09-06-2020

QUIERO VOLVER A SER PEQUEÑA

Mario Cucinella Architects MCA, Junya Ishigami, BIG – Bjarke Ingels Group, 02 Arch,

Atsugi, Giappone, Milán, Guastalla, Italy, Nueva York, Estados Unidos,

Jardines de infancia,

"El que no cree en la magia nunca la encontrará " - Roald Dahl



QUIERO VOLVER A SER PEQUEÑA
No es que sea aún tan vieja, y además puedo considerarme, lo admito, una privilegiada en lo referente a mis primeros años de escuela primaria pasados en Malasia, en una casita colonial blanca y negra, rodeada de un amplio y exuberante jardín tropical. En mi clase éramos solo unos diez niños que veníamos de varias partes del mundo, España, Corea, Brasil, Taiwán o Noruega. Pasábamos el tiempo más fuera que dentro del aula, y el recuerdo es un ambiente repleto de aventuras y descubrimientos. Los animales estaban permitidos y alguno se traía a la escuela su pitón, mientras otros venían acompañados de amiguitos que eran algo menos extravagantes, por así decirlo, como un camaleón, un loro o una pequeña tortuga. Pero a pesar de haber tenido la suerte de vivir momentos inolvidables, no puedo evitar pensar que ‘quiero volver a ser niña’ cuando veo la frescura de algunos proyectos contemporáneos, sobre todo los realizados por jóvenes. 

Ambientes graciosos donde la zona al aire libre se compenetra con el espacio interior, y en ellos se alternan el ocio, el deporte y la enseñanza. Estimulando la imaginación y la creatividad se proponen escenarios repletos de magia. En el vientre de una ballena o en pequeñas casitas esparcidas entre huertos, árboles frutales, recintos con animales, se impulsa a muchos niños de hoy en día a realizar descubrimientos inesperados. Abstracción y realidad se complementan como elementos fundamentales de la educación, el cuento ayuda a adentrarse en la realidad e incita a una nueva y vital creatividad cognitiva, mientras que la experiencia en contacto con los elementos naturales contribuye a que los niños crezcan más responsables, conscientes de un patrimonio que se debe proteger y ayudar a mantener. No se da prioridad a una parte en detrimento de otra, y si es importante aprender a cuidar una planta, igualmente importante es aprender a usar esa fantasía que cuando sean mayores pueda alegrarles la vida. 

Me parece que fue el estudio MC A de Mario Cucinella el que en cierto sentido desmitificó en Italia, con la famosa guardería municipal de Guastalla, ‘La Balena’, la imagen tradicional de la institución, casi siempre representada con la austeridad de un lenguaje formal rígido, como si la educación tuviera que excluir la diversión. Como dirá el arquitecto, “el edificio ya es en sí mismo una forma de educación”, un espacio desde el que partir a observar el mundo, y en este caso la fascinante sucesión estructural de aletas pectorales de madera, intercaladas con revestimientos acristalados, asegura el diálogo entre dentro y fuera, pudiendo asistir a los cambios de estación y a los fenómenos naturales que se suceden. Además, la envolvente sinuosidad de los perfiles y de las divisiones internas propone una conformación que hace que los peques se sientan protegidos como si estuvieran en el interior del vientre materno. Sin olvidar la referencia explícita a ‘Las aventuras de Pinocho’, incorporando los colores de la fantasía y permitiendo que la ternura del mundo de los cuentos, tan cercano a la infancia, impregne el entorno.

En muchos países es así como se está concibiendo la didáctica para los más pequeños: espacios a medida de niño, que se irá acostumbrando a experimentar y a descubrir el mundo sin imposiciones, sino gracias a los estímulos de una fórmula inteligente, capaz de compaginar juego, aventura y enseñanza. Hay guarderías que probablemente se han inspirado en un niño que volaba entre las nubes. Un globo rojo lo transportaba sobre los tejados de la ciudad y le hacía vivir experiencias extraordinarias. Es cierto que la situación era la de la posguerra, gris y deprimente, en un barrio arrasado de París, y que el color rojo brillante elegido para el cortometraje de Albert Lamorisse servía intencionadamente como fuerte contrapunto a la triste monocromía predominante, representando el anhelo de momentos más luminosos. Pero también es cierto que Pascal y Sabine, los niños protagonistas, nos hablan de una inocencia resiliente, propia de la infancia, que no renuncia a mirar el mundo por la lente de la fantasía y que tiene la capacidad para transformar una banal oportunidad, como un simple globo, en un viaje maravilloso repleto de descubrimientos fascinantes.

Tal vez Junya Ishigami, inspirándose en este cortometraje maravillosamente poético, tenía en su mente la metáfora ‘volar es soñar’ cuando diseñó su ‘Cloud Garden’, guardería y centro de asistencia en la novena planta de un rascacielos situado en la ciudad japonesa de Atsugi. En un espacio fluido, entre los tonos cálidos de la madera y la argamasa, que recuerdan el rosa claro y polvoriento del maquillaje, en una “maraña con varias capas” donde se suceden y alternan formas curvilíneas con bordes lisos y aristas redondeadas, se ha recreado una parte de cielo lleno de nubes. Los niños juegan a pillarse, realizan actividades y quizás sueñan, en una dimensión que recuerda la experimentada por el pequeño Pascal. Conocerán a amigos imaginarios y aprenderán a crecer en un ambiente encantador del que recordarán una inmensa libertad y felicidad.

Junya Ishigami+Associates - Cloud Garden 

El espacio se realizó “con delicadeza, como si estuviéramos dibujando un esbozo en el aire”, dice el joven arquitecto, y el resultado es un contexto misterioso a explorar, impregnado de una dulce sensación y una percepción general de levedad, que pretende ser una invitación a estimular y dejar fluir a rienda suelta la creatividad de los pequeños usuarios. Si pienso en muchas de las propuestas de guarderías y colegios de educación primaria que se han realizado en estos años, me evocan escenografías ideadas por el gusto exquisito de grandes directores de la infancia, por ejemplo Truffaut, capaces de contar y de hacernos sentir emociones que reflejan toda la riqueza interior de los niños. Todo está planeado para vivir momentos incontaminados de inocencia, exaltando todo lo más hermoso que se pueda pensar: geometrías sencillas que hubieran podido ser trazadas por los propios niños o creadas doblando un trozo de papel, según el arte de la papiroflexia, se presentan con nombres de lo más sugerentes, el ‘Nido en el Bosque’, ‘La Colmena’, ‘Color Pastel’, ‘Las Cerecitas’. Motivos de insectos y animales, y no me refiero a los de verdad, acompañan los días que transcurren la mayoría de las veces en los prados, bosques y huertos aromáticos que rodean los pequeños edificios. Y cuando los pequeños se cansan, pueden arrullarse con la luz natural en los espacios interiores de color fresa y pistacho.

Creo que son sobre todo los arquitectos con menos de 40 años, como Ishigami, los que se esfuerzan con auténtico entusiasmo, proponiendo ideas de gran delicadeza y atractivo, con la intención de ofrecerles a los niños intensos momentos de despreocupación, en un deseo evidente de generarles recuerdos que les acompañen y les sirvan de ayuda cuando se hagan mayores. Estos generadores de momentos inolvidables, ¿son ellos mismos soñadores que recuerdan una infancia llena de encanto o se comportan así porque temen que el mundo actual, que tan frenético y materialista se ha vuelto, gran tirano de nuestro tiempo libre, no nos permita criar a nuestros hijos con la indulgencia y despreocupación necesarias?

Los problemas que afligen a nuestra sociedad parecen expresarse todos en una arquitectura sostenible para la infancia que procura hacer que se aprecien la belleza y fragilidad de nuestro universo vegetal y animal, que en este momento tanto se ve amenazado. Es lo que se propone ‘Babylife’, un proyecto para niños de 0 a 3 años, de dos jóvenes arquitectos, Ettore Bergamasco y Andrea Starr-Stabile, del estudio 02 Arch: un grupo de casitas en medio de un jardín de 3.000 m2 que confina con el parque urbano de CityLife, con el que se busca a escala muy reducida un contacto y una continuidad con la vegetación. Todo está rigurosamente certificado como ecosostenible, con enorme atención por la salud de los más pequeños. Construido completamente de madera, optimizando la luz natural y reduciendo en lo posible la artificial, esta obra se concentra en investigar formas, materiales y colores, con el fin de contribuir y estimular las exploraciones sensoriales y cognitivas en los primeros años de vida. Ser blandos y suaves son las cualidades y prerrogativas de los materiales que componen el mobiliario, con la intención de garantizar la protección no solo física sino también metafórica contra cualquier tipo de enfrentamiento o conflicto que pueda hacer daño.

02Arch - BabyLife

Los objetos que eran complementos de las instituciones didácticas han cambiado por completo, adaptándose al nuevo enfoque de la enseñanza: los pupitres individuales o dobles se han sustituido por mesas en forma de círculo que invitan a la participación y colaboración de grupo. Hay espacios donde han desaparecido los tabiques que separaban las clases, y niños de distintas edades se ayudan y comparten el día en un entorno muy familiar, creado incluso con enormes cojines desparramados por aquí y por allá con los que poder jugar, o tumbarse con los maestros, que forman parte del grupo. 

Bjarke Ingels, del estudio Big, hizo una especie de compendio de todas estas transformaciones en 2018 cuando realizó en Nueva York la escuela WEGROW para el cliente WeWork. “Juguetona y transparente“, se entra en una invitante aula de planta diáfana llena de evocadoras referencias al mundo natural, en la que se procura “anular la compartimentación que suele caracterizar los espacios escolares tradicionales” : grandísimos cojines redondos de varios tamaños y tonos de verde, que se alternan con otros grises, desperdigados como si fueran enormes cantos por el suelo de madera sirven de aliciente para dedicarse a las actividades más variadas desde el juego, a la lectura, al yoga, a la danza o a las artes marciales. Se procura que se impliquen todos los niños, de 3 a 9 años, mediante un marco que influye mucho en la interactividad. Las formas orgánicas están presentes en el mobiliario, que compone un programa de gran libertad que favorece las inclinaciones y pasiones de cada uno de ellos. De acuerdo con el sistema americano, los alumnos reciben ayuda para empezar su trayectoria de carrera desde la edad más tierna, asistidos y guiados individualmente por la figura de un experto. Las artes y la creatividad se "enfatizan infatigablemente” pero sin que falte “la exploración de asignaturas como matemáticas, ciencias, estudios sociales y artes del lenguaje”.
 

BIG - WEGROW

En realidad, todo está perfectamente organizado, pero a veces pienso que al excedernos en proporcionar demasiados estímulos, incitando a los niños a adquirir conocimientos cada vez más pronto, representa al fin y al cabo una imposición de otro tipo, que tiende a querer plasmar esas mentes tiernas en proceso de maduración con formas en cierto sentido estereotipadas. Quizás sería mejor que desde el principio se procurara asignar deberes y responsabilidades en esos grupos que compondrán la sociedad del mañana, de la que cada uno de estos niños formará parte y en la que desempeñará un papel. Precisamente en estos momentos de formación nace una autonomía de respeto hacia el otro, y la socialización que se crea debería generar un comportamiento que sea lo más civil posible. 

Nuestros arquitectos están cumpliendo un papel que me parece de importancia fundamental en el ámbito de las propuestas estructurales y formales de una nueva escuela de los primeros años de vida. Ahora es el sistema educativo el que debe esforzarse para poner las bases de una participación global, compuesta por colaboración, emulación y mucha tolerancia. En mi opinión estos son los requisitos previos para las guarderías modelo que espero eduquen a los niños que serán los hombres del mañana.


Virginia Cucchi

Credits:

La Balena
MC A Mario Cucinella 
Progetto: Mario Cucinella Architects MC A https://www.mcarchitects.it/
Team: Mario Cucinella, Marco dell’Agli (responsabile di progetto), Alberto Casarotto, Irene Sapenza, Alberto Bruno, Yuri Costantini (modello)
Luogo: Guastalla, Reggio Emilia, Italia
Images courtesy of Mario Cucinella Architects MC A/ Photographer Moreno Maggi (images 1-7)

Cloud Garden Nursery 
Progetto: Junya Ishigami+Associates- http://www.jnyi.jp/  
Team: Junya Ishigami, Kei Sato, Taeko Abe, Shuma Tei
Luogo: Atsugi, Japan
Images courtesy of Ishigami (cover, images 08-11)

BabyLife
Progetto: 02 Arch - https://02arch.it/
Client: CityLife, Comune di Milano
Team: Ettore Bergamasco, Andrea Starr Stabile, Elena Bigioni, Annalisa Desole, Francesca Pedrazzi, Enrico Serventi, Francesco Caliò, Martina Cicolari, Laura colosi
Luogo: Milano, CityLife
Images courtesy of 02 Arch, photos by DSL Studio, Delfino Sisto Legnani, Marco Cappelletti. (images 12-25)

WEGROW
Progetto: BIG – Bjarke Ingels Group big.dk
Client: WeWork
Project Leader: Otilia Pupezeanu, Project Architect: Jeremy Babel
Team: Bart Ramakers, Douglass Alligood, Erik Berg Kreider, Evan Saarinen, Fabian Lorenz, Filip Milovanovic, Florencia Kratsman, Francesca Portesine, Il Hwan Kim, Jakob Lange, Ji Young Yoon, Kristoffer Negendahl, Josiah Poland, Megan Ng, Mengzhu Jiang, Ryan Yang, Stephen Kwok, Terrence Chew, Tore Banke, Tracy Sodder
Collaborators: WeWork, Environetics Group Inc., Cosentini Associates, William Vitacco Associates Ltd., Digifabshop, Bednark Studio, LAUFEN, Ketra, Febrik
Luogo: New York, USA
Images courtesy of BIG, photos by Dave Burk (images 26, 27, 30, 31)  Laurian Ghinitoiu. (images 28, 29)



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