14-04-2022

Lissa Carmona y el diseño brasileño: “Celebramos un aniversario entre pasado y futuro”

Design, Entrevista, Antonella Galli,

Una de las mayores expertas en diseño brasileño, Lissa Carmona, el alma de Etel design, es embajadora internacional de esta disciplina. En el año en que se celebra el centenario de la mítica Semana de Arte Moderna, que tuvo lugar en Sao Paulo en 1922 dando el pistoletazo de salida al movimiento modernista, nos habla de las perspectivas del diseño en Brasil y de su espíritu sostenible.



Lissa Carmona y el diseño brasileño: “Celebramos un aniversario entre pasado y futuro”

Exuberante, apasionada, solar, como es de esperar en una brasileña. Pero Lissa Carmona al magnetismo personal le añade una pasión y un nivel de competencia poco comunes en el ámbito de la cultura de proyecto de su gran país. Entró en el mundo del diseño gracias a su madre, Etel Carmona, diseñadora autodidacta que se enamoró de la madera y empezó a realizar muebles por su cuenta. Aquel pequeño taller fue creciendo con los años hasta convertirse en Etel, una firma que los mejores diseñadores brasileños eligen para editar sus proyectos, tanto del presente como del pasado reciente. Tanto es así que actualmente la galería Etel, con sede en Sao Paulo, Milán y Huston, presume de contar con ediciones exclusivas de piezas firmadas entre otros por Giuseppe Scapinelli, Gregori Warchavchik, Joaquim Tenreiro, Jorge Zalszupin, Lasar Segall, Lina Bo Bardi, Oscar Niemeyer o Sergio Rodrigues.

En el momento de nuestra conversación Lissa se encuentra en Sao Paulo, con un retraso de cinco horas respecto a Italia: su pantalla delata la luz cálida de una mañana de finales de verano, mientras por un gran ventanal al fondo se entrevé la exuberante vegetación. “Todo sucedió en una semana, del 13 al 17 de febrero de 1922”, cuenta Lissa, que para el centenario de la Semana de Arte Moderna ha organizado exposiciones y dado conferencias, “aquello fue el comienzo oficial del movimiento modernista que caracterizó a partir de aquel momento las expresiones creativas de Brasil. En 1922 el país, a cien años de su independencia, ansiaba encontrar un camino suyo, autónomo, respecto a Europa, si bien manteniendo las relaciones e intercambios con las vanguardias internacionales de aquel periodo. Todas las disciplinas estaban implicadas, también la arquitectura y el diseño: los proyectistas se inspiraron en aquella semana excepcional para hallar su propia identidad. Vinieron muchos extranjeros y aquí encontraron una libertad que en otros lugares no era posible, como Jorge Zalszupin de Polonia, o Lasar Segall, un hebreo lituano, o Gregori Warchavchik, un hebreo nacido en la ciudad ucraniana de Odessa.”

Para Carmona el sentido de recordar un evento tan significativo está en la mirada que abre hacia el futuro, precisamente como hicieron aquellos artistas visionarios, que buscaron una modalidad expresiva que reflejara la mezcla de culturas de que se componía Brasil (en principio recibieron burlas y rechazo – pero ya se sabe que las vanguardias raramente buscan y encuentran la aprobación de la mayoría). Así que le pregunto a Lissa, en qué dirección va hoy en día el diseño en Brasil: “Los objetivos de los proyectistas brasileños coinciden con los del resto del mundo; antes que nada, proteger el medioambiente. Pero es necesario subrayar un rasgo peculiar: aunque la producción industrial existe, el diseño brasileño ha mantenido, a diferencia del italiano, un fuerte matiz de autor, que está a mitad de camino entre el arte y la artesanía. A menudo se trata de pequeñas colecciones limitadas, producciones exclusivas. Sigue las vías de la investigación, es una disciplina funcional, pero mantiene el toque del arte”.

Teniendo en cuenta el estrecho vínculo del diseño brasileño con la madera, es inevitable preguntarse acerca de la correcta relación respecto a la selva amazónica, el pulmón verde más grande del mundo. “Sentimos con fuerza esta responsabilidad, pero es importante relacionarse según una métodología correcta. Hay que considerar la selva no solo como un parque natural, sino como un lugar donde viven cientos de miles de personas, que tienen que sustentarse en ella. Se puede conseguir este objetivo sin destruirla, trabajando en sintonía con la selva, tratando únicamente madera certificada, por ejemplo, y siempre en colaboración con las colectividades locales, como Etel lleva años haciendo (fue la primera en Brasil que obtuvo la certificación FSC, nda).” Lissa está convencida de que no haga falta la enésima mesa estupenda, sino más bien una mesa nueva construida de forma sostenible. Un camino que Carmona está experimentando en Etel junto a Patricia Urquiola: han localizado una resina derivada de restos de la caña de azúcar y de virutas de madera con la que la diseñadora ha proyectado las mesitas Cascas.

(Antonella Galli)

Captions and credits
For all images: courtesy of Lissa Carmona/Etel

02, 04, 07, 08, 14: Exhibition Every Other Week. Landscapes, bodies and daily life between a century, At Zalszupin House, São Paulo, organised in March 2022 to mark the occasion of the Centenary of the Semana de Arte Moderna 1922.


03 Oscar Niemeyer, Rio chaise longue, Etel

05, Alva, Vasos Brota

06, 10, 11 Patricia Urquiola, Cascas side tables, Etel, photo by Fernando Laszlo

12 Zanine Caldas, Z Line, Etel

13 Milano Gallery, Etel, photo by Andres Otero


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