14-06-2011

La forma del gres porcelánico

Gres Porcelanico,

Ariostea, Stonepeak, Porcelaingres,

La forma del gres porcelánico
La arquitectura tiene una forma completa que permite a los hombres vivirla tanto en su interior como en su exterior, pero la misma arquitectura está formada por partes más pequeñas, como los ladrillos, los revestimientos, las vigas o las cubiertas, que a su vez están realizadas con materia, generalmente de origen natural. Si nos detenemos en ésta, la materia, entonces puede decirse que su aspecto es su forma y, a su vez, en otra escala, la forma de la arquitectura. Esta expresión nos ayuda a entender cómo las arcillas, los feldespatos, los caolines y la arena están en la base tanto de la arquitectura como del gres porcelánico. En efecto, de estas materias primas se podrían obtener todos los elementos que componen un edificio y con ellas, se podrían construir infinitas figuraciones arquitectónicas. Un aspecto interesante de esta descomposición de los elementos constructivos, antes de que se conviertan en órdenes o estructuras, es que tanto el tradicional ladrillo como el revestimiento técnico en gres porcelánico tienen, en su corazón, algunas de las materias primas básicas de la arquitectura. Como en una insólita hélice del ADN, tienen características comunes y pueden ser considerados afines, aunque formen elementos dispares con alusiones culturales diferentes y funciones distintas. Un juego que está casi al límite de la paradoja, pero que tiene un fondo de verdad si consideramos la forma de las cosas como aspecto de la materia. Ladrillo y gres porcelánico tienen en su base la arcilla y, para no perder el hilo del discurso, la diferencia está en la producción tradicional o técnica, en las dimensiones del módulo o en las prestaciones, pero no en la materia de base. Vistos desde esta perspectiva, estos dos componentes de la arquitectura tienen la misma fuerza expresiva y la misma dignidad histórica.
De los dos, es interesante profundizar en el aparentemente menos conocido: el módulo de revestimiento de gres porcelánico. Tomemos algunos ejemplos de la producción y tratemos de mirarlo siguiendo la perspectiva de la materia. La colección Cotto High-tech de Porcelaingres con el color típico de la terracota declara abiertamente su origen, pero, al mismo tiempo, añade a la materia prestaciones innovadoras, como la impermeabilidad a los ácidos, la suciedad y el hielo. La materia de origen sigue siendo la misma que la de los otros componentes de la construcción, pero la producción lo ha hecho inatacable. Otro ejemplo se encuentra en la colección Iridium de Ariostea, en la que el color, al contrario que en la anterior, oculta la materia de origen para dar fuerza a la forma revelada a través del diseño de módulos para el revestimiento. En este caso, a los componentes de materia base se añaden pigmentos que crean un gres porcelánico de color a toda masa, de modo que todo el módulo visto en sección mantiene la misma gradación cromática de arriba a abajo, evitando el viejo inconveniente de pérdida del color en caso de desgaste de la baldosa. Además, esta masa representa un hito en la historia del gres porcelánico ya que se puede trabajar tridimensionalmente, como en el caso de la serie Touch de Stonepeak. Los módulos de esta colección se graban en la superficie a fin de crear un efecto menos denso, casi de disolución de la materia. Así, el ojo percibe un material blando, mientras que el origen de la forma, o sea de la apariencia de la materia, es y sigue siendo la sólida de las arcillas, los feldespatos, los caolines y la arena cocidos.
Los tres ejemplos ponen de manifiesto, en conclusión, que trabajar proyectualmente sobre la materia puede generar módulos constructivos cargados de una estética nueva para materias primas tradicionales.

Porcelaingres
Ariostea
Stonepeak


×
×

Manténgase en contacto con los protagonistas de la arquitectura, Suscríbase al boletín de Floornature