21-02-2018
Heatherwick Studio: Zeitz MOCAA- Museo de Arte Africano Contemporáneo
Iwan Baan, Antonia Steyn,
El proyecto del Zeitz MOCAA-Museo de Arte Africano Contemporáneo y la recualificación del famoso almacén de trigo de Ciudad del Cabo que abrió sus puertas al público en septiembre de 2017, representa el punto de encuentro de importantes intereses privados locales. Ya el hecho de asignar la tarea al ecléctico arquitecto Thomas Heatherwick, fundador del conocido estudio londinense del mismo nombre, hace pensar que la intención era convertir este ejemplo de arqueología industrial en una atracción para el turismo cultural urbano y nacional.
En 2013 los propietarios del Victoria & Alfred Waterfront, el puerto construido en el siglo XIX entre el océano y la Montaña de la Mesa que atrae turistas de todos los orígenes, estaban reflexionando sobre cuál sería el destino adecuado para aquel edificio simbólico e imponente que durante décadas había sido parte del horizonte de la ciudad. En el mismo momento, el empresario alemán Jochen Zeitz, amante de la cultura africana que ha recopilado una de las colecciones más representativas de arte contemporáneo del continente africano y de su diáspora, con obras de artistas como Edson Chagas, Zanele Muholi y Michele Mathison, estaba buscando una sede idónea para conservar y exponer al público su inestimable colección.
Así se llegó a la decisión de ceder el granero para convertirlo en la sede del Zeitz MOCAA, Museo de Arte Africano Contemporáneo, adjudicando al londinense Thomas Heatherwick el visionario proyecto de transformarlo en un complejo para exposiciones en varias plantas. El arquitecto es famoso por haber realizado estructuras atrevidas que suscitan la admiración, como el Learning Hub en la Nanyang Technological University de Singapur, el Rolling Bridge de la City en Londres o el Fund Finance Centre de Shanghái. En este caso Heatherwick disponía de una estructura de cemento de 57 metros en pleno corazón de la ciudad sobre la que plasmar su obra. Construido en 1921 este edificio industrial compuesto por una torre y 42 silos fue esencial en la vida económica de la capital de Sudáfrica hasta el año 1990, dentro del puerto donde se usaba para recoger, conservar, clasificar y exportar el trigo del país. Con una estética brutalista que no alteraba el atractivo del Waterfront, del que se convirtió en realidad en emblema, como símbolo de las contradicciones que caracterizan a un país como Sudáfrica.
Thomas Heatherwick explica que por otro lado el desafío técnico ha sido bastante arduo porque hubo que encontrar la forma de reservar espacios para la acogida y para la exposición de lo que internamente se presentaba como una colmena de 42 tubos, con una altura de diez plantas, y todo ello sin destruir la autenticidad del edificio, al contrario, valorando su particularidad. El programa del museo destina 6.000 m2 de espacio a la exposición en 80 galerías, un jardín con esculturas en el tejado, áreas de conservación, una biblioteca, salas de lectura, un restaurante y un bar.
La idea de partida fue utilizar 9 de los silos situados en el interior para ubicar el atrio, aprovechando la altura para conformar el espacio distintivo de recepción. Los silos se pensaron como un bloque único y lleno, cuyo volumen está cortado en su centro por una elipsis. La intersección imaginada entre sólidos ha dejado a la vista secciones tubulares que reproducen una estructura inédita de bordado en el cemento. La estructura se reforzó hasta alcanzar espesores de hasta 420 mm desde los 170 originales, para compensar la eliminación de partes primitivas de los silos. Los bordes recortados se pulieron para aportar un acabado de espejo que contrasta con el árido de cemento en bruto del edificio. Además su desarrollo vertical se aprovechó como nodo de distribución de las 9 plantas.
Externamente la base del gran almacén se dejó prácticamente intacta, interviniendo solo con operaciones de limpieza. En cambio en la parte de arriba es donde se realizaron las obras más significativas, donde la torre se recorta sobre el jardín de esculturas y en los últimos niveles de la zona expositiva. Aquí los proyectistas dicen que se inspiraron en la tradición vidriera veneciana, y que interpretaron la estructura entera como si fuera una gran linterna, un faro en el puerto de Ciudad del Cabo. Cinco plantas en las que el muro de cemento se sustituyó con una plantilla de cristales estructurales tallados y convexos montados en un bastidor de acero. El cambio de escala del objeto de cristal a la arquitectura de cristal es sorprendente. Como diría Alberto Campo Baeza, un elemento tectónico, ligero y nudoso, se acopla a un elemento estereotómico, pétreo y pesado, hasta casi hacerlo estallar. El Zeitz MOCAA parece de hecho a punto de estallar de energía, pero al no poder hacerlo, esa energía lo impregna transmitiéndose a quienquiera que lo mire.
Mara Corradi
Architects: Heatherwick Studio
Design Director: Thomas Heatherwick
Group Leader: Mat Cash
Project Leader: Stepan Martinovsky
Team
Simona Auteri, Ruggero Bruno Chialastri, Yao Jen Chuang, Francis Field, Sarah Gill, Xuanzhi Huang, Changyeob Lee, Julian Liang, Débora Mateo, Stefan Ritter, Luke Snow, Ondrej Tichý, Meera Yadave
Making Team : Lucie Beauvert, Einar Blixhavn, Erich Breuer, Alex Flood, Hayley Henry, Hannah Parker, Luke Plumbley, Matthew Pratt
Delivery Architects: Van der Merwe Miszewski Architects, Rick Brown Associates, Jacobs Parker
Project Manager: Mace
Client: Victoria & Alfred Waterfront Holdings (Pty) Ltd
Location : Cape Town, South Africa
Completion date: September 2017
Total area: 102,000 square feet
Exhibition space: 65,000 square feet
Structural Engineer: Arup / Sutherland
M&E / Sustainability Engineer : Arup / Solution Station
Developer: V&A Waterfront Holdings (Pty) Ltd
Contractor: WBHO
Heritage Consultant: Nicolas Baumann
Photos by: © Iwan Baan, © Antonia Steyn
www.heatherwick.com
http://www.waterfront.co.za
En 2013 los propietarios del Victoria & Alfred Waterfront, el puerto construido en el siglo XIX entre el océano y la Montaña de la Mesa que atrae turistas de todos los orígenes, estaban reflexionando sobre cuál sería el destino adecuado para aquel edificio simbólico e imponente que durante décadas había sido parte del horizonte de la ciudad. En el mismo momento, el empresario alemán Jochen Zeitz, amante de la cultura africana que ha recopilado una de las colecciones más representativas de arte contemporáneo del continente africano y de su diáspora, con obras de artistas como Edson Chagas, Zanele Muholi y Michele Mathison, estaba buscando una sede idónea para conservar y exponer al público su inestimable colección.
Así se llegó a la decisión de ceder el granero para convertirlo en la sede del Zeitz MOCAA, Museo de Arte Africano Contemporáneo, adjudicando al londinense Thomas Heatherwick el visionario proyecto de transformarlo en un complejo para exposiciones en varias plantas. El arquitecto es famoso por haber realizado estructuras atrevidas que suscitan la admiración, como el Learning Hub en la Nanyang Technological University de Singapur, el Rolling Bridge de la City en Londres o el Fund Finance Centre de Shanghái. En este caso Heatherwick disponía de una estructura de cemento de 57 metros en pleno corazón de la ciudad sobre la que plasmar su obra. Construido en 1921 este edificio industrial compuesto por una torre y 42 silos fue esencial en la vida económica de la capital de Sudáfrica hasta el año 1990, dentro del puerto donde se usaba para recoger, conservar, clasificar y exportar el trigo del país. Con una estética brutalista que no alteraba el atractivo del Waterfront, del que se convirtió en realidad en emblema, como símbolo de las contradicciones que caracterizan a un país como Sudáfrica.
Thomas Heatherwick explica que por otro lado el desafío técnico ha sido bastante arduo porque hubo que encontrar la forma de reservar espacios para la acogida y para la exposición de lo que internamente se presentaba como una colmena de 42 tubos, con una altura de diez plantas, y todo ello sin destruir la autenticidad del edificio, al contrario, valorando su particularidad. El programa del museo destina 6.000 m2 de espacio a la exposición en 80 galerías, un jardín con esculturas en el tejado, áreas de conservación, una biblioteca, salas de lectura, un restaurante y un bar.
La idea de partida fue utilizar 9 de los silos situados en el interior para ubicar el atrio, aprovechando la altura para conformar el espacio distintivo de recepción. Los silos se pensaron como un bloque único y lleno, cuyo volumen está cortado en su centro por una elipsis. La intersección imaginada entre sólidos ha dejado a la vista secciones tubulares que reproducen una estructura inédita de bordado en el cemento. La estructura se reforzó hasta alcanzar espesores de hasta 420 mm desde los 170 originales, para compensar la eliminación de partes primitivas de los silos. Los bordes recortados se pulieron para aportar un acabado de espejo que contrasta con el árido de cemento en bruto del edificio. Además su desarrollo vertical se aprovechó como nodo de distribución de las 9 plantas.
Externamente la base del gran almacén se dejó prácticamente intacta, interviniendo solo con operaciones de limpieza. En cambio en la parte de arriba es donde se realizaron las obras más significativas, donde la torre se recorta sobre el jardín de esculturas y en los últimos niveles de la zona expositiva. Aquí los proyectistas dicen que se inspiraron en la tradición vidriera veneciana, y que interpretaron la estructura entera como si fuera una gran linterna, un faro en el puerto de Ciudad del Cabo. Cinco plantas en las que el muro de cemento se sustituyó con una plantilla de cristales estructurales tallados y convexos montados en un bastidor de acero. El cambio de escala del objeto de cristal a la arquitectura de cristal es sorprendente. Como diría Alberto Campo Baeza, un elemento tectónico, ligero y nudoso, se acopla a un elemento estereotómico, pétreo y pesado, hasta casi hacerlo estallar. El Zeitz MOCAA parece de hecho a punto de estallar de energía, pero al no poder hacerlo, esa energía lo impregna transmitiéndose a quienquiera que lo mire.
Mara Corradi
Architects: Heatherwick Studio
Design Director: Thomas Heatherwick
Group Leader: Mat Cash
Project Leader: Stepan Martinovsky
Team
Simona Auteri, Ruggero Bruno Chialastri, Yao Jen Chuang, Francis Field, Sarah Gill, Xuanzhi Huang, Changyeob Lee, Julian Liang, Débora Mateo, Stefan Ritter, Luke Snow, Ondrej Tichý, Meera Yadave
Making Team : Lucie Beauvert, Einar Blixhavn, Erich Breuer, Alex Flood, Hayley Henry, Hannah Parker, Luke Plumbley, Matthew Pratt
Delivery Architects: Van der Merwe Miszewski Architects, Rick Brown Associates, Jacobs Parker
Project Manager: Mace
Client: Victoria & Alfred Waterfront Holdings (Pty) Ltd
Location : Cape Town, South Africa
Completion date: September 2017
Total area: 102,000 square feet
Exhibition space: 65,000 square feet
Structural Engineer: Arup / Sutherland
M&E / Sustainability Engineer : Arup / Solution Station
Developer: V&A Waterfront Holdings (Pty) Ltd
Contractor: WBHO
Heritage Consultant: Nicolas Baumann
Photos by: © Iwan Baan, © Antonia Steyn
www.heatherwick.com
http://www.waterfront.co.za