16-03-2021

CIUDADES JARDÍN UTÓPICAS 

Brøndby Haveby, Kansas,

Planning,

Octagon City, Henry Clubb, Utopia, Orson Squire Fowler, Garden City,

"A map of the world that does not include Utopia is not worth even glancing at, for it leaves out the one country at which Humanity is always landing. And when Humanity lands there, it looks out, and, seeing a better country, sets sail. Progress is the realisation of Utopias."-Oscar Wilde



<strong>CIUDADES JARDÍN UTÓPICAS </strong><br />
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Un apasionado de arquitectura, sin licenciatura ni título alguno, y un arquitecto paisajista, concibieron respectivamente la planificación de un asentamiento que ambicionaba convertirse en ciudad, y en el segundo caso, de una pequeña ciudad jardín. Los intentos que se han sucedido para realizar las denominadas ‘ciudades utópicas’ son verdaderamente fascinantes por las ideologías en las que se inspiran y por ciertos adelantos, auténticas innovaciones, que a menudo sirven para nutrir a la arquitectura del futuro. Los responsables de proyectación deben saber reinventarse, rompiendo la tendencia a homogeneizar cuando ésta obstaculiza la realización del ideal de una sociedad y un ambiente mejores. Su misión es procurar proponer paradigmas nuevos que logren provocar cambios sustanciales. Es necesario recordar casos como el de dos veinteañeros, estudiantes de arquitectura, que en los años 60 decidieron rechazar todo aquello que no cumplía con las exigencias de un mundo que tenía que evolucionar, sin hacer ningún tipo de concesiones a la uniformidad exhausta. Adolfo Natalini y Cristiano Toraldo di Francia, los dos radicales fundadores del famoso y visionario Superstudio, demuestran que el idealismo puede ser el auténtico propulsor de cualquier revolución, rechazando formas de homologación pasivas.

Cuando se conduce una existencia dominada por la opresión, el deseo de adquirir derechos que son injustamente negados hace que se acepte sufrir cualquier tipo de adversidad. Así fue el difícil y turbulento camino al que se enfrentaron para crear Octagon City, una colonia vegetariana autónoma que simbolizaba el sueño de una gran utopía. Un asentamiento a orillas de un río a pocas millas de una ciudad del sur de Kansas, cuya intención era erigirse en símbolo contra la esclavitud, unos años antes de que el estado fuera declarado libre de ella. Las razones en las que se basaba la idea se entrelazan con algunas circunstancias dramáticas que el territorio estaba experimentando a causa de una larga serie de enfrentamientos y violencias entre quienes defendían el derecho a la libertad y quienes se oponían. Las confrontaciones empeoran cuando en 1854 se aprobó el Kansas-Nebraska Act, una disposición que no tomaba partido respecto a la condición de esclavitud o libertad en ambos estados. En aquel particular momento los abolicionistas y los vegetarianos representaban dos tendencias impulsadas por objetivos y aspiraciones comunes, que resaltaban sus afinidades y se complementaban. Los primeros, motivados por el deseo de poner fin a la inaceptable condición de la esclavitud, y los segundos por razones sobre todo éticas. El consumo de carne, casi completamente reservado a las clases acomodadas, constituía un elemento de fuerte desigualdad, lo que aumentaba y agravaba las diferencias económicas. 

A este motivo fundamental se añadía el hecho de que, a pesar de que la industria crecía y la elaboración de la carne hubiera mejorado, la higiene aún dejaba mucho que desear. Los mataderos no contaban con refrigeración y los trenes para transportar el ganado iban a rebosar, comportando posibles contagios y graves enfermedades. Henry Clubb, abolicionista, activista e reformador, periodista del New-York Tribune y miembro de una familia que como él mismo era rigurosamente vegetariana, junto con otras personas ideará y promoverá con gran pasión la fundación de esta colonia, imaginada como un lugar ideal para familias de abolicionistas vegetarianos. Además de demostrar una completa autosuficiencia desde el punto de vista de la alimentación, la idea era que también ofreciera un importante ejemplo a seguir en esta lucha fratricida e injusta. Para diseñar la futura ciudad una de las inspiraciones de Clubb provenía de su amigo Orson Squire Fowler, frenólogo y miembro de la American Vegetarian Society. La doctrina en la que era un experto se basaba en el tamaño y la forma del cráneo de una persona para determinar su carácter y cualidades intelectuales, actualmente considerada pseudo-ciencia, pero que en aquellos tiempos estaba en pleno auge. Fowler era muy conocido y entre sus clientes se contaban nombres célebres del mundo político e intelectual de la época. También era un hombre bastante excéntrico, algo que ya había demostrado desde bien joven, cuando con 17 años y con sólo 4 dólares en el bolsillo había abandonado el pueblo familiar en un condado de Nueva York, y había recorrido a pie 400 millas hasta Massachusetts, resuelto a hacerse pastor y a recibir la educación pertinente para esta profesión. 

Poseía varios rasgos peculiares que, en un siglo que se consideraba ortodoxo, hacían de él un anticonformista: era un infatigable defensor de la igualdad de las mujeres en un momento en el que prácticamente carecían de derechos legales en EE.UU. y luchaba contra la explotación del trabajo infantil en las fábricas de su país. También era un aguerrido defensor de la instrucción y la moderación. Sus ideas eran muy innovadoras y se había acercado a varias disciplinas, demostrando particular inclinación por la arquitectura, aunque no poseía una preparación específica. Llegó a publicar ‘The Octagon House: A Home For All’, un texto que tuvo cierto éxito y del que se llegaron a imprimir 9 ediciones, en el que diagnosticaba los defectos de algunas formas de las construcciones, indicando los detalles para realizar una casa ideal, todo ello acompañado de numerosos dibujos como ejemplos representativos de las afirmaciones y argumentos enunciados.
Lo cierto es que la hipótesis de la forma octogonal anunciada en el título ya había sido examinada, y existían realizaciones en localidades y épocas diferentes. Y sin embargo había un aspecto que caracterizaba su investigación y que no se había contemplado nunca, se había concentrado en un principio que volverá a ser tenido en cuenta solo ya en el siglo XX. Era un enfoque que se basaba en el hecho de que ‘la forma sigue a la función’. Representó escuelas e iglesias con ocho lados pero su principal aportación analizaba este tipo de geometría en relación a una casa, perspectiva que hasta entonces nunca se había explorado. La forma octogonal, solía afirmar, ofrecía una planta de base perfecta para viviendas pequeñas o grandes, adaptándose por lo tanto a las casas de los ricos y a las de los pobres por igual. Era una estructura que se podía construir con facilidad y con costes reducidos, y que garantizaba una situación saludable y con abundante luz natural, fresca en verano y fácil de calentar, capaz de cerrar el espacio de forma eficiente, minimizando la superficie exterior. En teoría el círculo debía representar una alternativa excelente a la típica disposición cuadrada: “las frutas, los huevos, los tubérculos, las nueces... han sido creados esféricos para encerrar la mayor parte de material en un ámbito mínimo”, pero lamentablemente esta figura geométrica hacía difícil aprovechar bien la organización interior. Un ambicioso plan geométrico que prometía una sociedad mejor, inspirado en la visión octogonal fowleriana, determina la configuración de Octagon City, la futura colonia vegetariana que aspiraba a materializar una utopía que no llegará a realizarse: ocho vías radiales confluían hacia un octógono central más grande de una plaza donde se situaban la escuela, un parque y una iglesia, y a donde daban las viviendas, todas rigurosamente de ocho lados.

Clubb a través de su periódico llegó a suscitar un enorme interés por esta futura empresa, y la propuesta atrajo a cientos de personas que querían participar en ella. Se seleccionaron unas cincuenta familias entre las que demostraron una mayor implicación respecto al abolicionismo y al vegetarianismo, se compró una parcela de terreno, y se dio inicio a esta aventurada misión. 
Los futuros colonos emprendieron con gran entusiasmo el largo y difícil viaje, pero al llegar descubrieron con tremenda desilusión que prácticamente todo estaba aún por construir. Mientras tanto los conflictos con las poblaciones cercanas contrarias a la abolición de la esclavitud se habían exacerbado, y al llegar el invierno la dieta vegetariana empezó a revelarse insuficiente, provocando problemas de desnutrición y favoreciendo el brote de epidemias. Muchos se fueron, otros se quedaron, pero en general para poder sobrevivir se vieron obligados a intentar establecer relaciones amistosas con una parte de indios Osage autóctonos, vegetarianos también, con los que colaboraron hasta que llegó el resto de la tribu cazadores de la habitual caza anual del bisonte.

La Octagonal City y su utopía lamentablemente se redujeron a una abstracción. El plan fracasó, pero como alguien dijo después: “si la arquitectura y la urbanística son simplemente la formalización de las divisiones sociales injustas de cada momento, entonces debemos rechazar la urbanística y sus ciudades hasta que todas las actividades de proyecto tengan como fin satisfacer las necesidades primarias. Hasta entonces, la proyectación debe desaparecer. Podemos vivir sin arquitectura”. Esta afirmación de Natalini no necesita ser comentada: renunciar a un mundo nuevo, a una sociedad más justa e igualitaria no debe ser el precio que pague esta disciplina, y de ello se deduce que sin duda hay que reconocerle el mérito a quien ha procurado hacer aportaciones para un futuro mejor, a pesar probablemente de haberlo hecho con tantos defectos.

Dejando de lado la acometida, el esquema planimétrico que se había estudiado y sugería casas octogonales suscitó enorme interés y en aquel periodo se construyeron un gran número de viviendas de este tipo en EE.UU. y Canadá, de las aún que quedan algunas muestras. El arquitecto aficionado había sabido convencer de que una casa con muchos lados habría permitido vivir en ambiente saludable, ventilado y rebosante de luz, capaz de transmitir sensaciones agradables y de condicionar el estado de ánimo, además de ofrecer notables ventajas desde el punto de vista energético.

Entre los factores que suscitan la exploración de nuevas estrategias capaces de representar un cambio para cierto tipo de existencia, además de los que enfocan situaciones de descontento social, hay otros cuyo origen está en el malestar causado por un ambiente excesivamente artificial. La exigencia de garantizar no solo una vida colectiva más igualitaria, sino en mayor sintonía con el espacio natural ha llevado a imaginar numerosos intentos para conectar la ciudad y el campo, que desgraciadamente han demostrado hasta qué punto es improbable y difícil una auténtica interacción entre ambos, terminando por presentar a menudo propuestas que a la fuerza se inclinan hacia un lado de la balanza. Entre las planificaciones que no se han quedado en el puro nivel del diseño de planos en blanco y negro, como la del reaccionario y soñador Clubb, figura una parcela de terreno a las afueras de Copenhague, donde hace más de 50 años que se creó una auténtica "ciudad veraniega" de huertos y jardines, completamente inmersa y rodeada de zonas verdes. Si se observan las imágenes fotografiadas desde arriba es tan atractiva desde el punto de vista formal que resulta difícil creer que sea real. Presenta una configuración de lo más inusual, una enorme extensión plana salpicada por numerosos círculos todos exactamente iguales que contienen minúsculas casitas rigurosamente idénticas y dispuestas una junto a la otra dentro de la circunferencia. Este curioso e interesantísimo esquema formado por estas huellas circulares es obra del arquitecto paisajista Erik Mygind. El ayuntamiento de Brøndby aprobó la idea y el proyecto vio la luz en 1964. Brøndby Haveby, llamada también "ciudad jardín”, es una pequeña comunidad. El uso de las casas se rige por determinadas reglas: solo aquellos que poseen una residencia en un radio de 20 kms puede convertirse en propietario, y es posible alquilarlas o residir en ellas solo de abril a octubre y los fines de semana, a meses alternos, durante todo el año. En estos periodos cualquiera puede concederse una pausa y una fuga a este fascinante oasis verde, dedicándose a cuidar plantas ornamentales o árboles frutales, pasando el tiempo en trabajos de jardinería o de agricultura.

Actualmente Brøndby cuenta con un total de 284 jardines y en cada circunferencia de terreno de unos 400 m2 hay 24 casas. Un conjunto de sencillas reglas codifica la vida cotidiana de la comunidad, de los residentes y de los recién llegados. La estructura del proyecto fue concebida sobre el modelo del poblado danés tradicional, con un núcleo central de encuentro que promueve la interacción social pero también asegura intimidad. Hay ciertos trabajos que se realizan con la colaboración de todos, como la organización de fiestas al aire libre y eventos musicales, que suponen una oportunidad para ayudarse y sentirse identificados, conociéndose entre los vecinos. No sorprende que en un país que ha hecho de la bicicleta un medio de desplazamiento diario se haya pensado en satisfacer una exigencia de este tipo, profundamente innata en la índole humana. Una iniciativa de planificación urbana única y ecológica como ésta tal vez debería transformarse de una originalidad excéntrica en una ocasión más frecuente y mucho más habitual para cualquiera, sobre todo para quienes residen en un centro metropolitano.

La "fase utopista”, caracterizada por un esfuerzo para liberarse de problemas circunstanciales, que no se resigna a aceptar la inevitabilidad de ciertos efectos negativos, movida por un fuerte anhelo hacia escenarios mejores, ofrece elementos de lo más persuasivos que sirven de estímulo para buscar alternativas y emprender acciones contra aquellos modelos que se arriesgan a cristalizarse peligrosamente. Incluso cuando las utopías de reconstrucción no logran realizarse, algún fragmento de ellas permanece y se propaga, y quizás un día germine, revelando el carácter profético de algunas intuiciones.

Virginia Cucchi

Credits

Cover, Brøndby Haveby, Denmark, Photo di google earth
1,3 : Orson Fowler’s design for an octagon structure. Photo di Wikimedia 
2, 4 : The Octagon House in Watertown, Wisconsin, in 1856. Photo di Library of Congress
5-6:  Brøndby Haveby, Denmark, Photo di google earth

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