16-11-2022

Equipo de Arquitectura: Centro para la infancia en Villeta, Paraguay

Equipo de Arquitectura,

Federico Cairoli,

Paraguay,

Jardines de infancia,

En una zona suburbana de la ciudad de Villeta, Equipo de Arquitectura ha diseñado un edificio de tierra cruda que alberga un centro infantil. La dureza de los muros exteriores se transforma en un interior sorprendente, donde las aulas son núcleos autónomos inmersos en la vegetación.



Equipo de Arquitectura: Centro para la infancia en Villeta, Paraguay

Equipo de Arquitectura, el estudio de Asunción, capital de Paraguay, del que recientemente hemos publicado la Intermediate house, ha realizado en el mismo período un proyecto que ha requerido un mayor tiempo de concepción: el centro de atención a la primera infancia en Villeta.
Ubicada en la frontera del país con Argentina, a orillas del río Paraguay, esta ciudad ordenada y próspera gracias a la economía industrial que gira alrededor de su importante vía fluvial todavía tiene una relación equilibrada entre elemento antrópico y vegetación, hasta tal punto que el campo aún se extiende casi hasta el centro de la ciudad.
Dado que la vegetación es una presencia consolidada en la vida urbana, no ha sido difícil para Equipo de Arquitectura proponer un centro de atención a la infancia que superara en su concepción la idea de un edificio encerrado por muros, para abrir sus límites y hacer entrar la naturaleza a su interior. “El centro para la infancia nace a partir de una serie de propuestas destinadas a tener un impacto en las generaciones futuras. Arquitectura como materia, espacio, luz y su integración en la naturaleza. Solamente lo esencial” es la declaración de Viviana Pozzoli, Horacio Cherniavsky y María Paz Sánchez, de Equipo de Arquitectura.
La Intermediate house fue una investigación dedicada al concepto de la vivienda minimalista y su evolución en la actualidad. Este segundo proyecto de Equipo de Arquitectura, por su parte, quizá pueda tener el mismo valor cuando se habla de edificios colectivos para niños. El punto de partida es una inversión total entre el concepto de espacio antropizado y el de espacio natural, entre interior y exterior. La idea de que los niños deben criarse constantemente en un ambiente protegido, cerrado y circunscrito es superada por completo por el principio superior de interrelación, de la mezcla de ambientes.
El proyecto utiliza el concepto de muro perimetral para definir el espacio perteneciente al centro. La planta casi cuadrada está trazada por paredes escultóricas y completamente cerradas que dejan solo algunas aberturas hacia el exterior y que permiten intuir la vida en el interior. En lugar de delegar en unas pocas ventanas rítmicas la función de iluminar o abrir vistas para los niños hacia el exterior, Equipo de Arquitectura se atreve a llevar el exterior al interior. Estos muros monumentales son, por tanto, solo una forma de circunscripción del espacio habitado por los niños, pero no corresponden a un espacio cerrado. En el interior, jardines y estancias, espacios abiertos y aulas cubiertas conviven a partes iguales y, entre ellos, todos los recorridos son al aire libre.
La mayor sorpresa para estos niños es probablemente entrar por una puerta imponente y encontrarse en un área verde dentro de la cual se han construido sus aulas.
Si bien las cuatro aulas, las oficinas y los servicios están delimitados por paredes, las conexiones entre estos espacios se han diseñado como espacios “exteriores”, para que las personas, mayores o pequeñas, siempre entren en contacto con el elemento exterior y natural cuando finalizan una actividad para iniciar otra, ya sea utilizando los servicios o pasando de una clase al comedor.

El Centro tiene una planta casi simétrica, dividida en cuatro grandes espacios: dos aulas, cada una de ellas a su vez divisible en dos partes, un comedor y un área administrativa y de servicios y los almacenes correspondientes. Un patio verde, concebido no como un simple equipamiento paisajístico, sino también como un espacio de juego, es un punto focal y el primer espacio que se puede ver entrando por la puerta principal. Se trata de un punto de encuentro para usuarios de diferentes edades, una superficie con diferentes tramas, “donde se aprende jugando y se juega para aprender”. Todas las estancias comunican visualmente con este patio, que cuenta con su propio jardín, accesible en cualquier momento. El protagonismo de la naturaleza exuberante de Paraguay lleva a pensar que la vegetación debe ser parte de la vida humana, incluso en los espacios cotidianos, negando así el concepto consolidado del aula como espacio cerrado.
El material que constituye el poderoso envoltorio de gruesos muros es la tierra cruda, dejada al natural, sin ningún acabado superficial, conservando todas sus imperfecciones. Los diseñadores argumentan al respecto: “Este material, que contiene información primitiva y básica, relacionada con la memoria y los sentidos, nos permite experimentar texturas, colores, olores y una serie de emociones que enriquecen la percepción y el aprendizaje en la primera infancia.”
Este material refractario, asociado con el posicionamiento de las aberturas entre los espacios para favorecer la ventilación natural y con la cubierta verde que protege de la radiación solar en la estación más calurosa, constituye el elemento principal de la estrategia de energía pasiva utilizada en el proyecto.

Mara Corradi

Architects: Equipo de Arquitectura (Viviana Pozzoli, Horacio Cherniavsky, María Paz Sánchez) www.equipodearquitectura.com
Client: Las Tacuaras S.A.
Year: 2021
Location: Villeta, Paraguay
Area: 450 sqm
Structural engineering: Federico Taboada
Landscape: Lucila Garay
Photographer: Federico Cairoli http://www.federicocairoli.com/


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