La realidad virtual no tiene confines. Y todavía está por construirse

“Existen tantas aplicaciones de la VR como se logre imaginar, el único límite es nuestra fantasía” son las palabras que en 2017 pronunció John Goddard, director de VR Marketing de una importante empresa implicada en el desarrollo de la realidad virtual. Cuatro años más tarde podemos confirmar que el mundo de la VR sigue estando en expansión acelerada. En el éter tridimensional, en el que navegamos y socializamos, hay un sinfín de aplicaciones útiles en las que participan decenas de miles de personas de formas distintas, y no es casualidad. Las posibilidades experienciales, y con ellas las de sacar provecho económico, que la Virtual Reality pone a disposición, son innumerables y muchas de ellas deben inventarse todavía.

A partir de los usos más banales, los referidos a los videojuegos y al cine, en la realidad virtual se puede hacer de todo, desde desfiles de moda a subastas de arte. El espacio virtual, plasmable e inagotable, se presta perfectamente a acoger por ejemplo un showroom para cualquier tipo de producto, o a organizar eficientes y sugerentes reuniones de trabajo. Imaginad tener que comentar un proyecto con vuestros colaboradores que se conectan desde oficinas distintas desperdigadas en varias ciudades del mundo. En lugar de asistir a una presentación en pantalla compartida por videoconferencia, podríais encontraros dentro del edificio que estéis proyectando, con la posibilidad de modificarlo in situ, siguiendo en tiempo real la evaluación que devuelven los programas informáticos sobre la dimensión de las instalaciones o de la radiación solar. Es precisamente este el servicio que ofrece una plataforma especializada en soluciones colaborativas para reuniones y revisiones de proyecto en ambientes de VR. Algunos de los planes ofrecidos por esta empresa de alta tecnología de hecho llegan a permitir la integración con los software de modelación BIM: una gran innovación para las posibilidades de colaboración aumentada, no solo en proyectos de arquitectura y construcción.

"2022 será el año en el que el gasto global en el mercado de AR y VR superará los 200 billones de dólares", recuerda Domenico Maiello, joven arquitecto italiano cofundador del estudio I AM Architects, que construye para sus clientes no solo espacios físicos sino también virtuales. Un ejemplo: I AM ha realizado para un distribuidor de cerramientos un showroom de 800 m2, contenido totalmente en una memoria digital, a la que se accede mediante un dispositivo situado en un salón de la sede física ya existente. Ha sido un éxito. Los clientes se demostraron entusiasmados de poder experimentar una nueva tecnología, así como de poder modificar en tiempo real puertas y ventanas. A la vez, los costes de producción del espacio se mantuvieron extremadamente contenidos y se evitó la cementificación de otras superficies.

Images by I AM | Italian Architecture Makers, all rights reserved

Pero la joya de la corona de I AM Architects es la realización de Frammenti Italiani, como cuenta Maiello: "una colección de nueve espacios virtuales de lujo inspirados en los clásicos de la arquitectura italiana. El primero de ellos fue elegido por Vogue Talents como ambientación para presentar una colección cápsula online en la plataforma The Dematerialised, donde las prendas virtuales de cinco firmas emergentes se vendieron en un visto y no visto". Incluso la modelo que lucía los trajes durante el desfile era virtual, es decir, la inteligencia artificial Kuki AI, ideada por ICONIQ.

Images by Anastasia Edwards-Morel, Head of Digital Design at ICONIQ & Lauren Kunze, CEO of ICONIQ

Es imposible enumerar todo el potencial de esta nueva realidad, precisamente porque la lista se alarga de día en día. Podemos solo imaginar las fronteras que se podrán traspasar gracias a la tecnología inmersiva. Será esencial mantener sólido el límite de la ética y la concienciación para evitar decaer en escenarios tecnológicos a toda costa que podrían resultar contraproducentes. A la espera de los desarrollos, nosotros también, como Palmer Luckey, nos preguntamos: "¿Por qué no deberíamos podernos teletransportar donde queremos?"

Cib

Images courtesy of:
I AM Architects – www.i-am-architect.com // Orange Room images by I AM | Italian Architecture Makers, all rights reserved
ICONIQ – www.iconiq.ai // Kuki AI images by Anastasia Edwards-Morel, Head of Digital Design at ICONIQ & Lauren Kunze, CEO of ICONIQ
The Wild – www.thewild.com
Vogue Talents – www.vogue.it
The Dematerialised – www.thedematerialised.com
Kuki AI – www.kuki.ai
Cormio, Marco Rambaldi, Niccolò Pasqualetti, Vivetta
Topher McCulloch, Julien Tromeur

[Video by I AM | Italian Architecture Makers, all rights reserved]

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