06-04-2022

LANZA Atelier: Jajalpa, o casa del bosque, en Ocoyoacac, México

Dane Alonso,

Mexico,

Housing,

Los tres principios característicos de la proyectación de LANZA Atelier se manifiestan en la casa del bosque en Ocoyoacac, cerca de Ciudad de México. Reflexión sobre el arquetipo, proyecto basado en el esmero por el detalle y uso admirable de los ladrillos artesanales de Puebla.



LANZA Atelier: Jajalpa, o casa del bosque, en Ocoyoacac, México

Jajalpa, o la villa en el bosque, se podría definir como el manifiesto de la arquitectura de Isabel Abascal y Alessandro Arienzo que en 2015 tras unos años de carreras separadas se unieron para fundar LANZA Atelier. Sorprende en su relato la idea de que quieran experimentar en escala reducida, por un lado porque sus realizaciones en el campo de la arquitectura son así, obras residenciales preferentemente con relación directa con el cliente, y por el otro porque se ocupan de proyectar la decoración con el mismo método con el que desarrollan las obras de mayor escala.
El principio que guía sus trabajos por lo tanto es el esmero, independientemente del nivel de complejidad. Otro aspecto a destacar es el empleo de materiales que se puedan producir a nivel local siendo específicos del lugar en el que se instalen, en parte para mostrar un carácter peculiar, pero también por cuestiones medioambientales. Para terminar, la idea de la materia como un principio maleable, que ellos aplican sin llegar a ser nunca repetitivo o unívoco, sino adaptándose siempre a las diferentes condiciones del caso.
Partiendo de este último punto, lo que a primera vista parece en la casa del bosque, podría no ser la realidad, o podría convertirse en algo distinto con el paso de las horas y desde perspectivas diferentes. Nos encontramos entre Ciudad de México y los bosques, donde por un lado circula una autopista y por el otro empieza el silencio de la naturaleza. El tema de la frontera es muy importante. La vista desde la fachada principal observa un aparente largo muro de ladrillos que no supera la planta de altura, y que en cierto momento se pliega para hacer surgir la puerta de entrada. Lo que parecerían las paredes de la villa, constituyendo un espacio cubierto y protegido, son en realidad los lindes de un jardín que en su despliegue acogen espacios vivibles. La casa concebida por lo tanto no como un tejado bajo el que instalar las funciones, sino como un espacio natural que delinea la escenografía cotidiana en la que tienen lugar las actividades. En esto residen la ambigüedad y la fascinación del proyecto Jajalpa, que podríamos definir una reflexión sobre el arquetipo.
La hermosa tapia de confín, totalmente de ladrillos, se convierte de repente en una tapia “habitada”, ampliándose hasta contener, en un caso los espacios principales, y en el otro los dedicados a los huéspedes. Su distancia física, que los coloca uno enfrente del otro en el espacio circular, los identifica como puntos distintos de un itinerario y no como núcleo edificado. Llama la atención la rigurosa geometría que los define en oposición al trazado sinuoso de las paredes. Pero no existe fractura entre uno y otro, sino continuidad y compenetración, gracias a las relaciones diseñadas entre rectas y curvas y a la presencia de las cristaleras, perfectas para desvelar el avance del manto lapídeo precisamente en aquellos puntos.

La cerca abarca la dimensión natural interpretándola como perspectiva cotidiana, como parte del todo. La histórica dicotomía entre interior y exterior se resuelve con el jardín como elemento de interior y con todos los demás puntos de contacto como los patios o los forjados de hormigón curvados que dejan entrar los rayos del sol sin verlo, y sobre todo con ese muro que de tapia se transforma en divisorio, elemento de modulación de luz y sonido, a continuación otra vez en barrera perimetral y para terminar en caminamiento cubierto.
La desenvoltura con la que está trazado, esquivando los árboles que estaban allí, y asumiendo así una evolución casual y orgánica, resulta coherente con su metamorfosis funcional. El muro corta netamente en dos la planta del edificio principal, dividiendo con una delicada trama de ladrillos en celosía la zona de salón de la de los dormitorios. La sensación que se obtiene es incluso la de estar en presencia de un organismo vivo, que lejos de ser simplemente parte de una estructura y por ello un elemento oculto, se hace comprensible.
El empleo del ladrillo vista, que por lo visto no era el primer material que se había pensado utilizar en esta obra, es el vínculo con la cultura del lugar. Todos los ladrillos son “ladrillos de Puebla” realizados de forma artesanal a nivel local, con bordes recortados y modelados a mano para garantizar el trazado de una curvatura suave en las paredes. Distintos uno del otro, incluso en los matices, estos ladrillos contribuyen a aportar dinamismo al volumen construido.
Tanto los espacios al aire libre como los cubiertos presentan la misma paleta de tonalidades, relacionada con la tierra y la naturaleza. El verde hoja de puertas y ventanas, de la escalera de caracol que conecta el garaje con la planta del salón de la casa principal, y de ciertos detalles del mobiliario, se recorta sobre las superficies térreas y sobre los suelos de madera.

Mara Corradi

Architects: LANZA Atelier (Isabel Abascal, Alessandro Arienzo) www.lanzaatelier.com
Team: Alejandro Márquez, Celina Bonadeo, Jéssica Hernández.
Year: 2019
Buit surface: 600 sqm
Location: Ocoyoacac, Mexico

Fotografía: Dane Alonso https://danealonso.com/


×
×

Manténgase en contacto con los protagonistas de la arquitectura, Suscríbase al boletín de Floornature