10-03-2022

Luca Nichetto: “Por eso he traído a los diseñadores a Murano”

Luca Nichetto,

Murano (VE), Italia,

Antonella Galli,

El internacionalmente conocido proyectista italiano vive en Estocolmo, pero haber nacido en esta isla véneta sigue siendo algo importante para él. Ha sido el comisario de la exposición Empathic en el espacio InGalleria de Punta Conterie en la isla, donde ha invitado a siete diseñadores de todo el mundo a ponerse a la prueba en los hornos junto a los maestros locales. También él se apuntó.



Luca Nichetto: “Por eso he traído a los diseñadores a Murano”

Mientras en Milán se insinúa una primavera anticipada, Luca Nichetto en un día de nieve desde Estocolmo, donde vive y tiene su sede de trabajo, confiesa, o mejor dicho, afirma con convicción que a Murano la lleva en el corazón. Por ese motivo, “ayudar con un pequeño gesto, mover aunque sea medio milímetro, crear un puente entre el cristal de Murano y el mundo internacional del diseño” – emprendió la ideación y comisariado de la exposición Empathic para InGalleria, el espacio expositivo de Punta Conterie dedicado a la cultura del cristal en Murano. Lo llamó para el encargo Alessandro Vecchiato que es el creador del espacio instalado en la antigua fábrica de abalorios (‘le conterie’), y donde ya se han realizado tres exposiciones que forman parte de un programa de reconocimiento de la realidad de la isla.

Para Empathic Nichetto ha convocado a siete diseñadores y artistas a trabajar junto a los maestros vidrieros en los hornos, con el objetivo de crear objetos de arte o de uso en series limitadas. Las instrucciones eran sencillas, como nos cuenta: “Chicos – les dije, quiero componer una exposición que demuestre que la creatividad aplicada al cristal sigue existiendo. Empathic significa empatía respecto a la artesanía, concretamente del cristal, esa empatía que cada uno de nosotros debe construir con los artesanos para crear los objetos. Hemos de aprovechar las técnicas para crear una especie de manifiesto de lo que es la interpretación del cristal de Murano”. El objetivo era lograr que se confrontaran ambos mundos: por un lado los maestros vidrieros, por el otro, los diseñadores– el holandés Richard Hutten, los americanos Marc Thorpe e Ini Archibong, el británico Benjamin Hubert, el francés Noé Duchaufour-Lawrance, y los italianos Elena Salmistraro, el dúo Gamfratesi, y el propio Nichetto.

El resultado de Empathic (programada hasta el 10 de abril) son ocho obras, demostraciones elocuentes de lo actual que puede ser la alianza entre el diseño y el cristal artesanal. De todas ellas, me impacta especialmente Artefact 1 de Ini Archibong, una composición de cuatro máscaras futurísticas donde las técnicas y los colores del cristal superan a los modelos tradicionales, trasponiéndolos a un futuro cercano de perfil evocador; y también la mímesis de la naturaleza en las mesitas Madonna del Monte de Duchaufour-Lawrance, donde el tablero imita la suave ondulación de las olas en el agua.

Para Empathic Nichetto ha ideado Mecha, tres esculturas-personaje que evocan a los robots japoneses de su infancia. “Como buen inmigrante estoy experimentando esa necesidad visceral de volver a conectarme con mis orígenes. En los dos últimos años he trabajado en un libro que saldrá a finales de marzo, la primera monografía sobre mi obra, para la editorial Phaidon. Me ha ayudado a entender la suerte que tengo de haber nacido y vivido en Murano: no elegí ser diseñador, fue una trayectoria natural. En este pequeño islote un diseño se convertía en un objeto, era como ir a comprar el pan. Mi abuelo era un maestro vidriero, el otro fabricaba hornos, mi madre decoraba el cristal, mi tío era diseñador y el 99% de la isla estaba implicado de una forma o de otra en la fabricación vidriera. No quiero ni pensar que mi hijo, debido a la crisis que atraviesa la artesanía, igual no llegue a ver este patrimonio”.

La experiencia de Empathic “ha sido una de las más hermosas de toda mi carrera”, admite, “porque la he vivido donde todo empezó y porque he colaborado con personas que ha ido conociendo en estos años. Es un homenaje que he ofrecido a la isla”. ¿Entonces, qué hay que hacer para el futuro? Su enfoque es realista: “Lo que falta es la educación del consumidor medio, que no entiende por qué un vaso de cristal debe costar 100 euros en lugar de 50 céntimos. Solo un pequeño sector aprecia actualmente el cristal artístico, pero está desperdigado por el mundo. La isla debería dejar de lado las rivalidades y moverse como una sola empresa, colocándose en las gamas altas no solo por las técnicas y el tipo de producto, sino como marca.” La piedra angular por lo tanto, sería crear marca: una cadena que aúna identidad, conciencia de marca, comunicación y reposicionamiento. Murano, toda junta, debería reiniciar a partir de ahí. El resto ya está hecho.

Antonella Galli

Imágenes:
Cortesía de Punta Conterie (04-16, 18, 20)
Fotógrafos: @ Morganv Norman (01), @ Roberta Orio (02,03,17,19)


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