20-06-2018

Entrevista a Francesco Marzullo

Francesco Marzullo,

Roma,

Exhibition Center, Edificios Públicos,

Entrevista,

Arquitecto e ingeniero, Francesco Marzullo, cuenta en su haber con 45 años de experiencia y un gran estudio en Roma. Habla de sí mismo a través de la riqueza que reside en una interacción entre profesiones. Entre sus obras figuran la Feria de Milán, la estación bajo el Foro Imperial y el Casino Nobile de Villa Torlonia en Roma.



Entrevista a Francesco Marzullo Desde la nueva Feria de Rho al casino nobile de Villa Torlonia, pasando por la organización de una obra que duró 2 años en la que trabajaron 2.000 operarios, o por la restauración de una joya neoclásica. ¿Quién es en realidad el arquitecto Francesco Marzullo?
Soy el resultado de 45 años de profesión, de las múltiples experiencias realizadas en el campo, de la pasión y de la curiosidad que siempre han caracterizado mi trabajo como arquitecto y como ingeniero, con el deseo y la voluntad de transmitir lo que ha aprendido en este largo camino en el mundo de la construcción, a menudo conectado con las mayores obras italianas.
“Que un arquitecto pueda por fin discutir con un ingeniero” no es una agudeza sino la filosofía, el hilo conductor por el que me he guiado desde que empecé en 1972 en el equipo del Prof. Riccardo Morandi, a cuya colaboración debo mi pasión por el aspecto estructural y constructivo de mi carrera, en la que trabajo por libre desde 1989 afrontando proyectos para todo tipo de obras: hospitales, oficinas, cuarteles, residencias, edificios históricos, rascacielos, estadios y palacios de deportes; y cuya realización (siempre he tenido la suerte o la capacidad de poder completar casi todos los proyectos que he ideado), en su complejidad siempre ha exigido tremenda organización y dedicación.
El trabajo de mi equipo técnico se basa precisamente en eso, en el diálogo, que es “conditio sine qua non” para que un proyecto salga bien, y que debe ser una configuración mental enraizada no solo en cada uno de los campos específicos, sino también en su interacción e integración, ya que ésta es una profesión en la que no se puede prescindir de las competencias profesionales de los demás.
Los equipos de proyectación (arquitectónica, estructural, de instalaciones, etc.) son absolutamente autónomas, autosuficientes y capaces, pero interactúan constantemente compartiendo sus conocimientos para encontrar la mejor solución entre las muchas posibles.
Me he enfrentado a obras donde el componente estructural podía ser mucho más complejo y difícil que el arquitectónico, como en el caso del rascacielos de la sede de la Región Lombardía en Milán. He llevado a cabo proyectos de restauración, de rehabilitación o de consolidación histórica, como en el caso del Casino Nobile de Villa Torlonia en Roma. Como también fue distinto el enfoque del proyecto de la Estación que está bajo el Foro Imperial en Roma, donde el punto de vista era absolutamente “arquitectónico”, a pesar de todos los problemas “estructurales” que implica el proyecto de realización de una línea de metro.

Usted es profesor en un master en el que enseña cómo gestionar la complejidad del trabajo del arquitecto en la actualidad. ¿Nos contaría como afronta este tema con los recién licenciados?
El Prof. Riccardo Morandi decía: “Nunca existe una sola solución, sino que hay muchas” y, yo añado, entre ellas, hay que saber elegir de forma pragmática.
En 45 años de profesión me he visto obligado a abordar numerosos trabajos y todos extremadamente diferentes, cada uno tiene sus complejidades, su propia entidad y naturaleza: desde la Feria de Milán, una obra de 630 millones de euros, o el rascacielos de la sede de la Región Lombardía, también en Milán, o por ejemplo el Auditórium de Isernia, inaugurado en 2012 con un concierto del Maestro Uto Ughi.
Durante mis clases de los Masters expongo ejemplos de proyectos que he realizado y se podrían definir “complejos”, pero siempre les digo a los estudiantes que en el fondo, ninguno de ellos es complejo de verdad.
Somos nosotros los que tenemos la posibilidad o la capacidad de hacer que un proyecto sea más o menos fácil, más o menos complejo, más o menos factible.
La mayor dificultad puede ser la de conseguir detectar todos los problemas, la de formular todas las soluciones posibles, y entre ellas, intuir cual es la más adecuada para resolver la situación.
En los Masters procuro hacerles ver cómo hay que afrontar un trabajo, cuál es el proceso mental que se debe seguir, aunque sin dejar de lado la relación con la zona de obras. Después de todo, el aspirante a médico estudia en contacto directo con el paciente, el aspirante a abogado tiene que conducir una formación obligatoria de aprendizaje en estudios técnicos, así que el aspirante a arquitecto debería conocer también los aspectos de la construcción y de la ejecución del proyecto, desde las normativas a los materiales de construcción, desde las tecnologías a la presencia en la zona de obras.

Su estudio tiene su sede en Roma y en la capital ha hecho numerosas obras. ¿Cómo se concilia su papel como calculista de estructuras con la constante urgencia de recuperar restos arqueológicos romanos de inestimable valor?
Durante las obras para realizar el Departamiento de Oncología y Hematología del Hospital San Giovanni (un edificio histórico vinculado en el centro de Roma, que rehabilitamos, reformamos y consolidamos y en el que se instalaron estructuras y equipamiento de vanguardia en campo médico) se encontraron unos restos arqueológicos de inestimable valor.
Por supuesto el proyecto inicial se modificó y adaptó a esta exigencia de proteger y valorar una Villa que se remontaba a la época de los Valerii, cuyos restos estaban ocultos bajo el edificio.
Las obras se llevaron a cabo en colaboración con la Sovrintendenza Archeologica, el organismo que tutela el patrimonio histórico, que asumió la dirección de los trabajos y del propio proyecto, suministrando indicaciones taxativas sobre dónde y cómo poder intervenir.
Nuestra tarea consistió en encontrar un sistema que fuera práctico desde el punto de vista tecnológico y que resultara adecuado para la realización del proyecto, adaptándose a las directivas y exigencias protectoras de la Sovrintendenza.

¿Por dónde se empieza a proyectar cuando el objetivo es realizar una estación de metro bajo el Foro Imperial, de la que se está ocupando en estos meses?
Llevé a cabo una profunda investigación, documentándome e informándome, procuré recorrer la historia del lugar desde todos los puntos de vista.
Además, estoy convencido de que el verdadero arquitecto se ve cuando proyecta dentro de un sistema donde existen vínculos. Si no hay vínculos más que un arquitecto, uno se convierte en artista.
Los vínculos condicionan, pero de forma “positiva”, ya que permiten realizar una elección y encontrar la solución más adecuada.
Por eso, al tener que enfrentarse a todos estos problemas y situaciones complejas y poco habituales, esto permite elaborar ideas igualmente complejas y poco habituales.
La solución ideal, hablando en general, es la que responde y resuelve la mayor parte de las ideas iniciales, obviamente de acuerdo con la sensibilidad propia del proyectista.

¿Cuánto duran en media sus obras? ¿Nos puede poner algún ejemplo de obras distintas y distintos tipos de actuación?
Los plazos son los que el cliente requiere. Cada trabajo es un caso autónomo. Hemos tenido obras que han durado pocos meses, otras que han durado incluso años y otras que empezamos a proyectar mientras se empezaba la operatividad en la obra y terminamos de proyectar mientras la obra se terminaba de realizar.
Por eso se redactan un “Plan de proyectación”, que establece de forma precisa y exacta todo lo que hay que producir, y un “Cronoprograma de las obras”, que refleja los plazos de emisión y realización, también por si hay que coordinarse con otros proyectistas.

¿Cuál es el proyecto más complejo y más interesante en el que está trabajando últimamente?
Últimamente lo que más suscita mi curiosidad es el estudio y la aplicación de las nuevas normativas sísmicas que están saliendo justo en este momento, y que obligan a cambiar y actualizar el sistema de cálculo de estructuras en Italia.
Además, estamos siguiendo una gran licitación en Milán cuyo objetivo es la rehabilitación de un enorme sistema de construcciones dedicadas a viviendas que deben ser transformadas en un grandioso centro comercial. Esto significa adaptar los espacios de edificios de albañilería mediante demoliciones considerables. Es un proyecto “work in progress”, en el que creemos que hemos encontrado soluciones especialmente significativas y por lo tanto, esperamos poderlas ver realizadas.

Mara Corradi

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