17-12-2019

EN ESCENA: ENTREVISTA A MICHAEL P. JOHNSON

Michael P. Johnson ,

Arizona, Cave Creek,

Residencias,

Interview,

Vive, viaja, aventúrate, bendice y no lo lamentes”- Jack Kerouac



<strong>EN ESCENA: ENTREVISTA A MICHAEL P. JOHNSON</strong> Vive, viaja, aventúrate, bendice y no lo lamentes”, es una cita que explicita el ideal de vida de Jack Kerouac y que podría sintetizar el modo en que ha vivido Micheal P. Johnson. Johnson ha tenido las oportunidades y también ha creado él mismo las ocasiones para encontrar a aquellos hombres que han sabido realizar proyectos visionarios y utópicos y lo ha hecho compartiendo su modo de pensar y asimilando muchas de sus ideas. Los encuentros han sido con arquitectos y artistas tan estimulantes y excepcionales que nos produce una cierta envidia no haber tenido la suerte de poder compartir momentos tan extraordinarios. 

Ciertamente ha tenido no poca relevancia su larga amistad con Bruce Goff, un hombre que, además de poseer un talento prodigioso y haber realizado una increíble producción futurista de proyectos orgánicos, fantasiosos y eclécticos, merece ser conocido por su existencia, por el modo en que logró salir de una condición de extrema pobreza familiar y convertirse en “una fuerza singular en la moderna arquitectura americana”, logrando también el puesto de profesor y, más adelante, el de presidente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Oklahoma, pese a ser un autodidacta. 

No es casualidad que Johnson se haya sentido siempre atraído por personajes considerados ‘subversivos’ para su tiempo, espíritus libres en busca de nuevos paradigmas residenciales que no se preocupaban de cómo serían acogidos sus audaces experimentos y que eran, sobre todo, precursores de la sostenibilidad tal como es entendida en la actualidad. Su trayectoria ha sido un viaje evolutivo, hecho de confrontaciones y afinidades. Ha compartido con sus interlocutores la misma sed de experiencias y se ha dedicado, con el mismo entusiasmo y apertura, a profundizar las teorías pioneras de una arquitectura orgánica, específicamente creada para un lugar y un cliente y, más adelante, de una arquitectura del movimiento moderno.

Como sostiene Juhani Pallasmaa, “los intereses de Johnson subrayan el hecho de que el trabajo creativo se desarrolla en un contínuum cultural y en un diálogo sin palabras entre generaciones y estilos” . Y, a partir del crecimiento evolutivo desarrollado en el transcurso de este camino extremadamente estimulante, nació un modo narrativo esencial y, al mismo tiempo, muy elegante.

Dotado de un carácter pragmático e inclinado a evitar el énfasis y la estética por sí mismas, Johnson, tras su periodo de gran pasión por las obras orgánicas, que queda patente en la fascinación que le causaba Wright, sentirá una fuerte afinidad con las ideas expresadas por Le Corbusier, funcionales y antropocéntricas, lejos de los delirios decorativos y de las caligrafías exuberantes de las estéticas más redundantes y se acercará a algunos de los representantes más significativos del movimiento moderno. Uno de estos es Victor Lundy que, con sus esculturas en el espacio, ejercerá un fuerte impacto en él. Habrá muchos otros que le permitirán explorar las posibilidades constructivas y expresivas del cemento armado: Paul Rudolph, con la fuerza expresiva de sus robustas estructuras brutalistas, Oscar Niemeyer y Félix Candela, con sus estructuras ligeras y fluctuantes.

En una fotocopia que me dio el verano pasado, cuando nos conocimos con ocasión de un encuentro anual en la IAA (International Academy of Architecture), de Sofía, subrayado en amarillo se lee “Nadie viene de la nada o de un lugar inexistente”, que es quizá el compendio de la visión que tiene Johnson de la arquitectura, entendida como estratificación en el tiempo de conocimientos, estudios y prácticas, una concatenación de pensamientos sobre el mundo y la sociedad. Una arquitectura que siempre, en sentido positivo o negativo, influencia nuestras vidas, creando estados de ánimo, haciéndonos partícipes de su mensaje y que puede provocar un impacto muy fuerte en el entorno. En este sentido, si el arquitecto tiene tanta responsabilidad, debe saber comunicarse, a nivel social y del entorno, con sensibilidad y también con mucha lógica.  

Tras una larga vida aventurera e intensa, con tantas experiencias, afinando su exploración narrativa y forjando su estilo peculiar, se le presenta la necesidad de elegir un lugar en el que vivir y trabajar. La elección recae en el desierto, un lugar en consonancia con su personalidad y espiritualidad, en que ya había vivido cuando, en los años de juventud, estuvo con movimientos libertarios como los ‘hippies’ o compartiendo el sueño del amigo Soleri, firmemente decidido a crear, con Arcosanti, su ciudad experimental del futuro, el prototipo de un hábitat alternativo, en armonía con el hombre. Es aquí donde su trabajo “de madurez expresa la profundidad de los innumerables estratos de ideas y motivos que han sido eliminados en el proceso de elaboración y fertilizan y enriquecen secretamente la atmósfera del resultado final”, Juhani Pallasmaa. La vacía, áspera, intrigante dureza y la espectacular vastedad del desierto se convierten en el fondo ideal para sus creaciones. Del mismo modo en que los huesos de O’Keeffe se perfilan con fuerte impacto emotivo contra el cielo desolado, la musicalidad audaz de Johnson desarrolla aquí sus mejores pasajes, encontrando los ritmos y los tonos de las dinámicas más incisivas y vigorosas, ofreciendo notas persistentes y recurrentes que componen una bellísima melodía.

1. Un profesor que tuve en la Universidad, Cino Zucchi, con la habitual ingeniosa y mordaz ironía que lo distingue, ha evidenciado recientemente una de las contradicciones de nuestra época a propósito de la ecosostenibilidad, escribiendo en Instagram: “En mi billete de avión para San Petersburgo se dice que mi viaje (individual) emite aproximadamente 500 kg de CO2 a la atmósfera, por lo que, ida y vuelta son una tonelada. Me parece recordar que el Bosco Verticale ahorra 25 toneladas de CO2 al año. Por lo que si Stefano Boeri, Carlo Ratti, Mario Cucinella y yo dejáramos de viajar por el mundo para participar en congresos sobre sostenibilidad y nos dedicáramos a reformar apartamentos para recién casados en el área de nuestras ciudades, nuestra contribución a la sostenibilidad sería, con mucha diferencia,¡superior a la de nuestros edificios ‘sostenibles’! ”. ¿Piensa también usted que en este sector no hay siempre coherencia entre ‘hablar de verde’ y ‘vivir verde’? 

Interesante... ¡Este analista podría no tener una respuesta! Se precisaría, como mínimo, una conferencia internacional de tres días para abordar las cuestiones (la teoría) que propone el profesor Cino Zucchi. Dicha conferencia vía Skype sería insostenible a causa de las zonas horarias y del número de participantes necesarios.

Las primeras preocupaciones de los arquitectos en relación con los edificios sostenibles fueron, si no recuerdo mal, expresadas a finales de los años cincuenta por el arquitecto / filósofo Paolo Soleri (con referencia al Proyecto Mesa City, 1960). Cuando, hace unos veinte años, la ‘sostenibilidad’ volvió a estar de actualidad, los arquitectos la usaron como estratagema de marketing y continuaron construyendo, siguiendo sus costumbres, viviendas de 10 a 20.000 pies cuadrados, cajas sobredimensionadas de grandes almacenes, etc.

Existe una clara dicotomía en arquitectura entre ‘hablar de verde’ y ‘vivir verde’.

2. Usted dice: “la filosofía, las matemáticas y la teología enseñan a pensar…” y añade: “puedes dibujar algo en un trozo de papel, trazar algunas formas que consideras agradables, pero para construir de un modo estético debes ser un pensador”. ¿Cuál es su idea de estética y de pensador en arquitectura? 

La estética de la ética es utilidad y pragmatismo. ¿Función y ética no pueden separarse o debería el pensamiento crítico provenir solo de un amplio estudio de la filosofía, las matemáticas y la teología?

El arquitecto con déficits en estas disciplinas no producirá nunca arquitectura, sino solo simples edificios. Es por ello que, históricamente, tan pocos edificios han alcanzado este punto culminante necesario para ser considerados arquitectura.

Por citar a un viejo amigo, Alfred Newman Beadle (1927-1998): "Si la contaminación visual fuera tóxica, estaríamos todos muertos”.

3. Tengo un gran respeto por la gente que está orgullosa de lo que hace y veo mucho menos esto hoy que cuando era pequeño”: son sus palabras. ¿No piensa que existen también hoy personas que se esfuerzan por hacer algo de lo que sentirse orgullosas?

Al volver de la guerra en Europa, mi padre me inculcó una ética del trabajo que ha sido la fuerza impulsora de toda mi vida.

Desde 1988 y durante 28 años enseñé en la Frank Lloyd Wright School of Architecture. En este periodo encontré solo un número reducido de estudiantes dispuestos a esforzarse para alcanzar la excelencia. En el transcurso de los años, en muchos casos, los estudiantes extranjeros han sido mejores que los estadounidenses. Recientemente he trabajado con estudiantes griegos que trabajan mucho más duramente que los que he conocido en los Estados Unidos.

Obviamente hay personas que se esfuerzan por hacer algo de lo que sentirse orgullosas, aunque la mayor parte de ellos son inmigrantes y no, lamentablemente, millennials americanos desde hace generaciones, ¡cuyas narices parecen estar pegadas a sus iPhones!

Busca la perfección... ¡incluso si raramente se alcanza!

4.  Usted es un hombre que ha tenido grandes pasiones, una de las cuales ha sido esa generación de jóvenes que deseaba una América y un mundo más libres de conformismos y más espirituales. Considerando como han ido las cosas, ¿cree que la generación con la que ha compartido los ideales ha logrado obtener algo con las protestas que llevó a cabo?                             

Mi implicación en los años sesenta estaba relacionada con las cuestiones sociales, principalmente el movimiento en favor de los derechos civiles, la guerra de Vietnam y los derechos de las mujeres. Como generación de después de la Segunda Guerra Mundial, estábamos llenos de optimismo y confiábamos en que se produciría un cambio. Se alcanzaron algunos resultados: el Civil Rights Act de 1964, el final de la guerra de Vietnam (1954-1975) y el caso Roe contra Wade, con la sentencia de la Corte Suprema en 1973 que otorgó a las mujeres la libertad para elegir el aborto.
Nuestra generación pensó que “podía transformar nuestra nación en un mundo de ángeles" y ello parecía prometedor.

Y después, un desfile de políticos de derechas a partir de Reagan (y siguen, con Trump) empezó a atacar a las personas de color y a los inmigrantes. Las guerras de Bush continúan (desde hace 19 años y más) y Roe contra Wade es atacada, en un intento de negar a una mujer su derecho legal a decidir.

Hemos logrado muchos cambios a través de nuestras batallas, pero parece que hemos perdido la guerra. ¿Podría esto ser abordado de nuevo por parte de la juventud actual?

5.  A Paolo Soleri le ha unido una relación de gran amistad y de gran respeto. ¿Qué le interesaba y qué compartía de su filosofía y arquitectura y por qué no tomó parte en la construcción de sus ciudades ideales?

Lo que inicialmente me interesó de Paolo fueron las seductoras formas románticas de sus obras arquitectónicas y artesanales. En esa época me interesaba también el trabajo de la arquitectura griega de Doxiadis, principalmente su planificación urbana. Me di cuenta de que la dirección de la planificación urbana y la proliferación de la subdivisión americana eran un desastre inminente que estaba en marcha. En el transcurso de los años, estos temas estuvieron en el centro de numerosas conversaciones con Paolo, en realidad, ¡hablaba principalmente él y yo absorbía!

Tomé en consideración la oportunidad de trabajar con Frank Lloyd Wright y con Paolo Soleri, pero, al final, me di cuenta de que mi trabajo en prácticas con ellos, aunque genial, habría sido perjudicial para mi enfoque holístico del conocimiento.

6. Devora libros y ha tenido una vida llena de encuentros maravillosos. Hace algún tiempo, antes de una conferencia, me mostró un esquema piramidal de nombres de artistas y arquitectos que han dejado una huella en su filosofía y su trabajo a lo largo de los años. ¿De qué modo estas aportaciones han influenciado su ‘metabolismo’? 

La búsqueda activa del conocimiento permite alcanzar la excelencia.
"La inteligencia fluida es la medida de la capacidad de uno para resolver problemas complejos o insólitos.
La inteligencia fluida es uno de los medios disponibles que permite más conocimiento.”
Doctorando Aki Nikolaidis (Brain Metabolism)

7. Sus obras son funcionales y prácticas, concebidas mediante una metodología racional crucial, a menudo binaria, elaborada en base a un sincretismo entre naturaleza y artificialidad, entendida esta como manufactura artesanal. Siendo sus creaciones elegantes, minimalistas y audaces, existe, sin embargo, también una poesía que va más allá de la funcionalidad y la forma. ¿Cuál es para usted el rol de la poesía?

  • En la ubicación de un edificio trato de ser lo más discreto posible;
  • Un método o un concepto estructural es fundamental en el desarrollo de mis proyectos;
  • La función del edificio supera cualquier impulso caprichoso de ser único;
  • Ya que la realidad del edificio es ser ocupado, pongo el acento en el presupuesto, en el interior y evito la superficie del exterior;
  • La arquitectura, para mí, significa resolver un problema complejo considerando el sitio, el programa y la estructura de un modo bello.

"La poesía es ese momento en arquitectura en que los elementos resultan en algo más que la suma de sus partes..."
Podría ser, quizá, el modo en que la arquitectura es capaz de ‘tocar’ a sus ocupantes a niveles emotivos o espirituales cada vez más profundos ".
 - Maria Lorena Lehman, autora, diseñadora y educadora

Virginia Cucchi


Créditos:
Michael P. Johnson, profesor durante 28 años de la Frank Lloyd Wright School of Architecture, en Taliesin West
Cave Creek, Arizona
Fotografías: MPJ Studio
https://www.mpjstudio.com/


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