La primera variación es la tipológica: el complejo no acoge exclusivamente viviendas, sino también actividades comerciales que, en el proyecto, ocupan completamente la planta baja. El nivel comercial, con sus escaparates y puertas que dan a la calle, invita al acceso por parte de todos, residentes y transeúntes, con el fin de evitar que el lugar se convierta en un gueto, abriéndolo a la ciudad como un contenedor de servicios. Los aparcamientos no son subterráneos, sino que, para que tengan una mejor ventilación, se han ubicado en el segundo y tercer nivel del complejo, con fachadas de cemento revestido de ladrillos alternado con altas ventanas acristaladas, un motivo que caracteriza todos los frentes del bloque. Con los últimos cuatro niveles, articulados mediante los balcones de las viviendas, el Kamaleon se convierte en un muro urbano, formando una auténtica barrera contra el ruido y el caos visual de la arteria urbana Karspeldreef.
A diferencia de los numerosos complejos residenciales intensivos de nuestras periferias urbanas, el Kamaleon logra, mediante las variaciones de la fachada obtenidas gracias al diseño de los balcones, un diseño en zigzag que, en cada planta, queda desalineado respecto al superior y al inferior, proporcionando dinamismo al conjunto. El diseño de las partes que sobresalen de la fachada se obtiene gracias a la estructura de cemento blanco, a las barandillas acristaladas y al revestimiento de ladrillo: una estética inspirada en los complejos hoteleros de lujo más que en la historia de la construcción social.
Detrás del muro se revela un gran jardín colgante privado, con senderos de piedra a lo largo de un “río” artificial interior situado sobre el segundo nivel de aparcamientos. Entrando, se descubre que el Kamaleon no es un muro sino un patio cerrado por cuatro muros, dedicados a viviendas y que dan a un jardín de tranquilidad y privacidad. La protección de estos valores no hace, sin embargo, que el edificio se convierta en un castillo inexpugnable, aislándose del entorno, sino que, por el contrario, es un estímulo para la realización de un proyecto en el que se comparten valores, según un enfoque muy extendido en Holanda. La presencia de una amplia zona verde más allá de la fachada norte ha sido un incentivo para la realización de las interrupciones en el bloque de apartamentos, para hacer que la zona verde pública pueda ser percibida como una extensión visual del jardín colgante.
De igual manera, en la majestuosa torre del bloque sur que se eleva en la cabecera del barrio se ha realizado una amplia abertura a nivel del jardín, para cuatro plantas, es decir hasta retomar la altura de los otros 3 bloques del complejo, creando un diálogo entre el patio y la ciudad como en las más recientes obras arquitectónicas de MVRDV. Si se va a la parada de Kraaienneststation del metro sobreelevado de Ámsterdam, puede contemplarse el jardín privado, construido a la misma altura que el andén del metro.
Mara Corradi
Proyecto: Pieter Bannenberg, Walter van Dijk, Kamiel Klaasse (NL Architects)
Jefes de proyecto: Iwan Hameleers, Gertjan Machiels
Colaboradores: Barbara Luns, Gen Yamamoto, Ana Lagoa Pereira Gomez, Jouke Sieswerda, David de Bruijn, Jung-Wha Cho, Florent Le Corre, Stephan Schülecke, Tomas Amtmann, Joao Viera Costa, Jorge Redondo, Juerg-Ueli Burger, Nora Aursand Iversen, Kim Guldmand Ewers
Cliente: Principaal / De Key
Lugar: Ámsterdam-Zuid-Oost (Olanda)
Proyecto de estructuras: Strackee
Superficie útil bruta: 55.500 m2
Área del terreno: 9.250 m2
Inicio del proyecto: 2008
Finalización de las obras: 2012
Fachadas exteriores de cemento prefabricado y ladrillos
Estructura de cemento
Pavimentos de cemento
Fotografías: © Luuk Kramer, Marcel van der Burg
www.nlarchitects.nl