03-10-2022

Ai Weiwei en Venecia: Memento Mori, monumento a la vida en cristal de Murano

Ai Weiwei,

Venecia, Italia,

Antonella Galli, Design,

Una gigantesca lámpara sin luces, formada por dos mil piezas de cristal negro de Murano, destaca en la basílica palladiana de la abadía de San Giorgio Maggiore, en la isla que domina la cuenca de San Marcos. Es la obra con la que el artista disidente chino celebra el valor de la vida y la conciencia del presente.



Ai Weiwei en Venecia: Memento Mori, monumento a la vida en cristal de Murano

A primera vista, al entrar en la suntuosa basílica de la isla de San Giorgio Maggiore en Venecia, la obra ‘La Commedia Umana – Memento Mori’, de Ai Weiwei, suspendida en el centro de la iglesia, aparece como una grandiosa escultura con la forma típica de las lámparas de cristal soplado de Murano. Y fue en Murano donde se hizo, pieza a pieza (más de 2.000), con un total de 2.700 kilos de vidrio negro opaco, en una composición de seis metros de diámetro y casi nueve de altura, que requirió más de tres años de trabajo. Pero quedan muy lejos la gracia frívola y los caprichos florales de la tradición de Murano. Cuando uno se acerca, paso a paso, en el volumen solemne y claro del edificio religioso diseñado por Andrea Palladio a finales del siglo XVI, se revelan en detalle los elementos de la gran composición: cráneos, tibias, fémures, pelvis, cajas torácicas, pulmones, intestinos, hígados, corazones, huesos de manos y pies y también cráneos de animales (¿dinosaurios?), cámaras de seguridad, colocadas aquí y allá entre las partes del cuerpo humano, y algunos pájaros en estilo cómic que recuerdan el símbolo de una conocida red social. Distante, impresionante, curiosa, misteriosa, fascinante: la observación cercana suscita diferentes impresiones y resonancias en cada visitante. El impacto, incluso emocional, de la obra es innegable.

La elección de la forma, la de una lámpara sin luces, y la del cristal, material de la tradición de Murano, son indicativas del proceso creativo de Weiwei: “Amo la sabiduría del pasado, creo que sin entender el pasado nos perdemos ”, ha afirmado el artista, que ha realizado la obra en colaboración con Berengo Studio y sus maestros del cristal, “con el cristal hemos creado un nuevo lenguaje. Partimos de las competencias, de cómo se produce el cristal, e hicimos nuevos todos los detalles. El cristal es un material especial, en su presencia podemos pensar en la relación entre la vida y la muerte, entre la tradición y la realidad. Nunca hago algo solo por la belleza como un fin en sí mismo, sino para entender cosas nuevas y conocerme a mí mismo”, ha concluido. El vidrio elegido por Ai Weiwei es negro, opaco, no refleja la luz y no tiene transparencia. Los elementos que componen la obra pueden parecer inquietantes, pero en realidad hablan de todos nosotros, del ser humano y de sus órganos, de la vida descompuesta en sus engranajes. La idea de corporeidad flanqueada por cámaras y símbolos de la comunicación digital sugiere, provocativamente, que estos entes ahora forman parte de nuestro ser. Y, en el caso de Ai Weiwei, emblemas de control por parte de las grandes potencias, ya sean económicas o geopolíticas.

Para la realización de la obra, que podrá verse hasta el 27 de noviembre junto a otras obras del artista, fue decisiva la aportación de Adriano Berengo, polifacético empresario y creativo del cristal, fundador de Berengo Studio en Murano, quien revela: “Este Memento Mori es un sueño hecho realidad. Estoy muy agradecido a la abadía por albergar la exposición, no había un espacio más mágico para elevar esta lámpara, escultura colgante, como un himno a Dios. Ai Weiwei es un gran coleccionista; al llegar a Murano vio que esta gran tradición vidriera se disolvía en cansadas repeticiones; con su obra quiso estimular en los jóvenes un sentido de emulación y revancha frente al pasado, utilizando una técnica milenaria para crear un lenguaje contemporáneo.”

El diálogo que la obra establece con los espacios de la basílica es parte del mensaje mismo, una especie de respuesta ambiental y conceptual a las preguntas que plantea Memento Mori. Así lo subraya Stefano Visintin, abad de San Giorgio Maggiore, quien con la Benedicti Claustra Onlus ha abierto los espacios de la abadía al diálogo con el arte contemporáneo: “En San Giorgio tratamos de restablecer este diálogo. La obra de Ai Weiwei, lámpara sin luces, puede parecer un proyecto tétrico. Pero, en realidad, quiere ser un momento de reflexión sobre nuestra fragilidad para subrayar la importancia del presente, para transformar la vida no en una comedia, sino en una contribución a los demás y a la creación. Como también ha señalado Ai Weiwei, ”, concluye, “en la obra no hay luces porque es la propia obra la que reaviva la luz interior en quien la observa.

Antonella Galli

Captions and credits

All images courtesy of Ai Weiwei, Berengo Studio

From 01 to 09: Ai Weiwei, La Commedia Umana – Memento Mori, Basilica of San Giorgio Maggiore, Venice, 2022, presented by Berengo Studio
01, 07, 09, photo credit Francesco Allegretto
02 Portrait of the artist before the artwork; photo credit Oliver Haas
03-06, 08 photos by Savino Cancellara

10 Ai Weiwei, Zodiac, 2018, Lego bricks; photo by Adam Reich

11 Ai Weiwei, Roots, Abbey of San Giorgio Maggiore; photo credit Francesco Allegretto
12 Ai Weiwei, Untitled (fish), glass (2022), Abbey of San Giorgio Maggiore; photo credit Francesco Allegretto


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