructura ventilada de forma natural y constantemente sombreada, dando prioridad a la ubicuidad de la vista a todas las viviendas. La torre, un compendio de su enorme pragmatismo en sinergia con una creatividad virtuosa, inaugura una serie de realizaciones posteriores de enorme éxito que representan una gran responsabilidad, pero indirectamente también son auténticos iconos y resultan altamente vivibles.
  Duxton Plain, Singapore, WOHA/ rendering courtesy of WOHA

Mientras tanto se adjudican, entre otros competidores de nombres muy conocidos, dos importantes obras públicas, dos estaciones del MRT (Mass Rapid Transit) y un año más tarde se presenta otra ocasión para ellos, el concurso internacional Duxton Plain, que les da la oportunidad de volver a expresar su filosofía. No compartían cierta tendencia que notaban en aquel momento en los proyectos de viviendas de protección oficial HDB, Housing & Development Board, que a su parecer estaban perdiendo el sentido de la comunidad, copiando excesivamente los edificios privados. Ya no se vivía en ellas aquel espíritu informal, algo bullicioso pero también animado y cálido, que sigue flotando en algunos barrios salvados de la destrucción, y sentían la necesidad de recrear las bases para incentivarlo. No ganaron, pero se les otorgó una mención especial de mérito porque se reconoció la novedad de su esquema audaz que desafiaba las nociones convencionales de vivienda con muchos pisos y alta densidad. Su deseo de volver a incentivar una vida comunitaria real se realiza mediante la trasposición en expresión arquitectónica del concepto de ’kampung, el poblado original, en vertical’. Precisamente para alimentar el mismo clima amistoso de actividades, encuentros y relaciones que lo caracterizaban se propone dar paseos y pasar el rato en los ‘parques en las alturas’ comunes suspendidos en el aire que conectan en horizontal los distintos bloques.

Skyville@ Dawson, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Patrick Bingham-Hall

Lugares para compartir el ocio y socializar, donde la gente se relacione de forma casual y pueda establecer conexiones sociales con naturalidad. Además de la interacción entre los residentes dan también mucha importancia al diálogo con la calle, complementando una serie de asadores existentes con otras actividades comerciales a la misma escala, y con otro amplio parque público en el mismo nivel, debajo de las torres, para subrayar la permeabilidad del conjunto. Los dos jóvenes arquitectos entendieron que no habían ganado porque su propuesta probablemente se había adelantado demasiado a su tiempo, y suponía un choque contra las normativas de construcción, que seguían siendo muy conservadoras. Convencidos de la conveniencia y urgencia de aplicar su enfoque diferente, no desisten en el empeño y años más tarde, en 2007, llevan a cabo el proyecto de viviendas de protección oficial SkyVille@Dawson, un complejo que representa en cierto sentido el apogeo de sus aspiraciones. Una serie de componentes suplementarios dan a todos la posibilidad de vivir en vertical en una especie de poblado-barrio. La macro-construcción se desarrolla en tridimensional, como una parte de ciudad en las alturas, reproduciendo en un micro-urbanismo de distintas capas calles arboladas, plazoletas más o menos aisladas, rincones a la sombra, y haciendo que todos puedan disfrutar de la gran densidad como un gran potencial recreativo. Un conjunto de 12 torres de 47 pisos dispuestas en forma de rombo, en secuencia interconectada, forma tres atrios cruzados por varias terrazas públicas que multiplican el nivel de calle con gran eficacia.

Skyville@ Dawson, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Patrick Bingham-Hall

Humanizar los edificios es el objetivo principal de las generosas acciones de sus proyectos. Estos prototipos de ciudades jardín del siglo XXI dinámicas y verticales, a la vez que sociables y sostenibles, fueron generados por la inteligente y sensible atención de WOHA para aportar valor al ámbito urbano, en unos años en que todavía no nos concentrábamos en lo que serían más tarde necesidades alarmantes. Por eso sus propuestas fueron a menudo admiradas a la unanimidad, pero consideradas visiones románticas e idealistas de un futuro improbable. Pero el tiempo ha dado la razón a la racionalidad de sus visiones y a lo previsores que fueron intuyendo cómo reorganizar y dar otras proporciones al desequilibrio que la expansión urbana acelerada está causando, dejando poquísima tierra a disposición y eliminando con ligereza la presencia de la vegetación, que tanta falta nos hace.


Virginia Cucchi

Credits:

WOHA 
https://woha.net/

cover, 1-5, 9-15 photo : Skyville@ Dawson, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Patrick Bingham-Hall
photo 16-18 Skyville@ Dawson, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Albert Lim KS
6 Rendering : Duxton Plain, Singapore, WOHA/ rendering courtesy of WOHA
7-9, 22-24 photo: Moulmein Rise, Residential Tower, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Tim Griffith
19-21 photo: Moulmein Rise, Residential Tower, Singapore, WOHA, photo courtesy of WOHA/© Patrick Bingham-Hall

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