16-06-2021

Bureau: Dodged house, casa de un arquitecto, en Lisboa

BUREAU (Daniel Zamarbide, Carine Pimenta and Galliane Zamarbide),

Dylan Perrenoud,

Lisboa,

Ville,

En busca de una esencia portuguesa que se conjugue con la arquitectura moderna, Daniel Zamarbide, del estudio Bureau, proyecta para su familia la Dodged house, reforma de un apartamento de 4 niveles en el barrio de la Mouraria, en Lisboa.



Bureau: Dodged house, casa de un arquitecto, en Lisboa

El arquitecto portugués Daniel Zamarbide, del estudio Bureau, inicia su relato sobre la recuperación de su casa en Lisboa con una reflexión sobre la evolución reciente del mercado inmobiliario de las principales ciudades portuguesas. La llamada Dodged house, la casa de su familia en la Mouraria, es una especie de reacción personal al estilo común.
Hace algún tiempo habíamos mencionado, hablando de la reforma de otro edificio residencial en el Belém de Lisboa, que, en los últimos años, la ciudad se ha visto afectada por una fuerte especulación inmobiliaria causada por la liberalización de los alquileres. Considerando que, tras la crisis inmobiliaria de 2008, en Lisboa han aumentado considerablemente los edificios en estado de abandono, se comprende que inversores nostálgicos del romanticismo mediterráneo, como lo llama Daniel Zamarbide, hayan invadido la ciudad con la intención de recuperar y rentabilizar espacios históricos del centro.
Fachadas renovadas con colores luminosos han escondido así reformas de envergadura, a menudo carentes de verdadera calidad desde el punto de vista residencial, pensadas solo para su explotación a corto plazo. Las casas sin ojos o con los ojos cerrados, como las llama Zamarbide, cuyos propietarios no tenían medios suficientes para rehabilitarlas, repentinamente se han convertido en casas con ojos incluso demasiado abiertos y brillantes, fáciles de comercializar y listas para acoger un turismo cada vez más agresivo.
Consciente de la carga de historia de los edificios de la Mouraria, con su reforma, Daniel Zamarbide ha elegido ir contracorriente y realzar su desarrollo vertical y su carácter introspectivo. Inspirándose en la arquitectura moderna atípica de Irving Gill, el estudio Bureau ha privilegiado las funciones, mezclando materiales humildes con materiales extremadamente lujosos y prefiriendo el vacío al espacio ocupado y programado.
La Dodged house está en la Rua do Terreirino, en un solar de unos cien metros cuadrados, la mitad de ellos ocupados por la superficie construida y la otra mitad por un típico patio mediterráneo, con un pavimento de guijarros en mosaico y cercado por muretes. El frente de la calle, hacia el norte, se ha recuperado, pero sin abrir ninguno de los cerramientos preexistentes, dejando solo trazas de viejas aberturas que ya no tienen ningún vínculo con la organización de los interiores. El frente sur, más privado, da, por el contrario, al pequeño patio, con cuatro nuevas ventanas de arco que marcan la regularidad de las plantas y una gran puerta acristalada pivotante que proporciona una cierta solemnidad a un edificio sin ningún elemento aparente particular. En todas partes domina el blanco, gracias a un enlucido que reacciona fuertemente a la luz intensa de Portugal. Los pocos detalles presentes, como las delicadas barandillas blancas de las ventanas, esconden un interior sorprendente, diseñado a partir de la sección.
El arquitecto-cliente realiza tres forjados autoportantes en voladizo, de longitud creciente de abajo hacia arriba, que forman terrazas invertidas, con cerramientos acristalados de forjado a forjado. Desde la planta baja, mirando hacia arriba, se puede abrazar, con una sola mirada, toda la casa y percibir su volumen global hasta la cubierta a dos aguas, con una altura de 12 metros.
La Dodged house podría ser descrita como un vacío contemplativo en que las estancias han sido colgadas de las paredes.
Un poco por debajo de la cubierta, en la fachada norte, se ha abierto una ventana de arco, la única en ese frente, para iluminar mejor las plantas altas. El revestimiento de cerámica blanca difunde la luz hasta la planta baja.
En ella se ha organizado el espacio de día compartido, en que una larga península central separa la cocina de la sala de estar, que, situada frente a la ventana pivotante, parece querer extender su superficie en el patio. Subiendo por la escalera de caracol se encuentran los dos dormitorios, equipados con baño privado y un amplio escritorio “con vista”, mientras que en la última planta hay un espacio flexible, un estudio, una biblioteca o un lugar para la reflexión.
Muebles mínimos, tubos de metal para las estructuras, todos vistos al igual que las instalaciones, superficies lisas, baldas sin puertas, en una elección estética que expone la vida y su desarrollo, una “máquina para habitar” post litteram. En todas partes está el color blanco, que uniformiza y minimiza aún más el diseño en favor del espacio. Como contraste, los únicos elementos de lujo son unas mesas de mármol de la misma longitud que la casa, que, con una solución racionalista, pasan de ser escritorios a encimeras de lavabo. Así, el espacio no está predeterminado, sino que se adapta a los objetivos y a las funciones. Es compartido porque da a un único gran ambiente, pero también privado, porque cada planta es una célula habitable independiente.
Inesperada y múltiple, esta casa engaña, como dice su propio nombre, se oculta detrás de una fachada principal “con los ojos cerrados” y se aleja de la arquitectura que actualmente está más de moda en Lisboa.

Mara Corradi

Architects: Daniel Zamarbide (BUREAU) with Leopold Banchini Architects
Team: Carine Pimenta, Joana Duarte, Miguel Gomes
Publication drawings: Marco Pallaoro
Client: Daniel Zamarbide
Location: Lisbon, Portugal
Gross useable floor space: 125 sqm
Lot size: 100 sqm
Start of work: 2016-2018 (planning and start of construction)
Completion of work: 2019
Photographs: Dylan Perrenoud


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