11-07-2011

World Cup Nordic Oslo 2011: Sky Jump de JDS

Julien De Smedt JDS,

Oslo,

Tiempo libre, Deportes y Bienestar,

Cemento,

El arquitecto estrella JDS proyecta una obra simbólica que centra la atención mundial en la ciudad de Oslo, primera resguardada capital escandinava, patria hoy del salto de esquí, cuya bandera es la arquitectura del trampolín construido para los mundiales del 2011 en Holmenkollen. Iluminada también de noche, esta obra es un punto de referencia que celebra a la ciudad y a su deporte.



World Cup Nordic Oslo 2011: Sky Jump de JDS
El siglo XXI podría definirse como el siglo de los acontecimientos, de los grandes espectáculos colectivos, que se desarrollan en un arco de tiempo breve y bien determinado. Cuando todo trata de ser transformado en happening, volviendo a la espectacularización para asumir los contornos de un momento memorable, la arquitectura del lugar desempeña un papel de primer plano, como sede que se convierte en símbolo.
La arquitectura es filmada y reproducida en remoto así que también quien no puede estar presente en el evento es estimulado por el comportamiento común y por la división de las opiniones a acceder a él, mediante una conexión en red , y a memorizar la imagen del lugar.
Desde que fueron inventados, los juegos olímpicos y las exposiciones universales son las ocasiones con mayor carácter global, para las cuales se invierten fondos en la construcción de los lugares símbolo del evento. Los proyectos que surgen con estos objetivos y que están en el centro del interés mediático son obras imponentes, en las que la maravilla reviste un aspecto fundamental.
Con ocasión de la copa del mundo de esquí nórdico, el municipio de Oslo ha apostado por el impacto mediático del evento deportivo hacia la ciudad, invirtiendo 87 millones de euros para la construcción del nuevo trampolín de Holmenkollen, la histórica instalación que desde 1892 alberga las competiciones anuales de saltos de esquí. Esta disciplina olímpica, nacida precisamente en Noruega en torno a mediados del siglo XIX, atrae cada año a decenas de miles de espectadores al lugar, sin contar con el interés mundial de quien sigue este deporte en conexión remota. La decisión de asignar dicho presupuesto para poner al día la antigua estructura de saltos con una nueva arquitectura a la altura del objetivo mediático, fue seguida por un concurso internacional que ganó el grupo de JDS en el 2007 y de 4 años de reportajes de los portales y de las revistas especializadas de deporte y arquitectura. Las reconstrucciones por ordenador del proyecto, las bonitas simulaciones diurnas y nocturnas, con un efecto impresionante del trampolín sobre la montaña aumentó las expectativas sobre la obra, hasta el punto de que en el momento de su inauguración su fama era mundial, como ya sucedió con el Allianz Arena de Múnich o con el Nido de pájaros, el estadio construido para las Olimpiadas de Pekín del 2008, ambos de Herzog y De Meuron.
Hoy el Ski Jump de Oslo es un lugar de peregrinaje laico comunitario, al que la gente va para sentirse parte de un evento mundial, en el que la competición en sí mismo es sólo una parte cuyo contexto está constituido por el museo de esta modalidad deportiva, por la plaza situada en la parte superior de la instalación que es un mirador público sobre la montaña y por el centro comercial interno con el merchandising de los eventos. La arquitectura ha sabido sintetizar todo esto en una forma paisajísticamente armónica que se concluye con el estadio para 40.000 espectadores de la pista, en un abrazo coral al público del esquí.
Y si en su estructura para la protección del viento os parecerá notar alguna semejanza con las montañas rusas de un Disneyworld, no hay nada de malo: en el fondo también podría ser definido como parque temático, en donde el protagonista no es el Ratón Mickey, sino los saltos de esquí, donde la implicación emotiva es intrínseca y donde no falta ni siquiera la tienda de souvenirs.
El Ski Jump Holmenkollen y las demás estructuras deportivas nombradas, permanecerán como puntos de referencia del planeta, símbolos mismos del género humano y de sus proezas, deportivas, de ingeniería y culturales, igual que el Coliseo, si dentro de dos mil años ha logrado sobrevivido al tiempo y a la urgencia mediática de cambio.

de Mara Corradi

Proyecto: Julien De Smedt (JDS)
Jefes de proyecto: Kamilla Heskje y Morten Sletbak Have
Colaboradores: Aleksandra Kiszkielis, Alex Dent, Alf Lassen Nielsen, Andrea Weisser, Carlos Cabrera, Dries Rodet, Edna Lueddecke, Elina Manninen, Erik Olav Marstein, Felix Luong, Filip Lipinsky, Gunnar Hoess, Ieva Maknickaite, James McBennett, Johanna Kliment, Joue Gillet, Kristoffer Harling, Liz Kelzey, Magda Kusowska, Marco Boella, Michaela Weisskirchner, Pauline Parcollet, Robert Huebser, Tineke Vanduffel, Torkel Njå, Wolfgang Mitterer y Wouter Dons
Cliente: Ayuntamiento de Oslo
Lugar: Oslo (Noruega)
Proyecto de las estructuras: Norconsult
Proyecto luminotécnico: ÅF Hansen & Henneberg, Intra
Proyecto paisajístico: Grindaker AS
Supervisión técnica: Terramar
Superficie útil bruta:
Área del solar: 30.000 m2
Concurso: 2007
Inicio del proyecto: 2008
Fin de las obras: 2011
Empresa constructora: Veidekke, Metallplan, Lecor, Varla/Flygfältsbyråen, GKD, Tronerud, IBM, Ivar Bråten Mekaniske, Dobbelmayr, Snowtech, Bravida
Estructura de acero y cemento
Fotografías: © JDS, Rasmus Andersen, Marco Boella, Steven Wauters, Kamilla Heskje, Felix Luong y Nikolaj Moeller

www.jdsarchitects.com

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