25-02-2020

ONSTAGE: ENTREVISTA CON SHEPPARD ROBSON 

Sheppard Robson,

Glasgow, Manchester, Londres,

Green Architecture,

Verde,

Interview,

En el estudio Sheppard Robson se cree firmemente en la importancia de una proyectación sostenible, y no es una decisión de última hora, sino más bien desde que se fundó el estudio en 1938, un tiempo en el que nadie hablaba con el fervor ni la preocupación actual de los daños medioambientales y de los niveles de calentamiento global en aumento.  



<strong>ONSTAGE: ENTREVISTA CON SHEPPARD ROBSON </strong>

En el estudio Sheppard Robson se cree firmemente en la importancia de una proyectación sostenible, y no es una decisión de última hora, sino más bien desde que se fundó el estudio en 1938, un tiempo en el que nadie hablaba con el fervor ni la preocupación actual de los daños medioambientales y de los niveles de calentamiento global en aumento.   

En el estudio no se considera que un edificio, espacio o lugar esté bien diseñado si no contribuye positivamente a la sostenibilidad ambiental, social y económica. La firma tiene sedes en Londres, Manchester y Glasgow, y cuenta en su haber con proyectos de arquitectura, interiorismo y planificación territorial en todo el mundo que han recibido múltiples galardones. Sus proyectos son de tipos diferentes y van desde el sector de la educación al residencial, pasando por el sanitario, científico, construcción de oficinas y establecimientos comerciales.

La filosofía de base del estudio promueve una amplitud de miras que caracteriza los interiores creados para oficinas, campus universitarios, espacios dedicados al trabajo y al estudio, todos ellos con un ambiente estimulante, innovador y muy flexible, donde la planificación y una disposición ágil y estudiada en los más mínimos detalles estimulan a procurar la máxima conectividad e intercambio. Se transforman en auténticos núcleos sociales, donde “la estrategia interna traza distritos, itinerarios y niveles de intimidad en todos los espacios, como se haría al planear una ciudad”, Sheppard Robson. Con esta atenta distribución se combina una amplia gama de configuraciones de trabajo que permiten elegir lo que en cada momento resulte más apropiado, desde cabinas individuales, a mesas para equipos, a espacios abiertos en los que colaborara, rematados por una profusión y alternarse de oportunidades’ de diversivos que ofrecen nuevas referencias para el bienestar.

El enfoque y la ejecución de cada proyecto se basan en las prestaciones ambientales del sistema de construcción inteligente del edificio, pero además es fundamental la salud y la condición física y psicológica excelente de quienes deben transcurrir en estos hábitats gran parte del día garantizando un buen rendimiento. Y el resultado deseado en general se logra gracias a contextos espaciosos, inundados de luz natural, terrazas al aire libre, elementos verdes, rincones de cafetería o dedicados al relax. Con estas características, en 2018 la ampliación de las instalaciones londinenses de Deloitte HQ, 1 New Street Square, obtuvo una de las certificaciones de sostenibilidad más significativas, el WELL Gold en la categoría Interiores Existentes y Nuevos, siendo el mayor proyecto en conseguirlo, además de ser el primero en obtener ésta más BREEAM Outstanding. Este estudio está aportando a su país contribuciones de lo más acertadas, que comportan situaciones que generan integración, como por ejemplo el espacio ajardinado incluido en la zona de Spinningfields, en Manchester. Un ‘oasis urbano’ conocido como The Field en Hardman Square, una zona verde invitante y dinámica que crea un fuerte contraste con el contexto de oficinas comerciales y con la predominancia de materiales de construcción como el acero y el hormigón. Se mitiga el impacto ambiental con la estructura de madera de un edificio de cuatro pisos que se integra a la perfección con la propuesta paisajística. Se trata de un pabellón permanente de venta al por menor de comida y bebidas de alta gama. Contribuyen a suavizar el frenesí del distrito las terrazas en la azotea y voladizos por ambos lados, las jardineras que subrayan rítmicamente la red de módulos de la fachada, cascadas de plantas y enrejados por los que trepan las plantas en vertical.   

Me gustaría hacerle algunas preguntas al arquitecto Matthew Allen, socio del estudio. 

1. Richard Roger ya en 1995, en una conferencia impartida por radio en la BBC, se quejaba: “perseguir beneficios determina la forma, la calidad y las prestaciones de los nuevos edificios. Razonar solo en base a pérdidas y ganancias asegura que no se incentive a invertir en tecnologías ecológicas que solo recompensan a largo plazo. No hay ningún incentivo en proporcionar un gesto público como un soportal, ninguna razón para embellecer un edificio o incluso para plantar un árbol… El imperativo consiste en ganar dinero y reducir costes. Y para completar este cuadro desalentador, nuestros edificios están consumando la mitad de la energía mundial a la vez que desestabilizan dramáticamente el ecosistema”. ¿Cree que esta falta de ética sea un problema que se refiere solo al pasado y que hoy en día la situación haya cambiado radicalmente? Y ¿cómo puede haberse producido un cambio tan radical en un plazo de tiempo de unos 20 años? 

La forma en que Rogers hablaba de ‘ganancias’ nos dice cómo ha cambiado el enfoque desde 1995. Obviamente, usaba esos términos en sentido rigurosamente financiero, de registro contable, pero el alcance y la definición de ‘ganancias’ han cambiado de forma radical en los últimos 25 años. En cuanto industria ahora se contempla la ‘triple ganancia’ que busca un equilibrio entre objetivos sociales, medioambientales y económicos para conseguir un resultado verdaderamente sostenible. Un resultado que contempla que el cliente logre un rendimiento financiero de su inversión, pero que dicho rendimiento es exitoso solo cuando ayuda a la colectividad local y global y contribuye a proteger y mejorar el medioambiente. Estos objetivos convergentes no se excluyen entre sí sino que se refuerzan, y se están convirtiendo en la norma mientras la industria evalúa su impacto sobre el planeta y su papel fundamental para plasmar el futuro.

2. La dedicación a la investigación en innovación sostenible y a reducir la huella de carbono ya era uno de los principios de la fundación de su estudio y siempre ha sido una parte fundamental de su historia. ¿Cómo surgió esta dedicación, que se remonta al 2007 con Lighthouse, su primer prototipo de casa cero emisiones en el Reino Unido, en una época en que estos problemas tan serios no eran foco de atención público? 

Ya antes del proyecto Lighthouse nos preocupábamos del impacto de nuestra profesión en el planeta. Es responsabilidad nuestra, y en mayor medida dado nuestro tamaño y posición en el sector, asumir el papel de guía en cuestiones medioambientales. Una proyectación sostenible responsable es un tema complejo que exige que dicha proyectación se enfoque en modo informado y multifacético que incluye una estrecha colaboración con el cliente, los proyectistas y un equipo de asesores. Un estudio como Sheppard Robson no puede vincularse a soluciones estándares que puedan aplicarse a todos los proyectos. Debemos tener la seguridad y la suficiente información para poder evaluar con criterio múltiples enfoques de proyecto que lleven a proporcionar una solución sostenible que se pueda realizar concretamente, y que constituya una aportación duradera y bella para nuestras ciudades y el ambiente construido. Las soluciones auténticamente sostenibles no se logran con un único enfoque, sino que emanan de nuestra habilidad y capacidad para concentrarnos en el panorama completo, y de nuestra atención por los más mínimos detalles.

3. Citicape House es el primer edificio que el estudio ha diseñado de acuerdo con las Políticas de Urbanización Ecológica que forman parte del New London Plan: ¿puede decirme en qué consiste esta nueva visión ecológica y cuáles son las ideas del estudio, y qué proyectos tienen intención de realizar en conformidad con las directivas de esta normativa?

El factor del verde urbano, como todo lo que intenta cuantificar un tema que es cualitativo, se podría ver como un instrumento algo tajante para registrar el valor de los árboles y la vegetación según factores arbitrarios, pero creo que sea una iniciativa positiva que puede mejorar de verdad el paisaje urbano en Londres y en otras ciudades (empezó en Berlín). Ahora mismo su ámbito de aplicación podría ser levemente normativo y limitado, pero esto evolucionará y mejorará a medida que los proyectistas y diseñadores se familiaricen con ello. Lo más alentador es que codifica el factor ecológico dentro del proceso de planificación y demuestra el compromiso de Londres por suavizar la ciudad y hacerla más verde. Se espera que animará a arquitectos y constructores a pensar de forma creativa en cómo incorporar a sus proyectos vegetación y elementos acuáticos de forma sostenible. No se trata solo de plantar un par de árboles y punto. Se trata de asimilar e integrar la infraestructura verde al principio del proceso de proyectación. Donde el suelo urbano escasea hay que empezar a buscar nuevas soluciones; ¿por qué no pueden ser las paredes jardines verticales? ¿o los tejados prados de flores silvestres? En 20 años esta forma de pensar estará implícita en el proceso y con suerte disfrutaremos de un ambiente urbano mucho más humano y rico de biodiversidad.

4. Hay quien sostiene que el ‘diseño ecológico’ sea una obligación hacia el medioambiente y el individuo de la que un arquitecto no puede prescindir. ¿Cuál es su opinión al respecto y qué significa para usted ‘diseño ecológico’?

Bueno, hay una diferencia entre diseño ‘ecológico’ y ‘sostenible’. El diseño ecológico se refiere al tipo de actividades que se pueden cuantificar con estrategias como el factor verde urbano y se ocupa principalmente de aportar plantas y elementos acuáticos. El diseño sostenible es un concepto más total que examina el ciclo de vida completo del edificio, desde el suministro de materiales a los sistemas mecánicos y la tecnología térmica pasiva. Creo que ésta es la mentalidad con la que hay que afrontar todos los proyectos y experimentar decisiones, pero también hay un espacio concreto para el primer enfoque. El riesgo que se corre es cuando la idea de ‘ecologismo’ de un edificio se mezcla con un ‘lavado de cara ecológico’, simplemente añadiendo unas plantas como elemento decorativo, algo que sin duda puede ser benéfico y saludable. Si se realiza con esmero y una consideración atenta, hacer que un edificio sea ecológico puede proporcionar ecosistemas indispensables y autosuficientes que promuevan la biodiversidad en entornos urbanos infrautilizados en pasado o activamente dañinos para la naturaleza.                 

5. Se habla de movilidad y nomadismo de las generaciones más jóvenes y de espacios de trabajo que cada vez se reducen más en tamaño. ¿Cómo se pueden conciliar estas tendencias con la idea de espacios acogedores para quienes pasan en ellos la mayor parte del día?

Es una cuestión interesante con la que como arquitectos y diseñadores convivimos a diario. ¿Cómo crear entornos que puedan funcionar no sólo en el presente sino que puedan crecer y adaptarse en el futuro? Con lo que hemos estado trabajando últimamente en Sheppard Robson es con la idea de ‘convergencias’, espacios abiertos, democráticos y bastante fluidos para promover un intercambio de usos. Esta filosofía se pone de manifiesto en los vestíbulos de los hoteles que funcionan como espacios de trabajo compartido, ¡y en las oficinas que tienen el aspecto y dan la sensación de un vestíbulo de hotel! La cultura moderna de oficina está cambiando rápidamente pero siempre se basará en los mismos principios humanos que una buena proyectación debería promover y preservar: acceso a la luz natural, equilibrio entre el trabajo solitario y la interacción de grupo. La idea de espacios convergentes permite que las mejores cualidades de distintos tipos se inspiren entre sí, y desplaza y amplía la idea de qué puede ser un lugar de trabajo y dónde puede surgir.

6. Un país que usted considere que pueda ser un ejemplo por su respeto hacia el medioambiente, la ecología y las necesidades humanas.

No estoy seguro de que ahora mismo un país específico esté haciendo lo suficiente, aunque unos son peores que otros. Al ser el mayor cliente en cada país, el gobierno central de todos ellos debe hacer mucho más de lo que están haciendo. Hay que cambiar el orden de prioridades y hay que hacerlo ahora. Es más frecuente ver estos cambios a nivel local y municipal. Ahí es donde se están produciendo cosas interesantes.

7. Milán ha pasado de ser de la ciudad gris e industrial de antaño a la realización de una visión utópica: “un sistema de pulmones verdes y espacios al aire libre vivibles y accesibles a todos”, que incluye una auténtica reconexión entre el centro urbano y la periferia agrícola, mediante la recualificación de zonas industriales importantes abandonadas durante años. ¿Cree que este tipo de intervenciones pueda ser un modelo para otras ciudades en Europa? 

Milán es un ejemplo fascinante de cómo las ciudades puedan reinventarse en un mundo postindustrial. Las ciudades que se construyeron de acuerdo con las estructuras industriales de los siglos XIX y XX suelen ser las que han tenido que adaptarse de forma más dramática a los cambios de la economía global del siglo XXI. Así que son éstos normalmente los lugares que van más allá respecto a las ideas ecológicas. Milán se compromete a plantar más de 3 millones de árboles para 2030 y a instituir 20 nuevos parques urbanos en zonas abandonadas y degradadas tras la pérdida de las industrias. Esta ecologización de la ciudad no solo absorbe y repara los daños de la era industrial, sino que promueve una nueva identidad para estas ciudades. Las ciudades son ecosistemas y cuando la administración municipal acomete programas ecológicos, el ecosistema se expande atrayendo a individuos y actividades que comparten esa ideología y que a su vez contribuirán a alimentar esta identidad. Un gran ejemplo es el Bosque Vertical de Stefano Boeri que se ha convertido en un nuevo icono de la ciudad y en una fuente de inspiración para otras urbes.

8. ¿Cómo se ayuda a los jóvenes en Sheppard Robson? ¿Cree que un joven pueda emprender una actividad por su cuenta sin la ayuda de un arquitecto más mayor?           

La arquitectura es una disciplina muy amplia que permite que los jóvenes puedan explorar las más variadas carreras, caminos y desviaciones. No existe un solo camino marcado para convertirse en arquitecto. Sheppard Robson es un gran estudio, pero no necesariamente funciona internamente como tal. Se fomenta un ambiente mucho más colaborativo favoreciendo el intercambio de ideas, y premiando el trabajo duro y el pensamiento innovativo. Es un ambiente muy igualitario en el que los socios que llevan aquí 20 años se sientan a trabajar directamente con los nuevos empleados y con los estudiantes en prácticas. Todos tienen voz, y todas las voces se escuchan y respetan. Mi carrera se fue plasmando trabajando con arquitectos más mayores que con gran generosidad y paciencia me transmitieron su sabiduría. No lo cambiaría por nada. Dicho lo anterior, yo animaría a cualquier arquitecto joven a que se deje guiar por su pasión, ya sea trabajan en proyectos de alto perfil en un gran estudio o publicar collages digitales y teóricos online. Es esta dinámica la que alimenta el progreso y enriquece la profesión.

Credits:
Projects: Citicape House, Hardman Square, Deloitte HQ. London 
Architects: Sheppard Robson: https://www.sheppardrobson.com/
Citicape House images: courtesy of Sheppard Robson and Citicape 
Deloitte HQ images : courtesy of Sheppard Robson, photographer Philipvile
Hardman Square images: Courtesy of Sheppard Robson, photographer Felix Mooneeram

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