23-10-2019

Contenedor y contenido: el Museo del Clima en Lleida de Toni Gironès

Toni Gironès Saderra,

Fernando Alda,

Lleida, Spagna,

Museos,

Toni Gironès ha proyectado el nuevo Museo del Clima en Lleida. Al hacerse cargo de la obra propuso varias modificaciones respecto a los vínculos del concurso, que se adjudicó en 2008. Gracias a ello logró triplicar la zona verde correspondiente, haciendo un edificio completamente autónomo desde el punto de vista medioambiental, y transformando así la obra de arquitectura misma en una obra permanente sobre el clima.



Contenedor y contenido: el Museo del Clima en Lleida de Toni Gironès

La ciudad española de Lleida cuenta con un nuevo museo único en su género gracias al arquitecto que lo ha proyectado. Toni Gironès, de origen catalán, ha concebido el Museo del Clima de Lleida como parte integrante de la misma exposición que contiene. En origen el concurso de ideas que se adjudicó Gironès en 2008 contemplaba la realización, en una zona verde de 12.000 m2, de un edificio de 3.000 m2 de extensión que mantuviera todo el año una temperatura estable entre 18 y 25 grados. El concurso también preveía la realización de la exposición permanente para los visitantes.
Gironès decidió llevar a cabo una investigación que se reveló providencial, estudiando también el terreno que quedaba fuera de la parcela asignada para el concurso, y así propuso triplicar la superficie de zona verde pertinente al museo. Además de encontrarse disponible, la parte adyacente a la parcela estaba ya destinada a bosque y vegetación. Esta anexión supuso la posibilidad de crear un parque siempre accesible para los ciudadanos y los turistas, pero además se pudo incorporar al plan de gestión y cuidado una zona que de otra forma habría quedado inutilizada.

Otro punto positivo de la propuesta de Gironès se refería al tema de la exposición misma. El arquitecto catalán quiso que los sistemas pasivos ideados por el hombre para aprovechar el clima natural en su favor, formaran parte de la reflexión que se exponía dentro del museo. El visitante al recorrer la muestra no descubrirá únicamente en qué consiste el clima y de qué forma está cambiando en el antropoceno, sino que también aprenderá sobre las técnicas que en miles de años de historia han sido concebidas y perfeccionadas con el fin de doblegar el clima a los deseos del hombre. Para lograr este objetivo la idea de Gironès fue la de usar el propio edificio como ejemplo, es decir, realizar una obra de arquitectura que fuera por sí misma perfectamente sostenible, que estuviera integrada en el ciclo natural y estuviera dotada de soluciones sin impacto medioambiental. Un edificio cuya sintonía con el medioambiente fuera tal que pudiera mostrar un escenario distinto con el cambio de las estaciones. Un desafío por el que Gironès decidió apostar creyéndolo posible.

En su proyecto no se incluye ninguna climatización artificial, ni en invierno ni en verano, lo que permitió reducir en un tercio el presupuesto con que se contaba en fase de proyecto. La tierra proveniente de las excavaciones se reutilizó en el sitio, con el objetivo preciso de suavizar la topografía, integrándola por completo en el proyecto. Estas decisiones de proyecto llevaron a dividir el gran parque en una meseta soleada desde la que se disfruta de una vista excelente de Lleida y sus alrededores, y una zona con árboles más fresca. La ventilación que deriva de ello es doble: en la meseta una brisa cálida de poniente sopla constantemente, mientras que en el bosque y a través del edificio la ventilación cruzada mantiene los espacios frescos.
La inclinación del terreno permite además aprovechar la gravedad para recuperar el agua y regular el grado de humedad en los distintos espacios. El sistema se ha optimizado de forma que se satisfagan todas las necesidades infraestructurales tanto del parque como del edificio, que a todos los efectos han sido ideados como una sola obra en continuidad. Esto, como recalca Gironès, es fundamental para ofrecerle al público un espacio que fuera digno de llamarse "Museo del Clima" que no se refiere solo al edificio, sino al propio parque.
La parte peculiar e icónica del complejo es la gran pérgola que actúa como espacio de bienvenida. El clima intrínseco de este lugar corre a cargo de las plantas, y allí los rayos del sol se hacen necesarios en invierno y superfluos en verano. Es decir, funciona exactamente como con las hojas caducas: proporcionan reparo del sol en los meses más calurosos y dejan filtrar los rayos en los meses fríos.

En cambio la exposición sobre el clima, en la mente del arquitecto, se presenta como un paseo que se desarrolla desde la cima de la meseta hasta el interior del edificio, pasando por el bosque. A lo largo de la caminata se van alternando contextos y climas diferentes, y la arquitectura se insinúa gradualmente, de forma ligera, hasta conducir al visitante ante un estanque que simbólicamente recoge el agua de lluvia y donde se encuentran varias especies animales. Por supuesto el público también dispondrá de una cafetería, tienda de souvenirs, y una exposición permanente. Pero sin que sea imprescindible acceder a ésta para disfrutar de la belleza del proyecto.

En definitiva, en este nuevo museo la arquitectura ejerce de ligera mediación con el ambiente para hacer el lugar habitable, sin resultar invasiva. El proyecto de Toni Gironès facilita la interacción entre los distintos elementos, aprovechando al máximo la capacidad de los medios ambientales y las estrategias climáticas. Un ejemplo que merece la pena seguir y que afortunadamente, es cada vez más frecuente entre la comunidad global de los proyectistas.

Francesco Cibati

Category: Museums and exhibithions
Year: 2019
Contest: 2008
Place: Lleida, Spain
Surface: 36000sqm, of which 3000sqm built
Architect:Estudi d’Arquitectura Toni Gironès www.tonigirones.com
Promoter/Client: Ayuntamiento de Lleida
Pictures: Fernando Alda www.fernandoalda.com


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